~16~

Y el gran día llegó. Klaus estaba arreglado y listo para salir, pero con miedo. Mientras los Musset estaban sonriendo porque ese domingo iría toda la familia completa.
-Dastan apurate- le pidió Gustave a Klaus el cual estaba tan nervioso que cualquiera lo notaría.
-Tienes suerte de las circunstancias. De otra forma no me gustaría verte así- lo reprendia Gustave y el chico solo asintió.
-Vamos- desapareció Gustave hacia su carroza.
•Por Odín hoy es mi fin• susurro el chico nervioso y mostrando que parte de sus nervios era el punto religión. Mientras el otro veía todo desde una ventana. Hasta que se fueron.
Lo cual aprovecho para empezar tranquilamente sus obligaciones, cuánto antes terminara mejor y más porque aún estaba acomodándose a lo de tener más cosas.
Y cuando habían pasado un par de horas, llegó un visitante. El cual fue recibido por uno de los nuevos sirvientes. Todo mientras el chico estaba trabajando tranquilamente.
-Buenas tardes ¿Está el vizconde de Musset?- preguntó el visitante a Hugo. El cual era el único que estaba cerca cuando tocó el visitante y fue a abrirle por lo mismo.
-Fue a misa. Hoy es domingo y siempre va junto con sus hijos- contesto Hugo viendo al visitante. El cual era un mosquetero.
-¿No sabe cuándo llega?- preguntó el mosquetero viendo disimuladamente detrás del hombre.
-No, no tiene hora de llegada. Hay veces que regresa cuando la misa termina y otras donde llegan hasta muy entrada la noche. Y últimamente lamento informarle que es mejor que venga otro día de la semana. Desde hace un tiempo ya llega por la noche- contesto Hugo serio.
-Entiendo. Le podría decir que el capitán D'Artagnan vino a verle y me gustaría poder encontrarlo en está propiedad. Y que cualquier cosa me mande a llamar. Esperemos que el joven Teyssier recuerde dónde encontrarme- pidió el hombre, sorprendiendo a Hugo y haciendo que esté haga una reverencia.
-Si mi señor ¿Algo más se le ofrece?- preguntó Hugo asustado. No había reconocido al capitán de los mosqueteros.
-No mi amigo. Mejor me marcho, espero poder volver a vernos- se despidió el capitán y se marcho. 
Y cuando Hugo cerro la puerta no sabía que hacer ahora, por lo que corrió para ir a ver a Amelie y contarle todo. La cuál al oír todo quedó igual que el de sorprendida.
-Hay que planear algo. Puede que con el capitan todo salga a la luz- dijo ella feliz.
-No sé si es seguro. El vizconde suele ser algo especial y más con Dastan. Será mejor que si queremos que esto funcione. Que no mencioné como si se me pasará que Dastan sabe cómo encontrar al capitán. Puede que así ayude, además le dije que iban a misa todos los domingos y no tenían hora de llegada.
-Y puede que se cuestione todo y venga. En ese momento mandamos a Dastan y listo- siguio ella emocionada.
-No mujer. Dudo que el vizconde sea tonto. Es un mosquetero ese hombre y el padre de Dastan también lo era. Varios mosqueteros saben y conocieron a Dastan. Puede que el vizconde plane algo para esconder al chico- la calmo pensando en todo lo que sabia de si señor.
-Pero…- pero nada. No hay algo que podamos hacer, excepto no decirles- la interrumpió serio.
-Entonces nadie sabrá bien lo que te dijo hoy el capitán. Solo nosotros sabremos la verdad completa. Le contarás al vizconde todo como me contaste y que Dastan se entere por cuenta propia- aceptó ella y el plan se llevó.

Por la noche llegaron los Musset y nadie los molesto. Con un Klaus deseando desaparecer y unos Musset muy sonrientes y que olvidaron al verdadero Dastan. Mientras que el joven estaba sin saber algo. O bueno hasta que se supo el día siguiente cuando Hugo hablo con los Musset en la mañana. Poniendo como excusa de apenas informar la hora que llegaron y como estuvo ocupado.
-¿El capitán de los mosqueteros?- preguntó para reafirmar Gustave mientras estaba desayunando y como Hugo quería el chico estaba también presente.
-Si mi señor o bueno así se presentó- contestó Hugo sereno o bueno eso intentaba.
-¿Enserio no recuerdas si menciono donde había que entregar la carta?
-No lo menciono señor, pero pidió verle en brevedad- contestó Hugo mientras Dastan recordaba la taberna y el cuartel militar del pueblo, los cuales eran los lugares donde todos los mosqueteros que andaban por el pueblo iban. Y eso lo sabe porque su padre, Travis y Eugene le contaron y hasta lo llevaban luego.
-¿Cómo quiere que sepamos eso?
-No lo se. Pero creo que debe de ser algo fácil saber cómo dar con el. Si no menciono ese dato debe ser por algo- siguió Hugo.
-Debemos saber ese dato cuánto antes y llamar al capitán- concluyó Gustave aún sin saber qué hacer perfectamente.
-Podriamos preguntarle a alguien- contestó sonriente Jules.
-¿Pero a quien? Los únicos mosqueteros que pudieron habernos dicho desaparecieron- se cuestiono su padre.
-Pero no eran los únicos por la zona- siguió Jules.
-¿Que se te ocurre preguntarles y ser los hazme reír de aquí?
-No, no solo a los mosqueteros se puede preguntar ese dato. Podemos preguntar en el pueblo, alguien debe de saber la respuesta.
-No, no quiero preguntar.
-Manda a Dastan a qué pase un día con los mosqueteros. Deben de darle la respuesta.
-Jules no seas tonto. El chico puede arruinar todo- se quejo Eric.
-Podria ir uno de nosotros y hacer que sabemos que dice. Es mudo no lo olviden- se defendió Jules.
-Me gusta. Eric prepara a Dastan, irán al pueblo y verán como conseguir la respuesta. Si lo encuentran di que mañana mismo quiero hablar con él- demandó Gustave y el desayuno siguió más rápido de lo normal para llevar acabó el plan.