En la autoproclamada ciudad de estudiantes, ese territorio de varios kilómetros rodeando la escuela que fue proclamado como su ciudad por sus habitantes, jóvenes en su mayoría, había un lugar llamado comúnmente el distrito abandonado: las ruinas de la vieja cuidad donde edificios factoriales y laboratorios abandonados era lo único que podías encontrar a causa de un gran terremoto años atrás.
Por razones obvias de seguridad era un área prohibida no sólo para los estudiantes, sino a cualquiera, y en algún lugar de ese espacio fuera de la ley alguien corría por los pasillos de un viejo edificio a toda velocidad, persiguiendo otra sombra, hasta que logro acorralar a su presa.
El perseguidor llevaba en su mano derecha una pistola plateada y en la izquierda una especie de estrella ninja de tres puntas con grabados extraños. La oscuridad cubría todo su cuerpo, ni siquiera la luz de la luna llegaba hasta ese sucio rincón, el antinatural brillo de sus armas era el único faro entre tanto polvo y falta de luz.
El juicio había empezado, el proceso era como rutina para el verdugo. En realidad, sería más correcto llamarla cazadora. La caza había comenzado.
–¿No crees que es hora de acabar con este juego? ¿Aún piensas que tienes oportunidad de lograr algo tu solo? –dijo con voz firme y fría, lista para apretar el gatillo en cualquier momento–. Hay algo que quiero preguntarte sobre tu creador.
Inmediatamente después arrojó el objeto con aspecto de estrella ninja que de alguna forma se clavó en la pared, unos diez centímetros por encima de la acorralada presa, pero esta no mostró miedo alguno, al contrario, dijo con un tono petulante y amenazante.
–¡¡Quien te crees para hablarle así a un ser superior!! –La figura acorralada cruzó sus brazos, como si abrazara su propio cuerpo con todas sus fuerzas, este temblaba de forma anormal.
Un relámpago que vino de dentro de la habitación, del objeto incrustado en la pared, descubrió su rostro de la oscuridad. Inhumano. Era justamente eso la monstruosidad que estaba acorralada.
No solo su rostro, toda su figura quedó al descubierto por un segundo, dos grotescas acumulaciones sobresalían de su espalda, daban la impresión de que entre una lluvia de sangre dos monstruosas extremidades brotarían en cualquier momento.
Su rostro lucía resquebrajado, parecía que este fuese a caer por partes y mostrar lo que se esconde detrás de la piel. Ignorando la asfixiante presencia, la cazadora apretó con más fuerza el mango de la pistola y luego recitó unas palabras murmurando.
–¡AGHHHH!!! –El desgarrador grito de dolor provenía del ser arrinconado.
El círculo grabado en el artificio emitió su luz de nuevo. Chispas naranja y descargas blanco azuladas cubrieron el cuerpo de la criatura.
–¿Por qué no rezas? –dijo ella con una expresión penosa.
El área alrededor de un ojo del rostro de esa cosa cayó de repente, mostrando algo que no es de este mundo. La sofocante atmósfera se incendiaba cada vez más, el monstruo miró directamente a la persona apuntando su arma a él y dijo casi susurrando.
–Voy a matarte de la forma más horrible que puedas imaginar.
–Ya veo, es una lástima pero eso... –Parecía que la criatura quería seguir hablando, pero la cazadora lo interrumpió sin consideración y continuó–. ¡No puedo imaginarlo!
El sonido de un disparo alcanzó hasta el último rincón del viejo edificio. Minutos después se escuchaban unos pasos ligeros y una figura salió del edificio.
Sostenía con una de sus manos, presionando su oído, un teléfono celular.
–¿Lo dejaste escapar? No es propio de ti hacer las cosas a medias –dijo una voz proveniente del teléfono.
–Así está bien, es un mensaje claro, la próxima vez tendrá que atacarme con todo.
–Es muy imprudente, los resultados son todo, pero no apruebo tus métodos, son muy arriesgados.
–No importa cómo, no dejaré que nadie más sea lastimado. Esta es la manera de reducir posibles víctimas. –dijo la cazadora–. Este enfermizo experimento... Voy a ponerle fin.
Incluso ahora parecía que en cualquier momento más de esas criaturas saltarían desde cualquier agujero en el distrito abandonado como cucarachas.
–Esa determinación puede terminar matándote, Maika. –añadió la persona al otro lado del teléfono.
–No te preocupes, yo escogí este trabajo, es mi problema y cómo lo resuelvo también. Eliminando a todos monstruos es la única manera de obligarlo a salir.
–Pero lo hago.
Con ese último intercambio la conversación llegó a su final. Hay mucho que no comprendemos del mundo, mucho que no podemos llegar a comprender.
Preguntas complicadas a partir de esta premisa por lo general no llevan a nada, por lo que está bien dejarlas para luego.
Lo cierto es que esta historia empieza como cualquier otra, una serie de eventos y consecuencias nos trajo hasta aquí y es a partir de este día que realmente está por comenzar.
Aquella aterradora noche quedo atrás e ignorante de aquellos sucesos estaba él; este día le pertenecía a nadie más.
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Editado: 03.03.2021