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Levantó la mirada, encontrando que Nathan también se encontraba despierto, los únicos a comparación del resto, con gran razón por las altas horas de la noche y el cansancio de una agitada misión. Observó el moretón bajo su ojo y la sangre seca de su nariz, bastante poco para tal misión, pero demasiado a los sádicos ojos de Rockbell, quien buscaría cualquier excusa para tomar represalias, descargando su odio personal.

-¿Tú y Luna...eran cercanas?- preguntó inocentemente, dejando en claro que no tenía ni la más mínima idea de cómo acercarse a una persona.

-Más de lo que me gustaría, sí-

-¿Qué pasó?-

Después de un largo silencio, buscó las palabras correctas capaces de ocultar la mayor información posible. 

-Nuestros padres eran muy amigos desde que robamos juntos un banco chico, prácticamente crecimos juntas, ellos sabían lo que yo era y mis capacidades, pero aún así me aceptaron sin críticas, nos volvimos el dúo perfecto... Pero Alfonso quería más, quería que Luna se pareciera a mí, siempre hablaba con papá de regalarle la última vacuna de gema, se rehusó bajo la misma explicación, la asesinaría. Una noche de misión, donde supuestamente robamos las primeras extracciones de información deunas supuestas armas, caímos en una trampa, Luna no tenía ni idea que todo fue un plan de su padre para llegar a mí...-

-¿Te quiso asesinar?-

-Drenar mi sangre, más específicamente, no quería lastimarlo, pero no podía dejarlo introducir en Luna ese veneno....- mientras hablaba, recordaba ese suceso con claridad, ella pataleando lo más que podía mientras Alfonso tomaba cualquier aguja tratando de llegar a su boca, uno de los únicos canales donde se le podía extraer sangre alterada, gritaba lo más que podía sabiendo que nadie la escucharía, sobre todo que nadie podría acercarse gracias al humo depresor que llenaba la habitación, dejando inmunes solo a ella con sus genes alterados y a él junto a su máscara, entre su desesperación lo único que pudo pensar fue en quitarle la protección, tuvo que lastimarlo un poco para lograrlo, golpeándolo en el centro de la máscara hasta romperla, en ese momento, Alfonso aprovechó para introducir el extractor en el fondo de su encía, con mucho dolor, tanto de la aguja como de la traición de sus aliados más queridos, juntó toda la saliva que pudo, descubriendo el error de su toxicidad voluntaria hace unos días atrás y la escupió en su rostro, viendo lentamente como se levantaba la piel al costado de su ojo, para hacer todo más rápido, se apoderó de su falta de fuerza y lo estranguló para solamente desmayarlo, al no saber que hacer, sacó a su padre y huyeron, muy para su amargura, dejando a Luna dentro. Al enterarse su padre, decidió cortar relaciones y mantenerlos bajo amenaza, por otro lado, Alfonso se encargó de envenenar la mente de su hija, diciendo que era una misión planeada por Logan para eliminarlos, tenía sentido desde el punto de su desaparición junto a la información, pero no creía que el odio de Luna fuera a desencadenar en una constante rivalidad fría.

-Jamás supo que la estaba protegiendo, ni las verdaderas intenciones de Alfonso, pero por el bien de ambas era mejor no volver-

-...Debió ser duro-

-Meh, cosas del oficio- trató de volver a su papel histriónico, sabiendo que se había debilitado un poco.

-Es extraño escuchar eso, Rockbell siempre nos enseñó que no tenías capacidad de apego-

-De cada diez palabras que Rockbell dice, nueve son con idioteces-

-Supongo- Ambos rieron de la situación.

-Ah, y lamento lo de tu ojo y tu nariz- dijo acercándose a su rostro para ver la gravedad, obteniendo por respuesta una evidente incomodidad del chico, quien se hizo para atrás lentamente.

-No es tan grave como lo de tus piernas-

-Para mi padre lo será- al decirlo, Nathan la miró entendiendo su situación y la obsesión de querer mantenerlos pasivos ante misiones. -Lo supiste desde el baño, ¿Qué caso tiene esconderlo de ti?- Retrocedió su espalda hasta la pared del vehículo, suspirando en resignación.

-Por cierto, no había notado que uno de tus ojos es de otro color- la realidad, sí lo había notado desde el primer momento, su ojo izquierdo de un tono más azulado que el oscuro café del contrario, pero necesitaba hacerlo sentir inferior para desviar la tensión emocional tan incómoda.

Al llegar, todos se encontraban demacrados, Rockbell esperaba pacientemente en la entrada, revisando a cada uno de los chicos, claramente parando en las heridas de Nathan, sonrió mientras se acercaba a ella, analizando las heridas que apenas sobresalían de sus ataduras de hierro, que terminaron por pintarlas peor de lo que su regeneración pudo arreglar.

-Después quiero saber cómo funciona tu auto curación, mientras, alcanza a tu protector, está en enfermería - dijo fingiendo neutralidad, sabiendo las intenciones escondidas de intentar sorprenderla.

-Yo no tengo protectores- susurró al irse, de todas formas pasó por enfermería sin que se diera cuenta, encontrándose a todo el equipo junto a Grey, quien aún llevaba las botas de su uniforme de francotirador de anoche,  se paró frente a las enfermeras pidiendo un poco de hielo, negando recibir cualquier tipo de asistencia sin importarle las miradas de los demás, eso y su completa seriedad aumentó la tensión, pero no tenía ganas de seguir jugando al papel de tonta sabiendo que ahora debía preocuparse por las futuras consecuencias, tomó la bolsa de hielo y se fue a la habitación compartida para colocarla en sus piernas para neutralizar el dolor de la regeneración.

Fríos minutos después, Grey entró a la habitación con una mirada un poco más seria, se sentó frente a ella no sin antes preguntarle sobre su estado, escuchaba a los tres chicos tras la pared, expectantes de aquel encuentro, lo miró confundida, pero más tranquila con la situación.

-Nathan revisó lo extraído, faltan cinco gramos...-