Estuve unos minutos parada junto a la vidriera intentando ver hacia el exterior, pero las luces de fuera me encandilaban por lo que me era imposible ver algo. Decidí finalmente que si dejaba de sugestionarme con la idea de ser observada, entonces lograría tranquilizarme.
-¡Beca querida! Estás aquí.
Mark apareció de detrás del mostrador con una sonrisa, pero está no llegaba a sus ojos; en su lugar había cansancio, mucho estrés y problemas. Aunque intentó disimular frente a mí, era algo más que evidente la existencia de un gran problema a resolver.
-Hola Mark. ¿Cómo estás?
-Bien, ya sabes – dijo cuando eleve mi ceja para que no fingiera – mucho trabajo y poca ayuda. Además….
Me quedé esperando a que continuara hablando mientras me paseaba frente a las grandes peceras intentando encontrar a los pececitos, pero estos solían esconderse cuando yo andaba por el lugar. Mire a Mark para inventarlo a continuar y me encontré con sus ojos brillantes, como si quisiera llorar. Deje las peceras y mis cosas en el suelo junto a estás y caminé hacia mi amigo.
-Dime. ¿Qué está pasando?
-Es Reina.
Mire en todas direcciones buscándola, pero no había señales de ella. Había entrado tan asustada al local que no me había dado cuenta de que Reina no había venido a saludarme como de costumbre.
-¿Qué le paso? ¿Está enferma?
-No. Ella, ella está bien. Pero está tarde… un hombre vino a la tienda.
-¿Y?
-Es un tipo muy grosero, pero con mucho dinero e influencias. Él quería que le vendiera un hámster, pero el que eligió ya estaba comprado por Ana ¿Recuerdas?
-Si, si, por supuesto. La pequeña bola de pelos color canela con manchas blancas. Muy hermoso.
-Exacto. La cosa es que es un hombre muy necio e insistente y quería si o si ese, pero me negué. Así que comenzó a subir el tono de voz y luego hizo un ademán violento, algo que por supuesto a Reina no le gusto.
-¡Obviamente que no! ¿Qué se cree ese imbécil?
-La cosa es que ella lo mordió en el brazo, no fue fuerte y la herida no era profunda, pero eso no le importa a la policía y menos cuando ese idiota hace un escándalo del asunto y mete a sus contactos de por medio.
-¿Qué quieres decir?
-Me llegó una notificación de la estación de policía.
-¿Y?
-Quieren que sacrifique a Reina.
-¿¡Qué!?
Mi corazón se paralizó al igual que mi respiración y mi cabeza comenzó a trabajar en diferentes escenarios y en todos y cada uno de ellos, terminaba enterrando al maldito bajo 10 metros de tierra.
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Editado: 13.10.2024