Nacimiento

El reino de Tandwals surgió hace ya cientos de años, se forjó a manos de unos simples campesinos forasteros que un día encontraron un bosque con una belleza sinigual. Con el tiempo, fueron creando casas y rápidamente se esparció el rumor de aquel lugar. 

Las personas llegaron en busca de un lugar pacidico en el que vivir y algunos años después, un extraño suceso aconteció. 

En una mañana soleada, una criatura de cuerpo alargado y lleno de escamas color perla surgió de un caudal cercano. El animal desprendió un mágico brillo y luego se marchó, sin mediar palabras.

Desde ese día, las personas del lugar comenzaron a ser más felices, sin saber el motivo. Una atmósfera alegre rodeaba todo el poblado.

Los años pasaron sin mayores acontecimientos, eran un pueblo alejado de todo y no necesitaban convivir con otros poblados, aquellas tierras los abastecían de sobremanera. Tenían todo lo que necesitaban y más.

Hasta que una tarde, una joven pareja encontró a un pequeño bebe flotando en las aguas del caudal. El pequeño tenía escamas perladas en su rostro, tal como aquel ser que les había otorgado tanta felicidad años atrás.

La pareja se hizo cargo del pequeño y los habitantes del lugar, comenzaron a crear cerca de un acantilado de piedra, del cual se lograba ver a todo el pueblo. Allí habitaron la pareja y el pequeño, ya que todos estaban convencidos de que el era un regalo de aquella criatura y sus padres adoptivos, habían sido los elegidos para criar a su pequeño. 

A medida que el niño fue creciendo, sus escamas fueron desapareciendo y nada indicaría su mágica esencia, más que su permanente juventud y belleza. Algunos años después de cumplir los veinte, el tiempo pareció detenerse en él. 

El bosque lo convirtió en su eterno regalo y el pueblo, en su eterno rey.

Más lo que los habitantes del lugar, ni el mismo sabían, es que a cientos de kilómetros, en el mismo caudal y el mismo día, una pareja de ancianos encontró a una pequeña bebe con escamas negras.

Una bebe que se convirtió en una hermosa mujer.

Una mujer eterna.

Las criaturas del caudal se sumieron en un sueño profundo luego de ello. Sabiendo que ambos tendrían toda una eternidad para encontrarse.