Capitulo 8
Henry
Una de las cosas más difíciles ya se hizo, todavía tengo que seguir, hoy no me voy a casa hasta no recuperarlos a todos.
Toco el timbre de la casa de Liam y Danielle, ya diré lo que salga desde mi interior, creo que con ellos es más fácil porque son más tranquilos. El rostro de mi amigo Liam se hace presente frente de mí, me mira con gran sorpresa. Todavía recuerdo que nos conocimos por accidente; en realidad así pasó, mi padre me regaló un carro a los 16, pero aun no sabía manejar bien, iba por una calle muy transitada de aquí de Londres cuando choco por detrás a otro carro, en ese momento conocí a mi otro hermano.
No quita su sorpresa.
Se pone serio.
- Quisiera hablar contigo, es muy importante.
- Pasa.
Se hace a un lado, él siempre ha sido el más comprensivo.
Me guía por un pasillo, volteamos a la derecha, la sala es bastante grande, el tono negro resalta por todos lados. Por lo que he podido ver así están pintadas todas las casas de los vampiros.
- Toma asiento y me cuentas a que has venido.
Señala un sillón frente a él, me siento.
- Vengo a disculparme, soy el mayor imbécil de la historia. Dejé a mi familia por una aparecida.
- Y no fuiste un caballero con la única mujer que realmente se ha metido en tu corazón, la pisoteaste dejándola tirada junto a sus hijos.
- Que también son míos.
- Serán tus hijos al momento de recuperarlos.
Su tono es serio.
- Y lo voy hacer, por eso estoy dando la cara.
- Ese es el Henry que conozco, me da gusto que volvieras.
Se levanta de donde está, hago lo mismo.
- Bienvenido nuevamente a la familia, espero que Drácula te acepte en el clan.
Estira la mano, la tomo.
- Gracias por confiar nuevamente en mí.
- Porque sé que esta vez no nos vas a fallar.
- Primero se acaba mi eternidad.
- Así es que se habla.
Nos abrazamos como en los viejos tiempos.
- ¿Puedo hablar con Danielle? También tengo que disculparme con ella.
Digo al separarnos.
- Claro, ella está con los niños en el jardín.
*
*
*
Con la guía de Liam llego al jardín que en realidad parece un cementerio, puedo observar como tres niños tienen en sus manos unos animales medianos que no logro identificar que son, los meten en unos huecos listos para enterrar con ayuda de Danielle, esta coge una pala para la tierra cuando siente mi presencia. Me mira con confusión.
- Henry, ¿Qué estás haciendo aquí?
- ¿Podemos hablar un momento? Prometo tomarte poco tiempo.
Asiente.
- James, lleva a Samantha y a Sophia donde papá para que les de la merienda.
El niño como de 8 años asiente sacudiéndose las manos para llevarse a sus hermanas. Ya solos, Danielle vuelve a mirarme.
Se cruza de brazos levantando una ceja.
- Voy directo al grano porque sé que eres la que más me puede entender.
- Habla pues.
- Deseo que me perdones por mi embarrada.
- No sé qué decir.
Arregla sus rulos.
- Me decepcionaste enormemente, creí que por fin Katherine había encontrado al gran amor de su existencia, pero lo que encontró fue su más grande decepción.
- Sé que le hice demasiado daño, aunque tenga toda la eternidad para buscar su perdón, no voy a dejar de luchar por ella por mucho que quiera matarme.
- No leo los pensamientos como Katherine, pero siento que dices la verdad.
Por primera vez me sonríe.
- ¿Tú crees que me perdone?
- Ella siempre te ha amado; así que lo hará.
- Esperemos que sí.
Tuerzo los labios.
- Gracias por perdonarme, no volveré a fallar.
- Sé que no lo harás, ahora ve por tu familia.
- Antes de eso quisiera ir hablar con Zack y Perrie.
- Para verlos tienes que ir a Hunedoara, hace unas horas Perrie me dijo que irían para el c’ber.
- Entonces es hora de teletrasportarme a Rumania.