«El asesinato no se trata de lujuria y no se trata de violencia. Se trata de posesión. Cuando sientes el último aliento de vida que sale de la mujer, te fijas en sus ojos. En algún punto, es ser Dios.» Ted Bundy
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Pov de Marcelo
Amnsterdam, Holanda
Primavera
Nunca entendi a los seres humanos creo que jamas pude entender las emociones que emanaba de ellos, porque nunca habia deseado algo en mi vida pero habia algo que si me gustaba y llamaba mi atencion a tal punto de como se llama eso ¿Sonreir? ¿Felicidad? todavia no tenia idea pero amaba ese fuego que sentia dentro de mi y que nadie mas podia apagar solo yo. No hay una historia triste que contar, mi padre era un estupido granjero con estiercol en sus botas y sus dichos de campesino « Los hombres nacieron para ser el sosten del hogar » u otras frases sentido que decia todas las noches mientras comia con la boca abierta y masticaba como las cabras que cuidaba, y mi madre era la ''Tipica sumisa'' todo tenia que estar perfectamente limpio para cuando llegara ''Dios'' y no encontrara todo mugroso, limpiarle las botas y servile la comida mientras que el solo le tiraba pedos o insultos denigrando su coeficiente intelectual con palabras que creo que el tampoco sabia su significado. Un hermano mayor llamado; Noah cuatro años mas grande que yo y que le ayudaba a mi papa tambien era un idiota que alababa a mi padre y deseando que su vida fuera solo eso, el campo, mi otro hermana. Liz mi pequeño conejillo de india, como amaba molestarla y verla llorar era muy satisfactorio hasta que ella llegaba llorando hasta donde mi papa para que luego metiera mi cabeza en la pileta de agua fria como castigo.
No queria esta vida odiaba lo que era hasta que cuando cumpli 20 años tome mi maleta de cuero y que olia a pasto y me fui de ese lugar. mama ese dia lloro en lugar de sentir lastima solo quise reir pero solo le di una sonrisa de lado ella sabia que no la volveria a ver y tenia razon no queria saber mas de ella.
Empezar una nueva vida no era sencillo, tampoco encontrar un trabajo en la ciudad tampoco era yo queria o mas bien yo deseaba algo mas y como si satanas escuchara mis plegarias ella aparecia enviada desde.....no se de algun lado del mundo y la persona que me mostraria otros colores.
Susan Farben.
Una viuda de 55 años que aun no habia perdido la esperanza de encontrar un nuevo amor en una ciudad tan fria, todos los lunes llegaba a la cafeteria donde trabajaba como mesero, era una mujer que apesar de su edad mantenia una belleza maduro. ojos verdes con unas tintas negras en su iris, un piel tersa y con algunas manchas de arruga por la edad, cabello rubio ceniza y una silueta prominente. Ella siempre deseaba que yo la atendiera y a mi no me molestaba porque dejaba buena propina para mudarme a otro apartamento donde las cucarachas no fueran mis invitadas V.I.P. Una tarde de lunes llego como siempre se sento en la ultima mesa mientras se limpiaba algunos resto de lagrimas que aun se habia quedado en su rostro. esta era mi oportunidad.
— Una dama tan bella como usted, no merece tener una lagrimas — Sonrei con educacion mientras dejaba el cafe americano que ella amaba con unos panecillos de canela altos para su azucar. — venga regalame una sonrisa.
Trato de sonreir pero un sollozo salio de sus labios.
— Eres un caballero pero no creo que hoy sea posible, no es un buen dia para sonreir.
— ¿Sucede algo? — Pregunte algo ansioso aunque en mi interior me importaba una mierdad lo que le estaba ocurriendo, deslize una mano en sus temblorosas manos y trate de sonreir — Quiero ser tu amigo y tu apoyo cuando mas lo necesites.
Lo que habia comenzado con visitas mas recurrente se volvieron salidas despues de mi trabajo hacia algun pub o algo donde pasar el rato, ella me habia dejado entrar a su vida a su como una paloma cuando pones algo de pan en la puerta, ella dejo que yo gobernara su vida que deseara mas. Me prepare en estudios, saque una carrera ademas que habia mostrado de mil maneras como sastifacer a una mujer pero ella o quizas yo deseaba pero que era lo que necesitaba ella de mi o yo de ella. Una tarde ella llego molesta algo que jamas vi en los cinco meses que llevabamos juntos, se sento con furia en su silla y me extendio una foto mire la foto sin entender que es lo que deseaba que viera.
— Esta es la joven por la cual me dejo mi marido, no sabes cuanto la odio — espeto con amargura en la voz — Hoy la vi en la misma tienda donde compro ropa y pago los mugreros que compro con la tarjeta de mi marido — Dijo lo ultimo enfantizando en MI — Como desearia que ella se muera para poder estar con el de nuevo y..... — Se cubrio la boca y me observo con nervio — Yo no queria decir eso, es solo que molesto verla y ...... — Tomo mis manos ansiosa — Por favor Marcelo no me dejes.
Solte sus manos a lo que ella abrio los ojos mas ansiosa, esta situacion me estaba empezando aburrir.
— ¿Que deseas de mi? — esboze una sonrisa —¿Acaso quieres que la mate?
Ella no respondio.
— ¿Estas loca? — pregunte molesto — Se que lo nuestro es algo esporadico y sin sentido, pero no creo que hacer eso ponga mas sentido a esto.
Susan me agarro de los hombros con fuera mientras y fuego se encendia en su mirada.
— Tu siempre me has dicho que te sientes vacios, y yo te estoy dando una oportunidad de ver el mundo desde otro punto de vista, te lo juro por mis cirugias plasticas que no le dire a nadie.