Cielo oscuro, noche eterna [sin Editar]

Niebla en un horizonte rojo

¿Alguna vez has sentido que la vida es demasiado corta? ¿Qué es solo un segundo? Algo que, a pesar de lo larga que la veamos, ¿no lo es? Pues, yo lo veo así.

No puedo creer que aún sigas con vida, digo han pasado ¿cinco años, no?, y tú sigues intacta. Te pondré al tanto de nuestro reencuentro.

Sentí unos golpecitos en mi puerta. Dejé a un lado el libro que escudriñaba con interés, y le di dos golpes a la pared en respuesta, la puerta se abrió y entró mi tía Alex con una caja de cartón. Sí, lo sé, es nombre masculino, ¿no? Pues, mi abuelo no tuvo hijos, y ese deseo frustrado cayó sobre ella al nacer, y con ello su nombre. Claro, desde un principio mi abuela estuvo en contra, y a los seis años le agregaron "andra", por lo que quedó inscrita como "Alexandra" en la ficha, pero ella sabe que es solo un agregado para la aceptación social.

Pero bueno, ya me estoy desviando mucho, lo siento por eso, no suelo hablar mucho ¿sabes?, al menos no desde ese día.

Miré al frente, sentí una punzada en el corazón, agité la cabeza y seguí escribiendo.

Bueno no estamos hablando de eso, así que, retomando lo ocurrido, entró a mi cuarto y solo me dijo: "la estaba buscando, se había perdido entre todas las cosas que mandaron aquí, es tuya, has lo que gustes" y se marchó en silencio, igual que como entró.

Cartas de navegación, fotos, sellos, estaba llena de cosas de mis padres. Casi pude sentir ese cálido abrazo que recibía de pequeño antes de ir a dormir—perdona si me desvío del tema, como ya había dicho antes, no estoy acostumbrado a esto—entre tantos memorables recuerdos te encontré, mi "Bitácora de viaje". Claro, estás en blanco, por eso tomé una pluma y comencé a escribir, después de todo, no pierdo nada ¿no?

Te explicaré porque eres una Bitácora tan colorida y llena de papeles de colores, digo, ¿quieres saber el origen de tu existencia?, pues te lo diré, hace cinco años era otra clase de persona, ¿sabes? Era esa clase de chico que salía a jugar por horas y a volar aún más. Volar, amo volar lo saqué de mis padres, antes de aprender a caminar mis pies tocaban las nubes, esas tardes en avioneta o helicóptero, no las cambio por nada.

Y mi cabeza se fue a las nubes otra vez...—pienso.

Ya no haré eso, no hablamos de volar, hablamos de cómo apareciste en éste mundo—te hice una tarde de verano, mis padres tenían su bitácora y yo quise la mía, subí corriendo las escaleras, desarmé uno de mis cuadernos, tomé lápices, crayones, todo lo que fuera brillante (y que pudiera pegar en la portada claro) y bajé con mis "implementos", en eso llegaron mis padres, me explicaron que no tardarían mucho que volverían en una o quizá dos horas, que me portase bien y se fueron. 

¿Por qué nunca te use para escribir? , por lo que pasó después de eso...



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En el texto hay: bosques, asesino en serie, misterio drama y suspenso

Editado: 06.10.2020

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