Capitulo 11
Henry
No sé si tocar la puerta de la casa de Katherine, desde que llegué hace una hora no he podido por miedo y cobardía, se conoce como es ella, ya veo una bola de fuego cogiendo para mi cabeza. Tengo que dejar la cobardía, llegó el momento de la verdad, tengo que enfrentar la cruda realidad.
Toco dos veces la puerta, a los pocos segundos lentamente esta se abre dejando ver primero un par de ojos color esmeraldas como los míos, seguido de esto deja ver todo su rostro, es un niño como de unos 8 años ¡Es mi hijo! Es una copia de su mamá.
Me adelanto a decir con gran emoción.
Quiero abrazarlo y decirle que soy su papá.
- ¿Tu mami está? ¿Puedo verla?
- Si se encuentra, pero ¿Quién la necesita? Si no me dice no lo puedo dejar pasar.
Tiene una voz muy linda, todavía no puedo creer que estoy frente a mi hijo. Abro la boca para hablar pero la voz que tanto extrañé se escucha hasta donde estoy, es ella, ahora si llego el momento de enfrentar todo.
- Edward mi amor, te he dicho muchas veces que no abras la puerta si no estoy cerca, puedes ser semi vampiro, pero eres un niño.
Katherine le puso mi segundo nombre, creo que tengo una esperanza.
- Perdón mami, como veía que nadie abría la puerta decidí hacerlo.
- La próxima no lo vuelvas hacer.
Se escucha acercándose.
- Si mami, no lo volveré hacer.
- ¿Con quién estás hablando?
La puerta se abre más para dejarla ver, su rostro es difícil de descifrar al verme, los segundos se hacen eternos, temo decir algo porque es capaz de electrocutarme.
Su voz realmente furiosa salió explosivamente asustando a mi hijo.
- Ed, vez a tu alcoba.
- Pero mami.
- Edward, dije que te vayas a tu alcoba, no lo volveré a repetir.
Su furia ahora es contra mi pequeño, este se fue corriendo bastante asustado.
- ¿Por qué le hablaste así? Es un niño.
Me enfrento a ella.
- ¿Ahora te preocupa como trato a mi hijo? Eso no es tu problema.
Pone los ojos negros.
Ahí está la vampira que da miedo.
- Vuelvo y repito ¿Qué haces aquí? ¿Y qué quieres?
- Vengo a pedirte perdón.
Es mejor no andar con vueltas, ella se desespera muy rápido.
Sus ojos volvieron a la normalidad. Se ríe a carcajada con un gran toque de sarcasmo.
- ¿Eres idiota o te haces? Nada más en tu cabeza cabe que dando la cara cree que ya voy a perdonar todo lo que me hiciste.
- En ese momento estaba cegado, tenía mucha rabia porque me enteré que eres vampira, Aranza se enteró y acudió a mí, por esa rabia me metí con ella y dejé que me convirtiera. Cinco años después me doy cuenta de todo lo que perdí, pero quiero recuperarte.
- ¿Quieres recuperarme después de querer matarme?
Ay no.
- Las cosas no son como tú crees.
- ¿Entonces cómo? Lo que dijiste en la clínica era muy claro, me querías muerta.
Niego rápidamente.
- Eso no es así, Aranza me mandó hacerlo, pero no pude porque siempre te he amado y no lo dejaré de hacer.
- Te quiero lejos de mí y de mis hijos.
- No me voy alejar de mi hijos, tengo derecho a conocerlos y ellos a mí.
Vuelven los ojos negros.
- Veo que se te olvidó cuando dijiste que ellos no son tus hijos y preferiste a la traicionera de Aranza.
Lo recuerdo como si fuera ayer.
- Ese mismo día me golpeaste sin pensar que yo podía arrancarte la cabeza allí mismo.
Eso es cierto.
- Desde el momento que dijiste que mis hijos nunca serán tuyos fuiste a parar a mi lista negra. Lárgate de aquí, olvídate que alguna vez nos involucramos.
Sus ojos ya no son negro; si no llorosos.
Cierra la puerta de un tirón golpeándome la nariz.
* * * * *
Darcy
- ¿Edward, él es nuestro papá?
- Eso parece.
Se alza de hombros.