Capítulo 1

Trece días antes del incendio.

Roxanne estaba de pésimo humor.

Últimamente cualquier cosa alteraba su paz mental y estaba empezando a sentirse vieja.

Para colmo de males, Rachelle y René no estaban en sus cabales. La primera tenia depresión a causa de una estúpida pelea que tuvo con su estúpido novio por no querer dar el siguiente paso y la segunda porque el ligue de una noche que se consiguió, le había vuelto a tocar el tema del matrimonio.

Las observó ambas. Definitivamente debían cambiar de parejas.

Las tres se encontraban en su oficina. Rachelle se secaba las lágrimas con un pañuelo y René devoraba su helado.

Roxanne golpeó la mesa con su mano derecha y ambas la miraron.

–¡Infórmenme si no quieren seguir trabajando aquí! De inmediato les compraré su parte de la revista, porque estoy aquí pensando qué carajos podemos poner para el próximo número que obviamente tiene que tener por los menos cuatro páginas de ese libro que está dando de que hablar ¿Y qué están haciendo ustedes? Absolutamente nada. Sus problemas amorosos déjenlos fuera de BoxR.

Ambas la miraron en silencio. Rachelle fue la primera en hablar.

–No lo he leído. No es nada romántico.

–Es una novela “real” según–añadió René con la boca llena.

–¿”Según”?–preguntó Sharaman mientras entraba–¡Es lo mejor que he leído en mi vida! Y no solo eso ¡Es malditamente real! ¡Marcus Canady está preso!

Roxanne se había alegrado de haber incluido a Sharaman en BoxR. Era muy responsable y atento; su columna de “Autores en la sombra” había sido un completo éxito.

–En su casa–le dijo René–Y va a salir, créanme. Es cliente del hotel y estoy segura que detrás de Canady Group hay más gente involucrada en la trata de personas, gente con mucho poder. Canady Group es apenas la punta del Iceberg.

–Entonces debemos escribir algo netamente mortal–declaró Roxanne–¿Entienden? Necesito que ustedes dos se pellizquen y se pongan a trabajar.

Rachelle asintió y René botó el helado.

Sharaman le sonrió.

–¿Tienes un minuto bella?–le preguntó y ella fue tras él. Ambos llegaron al escritorio de este.

–Quiero mostrarte algo–le informó mientras tecleaba en su computadora.

–Ya casi tengo listo el apartado de “Autores en las sombras”–continuó–lo he dejado tirado por esto. Roxanne vio y eran noticias de “Dark Moon” y del autor Goenjī.

–Recopilaste información.

El hizo clic en una ventana.

–Hice una lista de periódicos y/o revistas que han escrito sobre Goenjī.

–Ok…

–Sólo hay tres periódicos y una revista que no lo han hecho.

–Nosotros y esos tres–respondió Roxanne.

–Correcto ¿Y sabes quienes son los dueños de esos tres periódicos? Son socios de mi padre aquí en America y son socios de Canady Group.

–¿Me estás diciendo que le tiremos una puya?

–Por supuesto, BoxR escribe sobre chismes literarios. Podemos criticar el amarillismo literario, puede que sea hasta un apartado.

Ella asintió contenta.

–Te mi encargo.

–Gracias. Me molesta que lo único que quieran los medios es desenmascarar a Goenjī en vez de indagar en el asunto. Quiero ayudarlo.

Roxanne asintió–Muy bien, podemos dejar de lado tu apartado. Necesito que te empapes de esto, confío en ti.

Sharaman asintió emocionado y se puso a trabajar. Entre abrió la puerta y vio a sus dos amigas concentradas en sus asuntos. Ella vio el reloj y eran las 18:05.

–¿Por qué no te vas a tu casa?–le preguntó Lily mientras llevaba una correspondencia. Ella y Laurent la encargada del departamento de diseño, eran muy eficientes y habían demostrado una lealtad suprema.

–Déjalas que hagan horas extras, Dios sabe que te ha tocado duro estos días.

Ella asintió–Tienes razón. Me iré a casa temprano hoy.

La sola idea le aterraba, pero decidió irse igual. Sus amigas no escucharon su “adiós”, ya que René había empezado a escribir y Rachelle estaba leyendo “Dark Moon” en su kindle.

Le sonrió a ambas y cerró la puerta tras sí.

Estacionó su auto en frente de su casa y no pudo evitar mirarse en el espejo y observar las grandes ojeras que se asomaban en su rostro. Tenía la cabeza rapada y en la coronilla su cabello rizado de textura 4C más largo. Era la única de las tres que tenía tatuajes, pero no visibles. Ya tenia ve ti siente años y a veces pensaba que había sido una total pérdida.

Miró la gran casa blanca de dos pisos y suspiró. Siempre se preguntaba ¿Qué la ataba a ese lugar? Podría fácilmente vivir en un piso y nunca tenía el valor de hacerlo.

Salió del auto y recordó la razón por la cual tenía canas prematuras: Era la mayor de nueve hermanas.

La puerta se abrió de golpe y Nancy le sonrió. Era la segunda.

–Te vi llegar hermanita–le dijo–¿Cómo te fue?

–Me siento como la mierda.

Rebeca y Olga se echaron a reír. Eran gemelas.

–Nunca la he escuchado decir que le ha ido bien–reflexionó Rebeca.

Ellas cuatro eran hijas de padre y madre. Nancy tenía veinticuatro años y las gemelas veintidós. Mientras que Damaris, Celia, Gissel, Raquelle y Fe era hijas de una padre distinto. Las tres primeras eran trillizas y tenían dieciséis; Raquel tenía trece y Fe diez.

Esta última se acercó a ella llorando. Tenía chicle en el cabello.

–¡Maldición! ¡Damaris! ¡Tú y tú pandilla preséntense aquí!–les gritó mientras intentaba quitarle el chicle.

–Yo me encargo, debes estar cansada–le dijo Nancy mientras tomaba a Fe.

–Están escondidas–le informó Olga–No tienen el valor de salir.

–¿Dónde está Raquelle?–preguntó.

–En su habitación leyendo “Dark Moon”–le informó Rebeca–El nuevo vi cuentas sombras de Grey.

–Voy a fingir que no escuché eso. Me daré un baño ¿Dónde está su madre?

–Salió con Pete a cenar.

–¿Y padre?

–En su estudio. No ha salido de allí.

Su madre se había separado de su padre luego de tener a las gemelas, sin embargo decidieron vivir bajo el mismo techo y luego su madre conoció a Peter, lo llevó a la casa y allí tuvieron a los otros cinco demonios. A su padre no le molestó la idea y Pete y el se hicieron amigos.