Tres días después.
Cada vez mi tan anhelado sábado estaba llegando lo que hacía crecer más mis nervios por no saber que palabras decir o que vestir para que no fuera de la manera incorrecta y que esto ahuyentara a Marcelo, sabia a la perfección por la forma en la que hablaba y se expresaba que era una persona elegante y culta en su forma de ser, así que tenía miedo de arruinarlo todo. A pesar de que estaba empezándome abrir poco a poco con el aún no me sentía con la confianza de platicarle de mi pasado, y de mi matrimonio tenía presente de que él era todo un caballero así que no le molestaría, pero todavía estaba el miedo presente de que todo terminara.
— Deberías tener un poco de confianza en ti misma. — habló Dayana mientras compraba ropa para su bebe quien aún no se dejaba ver en los ultrasonidos, al parecer iba ser una sorpresa hasta el final. — Ya llevas tiempo hablando con él, y no creas que te he visto suspirar como adolescente viendo sus fotos, no dejes que el pasado con Antonio arruine el maravilloso futuro que te espera con él o cualquier otra persona que llegue a tu vida. — Dayana sonrió mientras levantaba dos pijamas de colores azules. — ¿Cuál de los dos te gusta más?
— El de marinero. — respondí con una sonrisa de lado mientras buscaba unos baberos de todo tipo de colores. — Iré a ver algo a la tienda de enfrente, ¿no te molesta que te deje sola con las cosas?
Dayana negó mientras miraba los precios de los biberones.
— Descuida linda aquí tengo el carrito, puedes ir tranquila si necesito algo te llamo. — me lanzó un beso mientras salía de la tienda.
Entré a la boutique y vi algunos vestidos, pero sentía un escalofrío recorrer todo mi cuerpo como si alguien me estuviese observando, negué y saque algunos vestidos de coctel además de algunos trajes de noches para cualquier evento de la empresa. Me dirigí hacia los probadores para ponerme uno de los vestidos que había elegido, pero no me había gustado mucho así que me seguí probando hasta que encontré uno que no me hiciera sentir que estaba dentro de una lata de sardina.
— Me gusta el color de este vestido, creo que es perfecto para la cita — me di la vuelta para verme el vestido desde la parte de atrás. — ¡increíble Heather te hace ver un buen culo! — bromee enfrente del espejo cuando nuevamente sentí la sensación de que alguien me estaba viendo, en eso siento el sonido de un flash y movimiento detrás de unas camisas; Sali detrás de esa persona que había tomado la foto atrevidamente sin mi permiso y salí corriendo hasta la salida pero no vi a nadie, en eso una de las encargadas me tomo de la mano pensando que me iba robar el vestido. — Perdón señorita, si voy a comprar el vestido solo quería.... ¡Nada, olvídelo! — respondí casi en un susurro.
Luego de una tarde de compras nos fuimos a un restaurante de comida rápida, Dayana hablaba sin parar acerca de la cantidad de cosas que había comprado a mitad de precios, pero mi mente aún seguía nerviosa por lo que había ocurrido, porque no hallaba lógica al hecho. ¿Por qué esa persona me tomo una foto?, ¿Y si hacia algo malo con ella?, estaba divagando cuando sentí como mi amiga chasqueaba los dedos.
— ¿Te ocurre algo estas pálida? — pregunto preocupada. — No has probado ni tu comida, y eso que es hamburguesa doble de carne tu favorito, ¿paso algo en la boutique no me quieras decir?
Mire ambos lados como si temiera que alguien más oyera nuestra conversación.
— Cuando entre ahí senti una ansiedad inexplicable porque yo tampoco entiendo porque me sentía así, todo estaba normal porque estaba buscando un vestido para la cita que voy tener mañana con Marcelo, cuando salí del probador volví a sentir esa sensación cuando de la nada escuche el sonido del flash de una cámara, empecé a seguirle pero esa persona desaparecio como el viento. Y para serte sincera tengo miedo eso nunca me había pasado.
— La verdad todo esta raro, esperemos en Dios que esto no pase a más. — hizo una mueca con los labios preocupada. — Bueno dejemos de pensar en cosas malas, ¿estas preparada para tu cita?
— No sabes el nudo en el estómago que tengo, pero si ayer me mandó un mensaje y al parecer a estado ocupado porque solo me mando una imagen de su consultorio y con un emoticon de una cara cansada, de todos modos, ya quedamos en la hora así que espero que todo salga bien.
— Yo también. — sonrió mi amiga mientras le daba una mordida a su hamburguesa.
Llegue a mi casa y guarde las cosas en eso entre a la página de cita para ver si él estaba conectado pero la última vez había sido en la mañana, observé su foto mientras memorizaba su apuesto rostro en eso me arme de valor para enviarle un mensaje.
— " Espero que hayas tenido un increíble día, la verdad que sabes que no soy de enviar mensaje ya que estoy acostumbrada a los tuyos, solo quiero que sepas que estoy emocionada de verte mañana que creo que no voy a poder dormir :D te espero mañana y descansa Marcelo".
Abrace el teléfono mientras contaba las horas para verlo.
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Jadeo con éxtasis mientras novia sus manos con fuerza sobre su miembro erecto, cerro los ojos mientras su imaginación le daba la mejor película del mundo de solo imaginarse de tener ese cuerpo gimiendo mientras la hacía suya, gruño en voz alta mientras unos hilos blancos manchaban su mano, en eso vio un mensaje y sonrió de lado.