Alice no estaba muy segura de en qué consistían las pruebas para pasar al
nivel intermedio, pero había más de cincuenta personas con aspecto
nervioso esperando junto al campo de entrenamiento.
No tardó en ver a Jake, Trisha, Dean y Saud entre ellos, al igual que la
gran mayoría de sus antiguos compañeros de habitación, entre los cuales
estaban las chicas que se habían metido una vez con ellos, que
cuchicheaban nerviosas y observaban el recorrido.
Dudó un momento sobre qué hacer cuando se acercó a las gradas y vio
que no había nadie con quien sentarse. Como siempre, los avanzados la
miraban con recelo por ser la nueva y la rarita. Vio a Tom y a Shana, que
apartaron la vista de ella en cuanto sus ojos se encontraron. Ojalá Davy
hubiera estado allí, pero había preferido quedarse leyendo en la habitación.
Se sentó en la primera grada con las manos apoyadas en las rodillas,
mirando el campo. Habían construido un circuito que comprendía los
distintos ejercicios que los principiantes habían practicado durante el curso.
Estaba delimitado por una línea roja en el suelo que señalaba el camino
hasta el final, empezando por un tramo básico de equilibrio y rapidez,
pasando por unas barras que debían cruzar usando solo los brazos, una red
que debían pasar por debajo y unos saltos que, comparados con su
entrenamiento actual con los avanzados, a Alice le parecieron una bobada.
Geo —el único guardián que no había tenido como profesor— y Tina
estaban hablando mientras controlaban la zona y apuntaban algo en sus
cuadernos. Alice sintió curiosidad por leerlo.
El siguiente ejercicio era el de Rhett: una zona con sacos amontonados y
figuras de entrenamiento a unos metros de distancia a las que los
principiantes debían disparar con cuatro armas diferentes: un revólver
pequeño, una pistola básica, un rifle semiautomático y una escopeta.
El instructor estaba sentado en uno de los sacos con un bloc de notas y
un bolígrafo en la mano. Parecía aburrido y bostezaba descaradamente,
contrastando de forma un poco graciosa con los nervios que mostraba todo
el mundo a su alrededor.
Y, por último, Alice vio que, en la prueba de Deane, había un círculo en
el suelo. Miró a la instructora, que tenía el ceño fruncido y también sujetaba
papel y bolígrafo para tomar apuntes.
Como la zona de Rhett estaba cerca de las gradas, Alice se puso de pie y
se acercó todo lo que pudo a él, que la vio enseguida y trotó hacia ella. Al
llegar, apoyó los brazos en la gruesa barra de hierro que los separaba.
—Mira quién ha decidido venir —le sonrió Rhett.
—Tenía curiosidad —admitió Alice—. ¿Van a tener que hacerlo todo?
—Y no solo una vez. A veces, a los instructores les da por decidir que el
mismo alumno repita su prueba. Deane siempre lo hace y tardamos una
maldita eternidad.
—Típico de ella. —Alice la miró de reojo. Parecía contenta con poder
dar órdenes, para variar—. ¿Qué harán contigo?
—Lo de siempre. Reconocer armas, saber cargarlas y, al menos, dar al
objetivo.
—No parece difícil.
—La mía no es la que los tiene así de inquietos. —Rhett negó con la
cabeza—. La prueba de lucha se hace con un grupo de avanzados
voluntarios. Ese suele ser el foco de nervios.
—Trisha lo insinuó. —Alice buscó con la mirada a sus amigos en la
cola, y vio que Jake miraba a Deane, aterrorizado—. ¿Quién decide las
parejas?
—Yo me encargo de la mitad de la lista y Deane de la otra. Se supone
que es para hacerlo justo y aleatorio, pero...
Hizo una pausa y la miró. Parecía un poco tenso.
Ay, no. ¿Rhett tenso? ¿Lo había estado alguna vez?
—¿Qué pasa? —preguntó ella con un hilo de voz.
—Tengo que contarte algo, pero acércate.
Alice se inclinó, nerviosa, y apoyó las manos junto a sus brazos en la
barra, mirándolo.
—He visto la lista de Deane —le dijo lentamente.
—¿Y qué pasa?
—Alice, no te alteres. —Rhett miró a su alrededor, asegurándose de que
nadie los veía—. Ha emparejado a Jake con Kenneth.
Ella palideció.
—Será...
Se cortó a sí misma y echó una mirada asesina a Deane, que seguía
centrada en sus asuntos. Sintió que una rabia mezclada con impotencia
empezaba a recorrerla de arriba abajo.
—Tiene que ser una broma —le dijo finalmente a Rhett, como si quisiera
que lo confirmara.
Él apretó los labios y negó con la cabeza.
—Ojalá lo fuese.
—¡No puedes dejar que se pelee con él! ¡Lo matará!
—Tranquilízate —le pidió él—. Y escúchame.
—¿Que te escuche? ¡Rhett, lo va a destrozar! ¡Ha sido esa... esa cabrona
que quería vengarse de mí! ¡Va a matarlo!
—No lo hará si me escuchas —replicó él irritado.
Alice se calmó. El corazón le bombeaba sangre a toda velocidad cuando
vio a Jake de nuevo en la cola, tan pequeño y bueno... No podía enfrentarse
a Kenneth. ¡No podía!
—He visto a ese idiota en otras pruebas de intermedios —le dijo Rhett
en voz baja—. Sé cuáles son sus puntos débiles.
—¿Y eso qué...?
Para su sorpresa, Rhett la sujetó de la mandíbula con una mano para que
lo mirara. Alice se quedó quieta al instante, si bien seguía temblando por
dentro al pensar en el combate de su amigo.
—Yo no puedo hablar con los principiantes —le dijo Rhett, con una
mirada significativa—. Pero a nadie le importará que tú vayas a desear
buena suerte a tu amigo, ¿me explico?
Alice tardó unos segundos en entender qué le decía, pero cuando por fin
lo comprendió, abrió los ojos como platos, aún nerviosa.
—¿Qué... qué le digo?
—Memorízalo, porque lo va a necesitar. —Rhett suspiró—. Que no
bloquee los golpes, que los esquive tanto como pueda, y que, haga lo que
haga, no se caiga al suelo. Eso es muy importante, ¿lo entiendes?
—S-sí...
—Si ve que va a golpearlo, que no sea en la cara, que sea en el hombro o
en el brazo. Y que solo ataque cuando Kenneth esté al borde del círculo. El
primer golpe que le dé tiene que ser en el plexo o en la ingle. Si todo va
bien, solo deberá lanzar un golpe para que salga.