Clandestino el último exorcismo

CAPITULO 6 Equipo Élite

Un sujeto con un tono de cabello artificial dio el primer paso hacia el frente, delante de las pocas personas de la élite, y sonrió de forma gentil.

—Espero que te sientas bienvenida, Grace Shawin. Es un honor tenerte aquí entre nosotros… —Parpadee unos segundos y el sujeto desapareció de mi ángulo de vista, y tan sólo al otro estaba acariciando mi mano —Para ser honesto siempre quise conocerte, estoy muy nervioso, lo siento. Pero es que tú eres… ¡eres la elegida! Entre todos los exorcistas te consideramos una ídolo, realmente lo eres para todos nosotros… y yo, lo siento… no sé cómo actuar —Se rascó la nuca sin parar de reír nerviosamente. Yo tampoco sabía cómo reaccionar luego de su comportamiento.

Nolan, quien no se apartó ni un centímetro de mí,  alejó con ambas manos al muchacho.

—Déjala ya, Frey —Su tono no era brusco, sino como alguien dirigiéndose a un hermano cercano.

— ¡Pero es Grace! ¿Puedo llamarte Grace, verdad? —Me guiñó el ojo.

—Ah… —Aparté la mano una vez que me soltó.

—No —Respondió Nolan en mi lugar, cruzando los brazos al lado mío.

Frey le mostró la lengua y volvió a su posición inicial.

—Por cierto, como has escuchado de mi amigo Nolan, soy Frey. Mi apellido es Patrikson —Sonrió una vez más, para luego ser interrumpido por la chica que se acercó a nosotros.

—Dejando a un lado a Frey, mi nombre es Kristen Sisella Makayla Springer —Hizo una breve reverencia, inclinando su cabeza con los párpados cerrados, que mostraban la delicadeza de su maquillaje.

Una vez incorporada, la joven (idéntica a una muñeca) poseyó una expresión de desagrado. Al parecer había otra persona que tampoco estaba interesada en lo absoluto sobre estar en esta especie de bienvenida.

—Les agradezco la bienvenida —Pronuncié, principalmente dirigiéndome al director —Como ya sabrán, soy Grace Shawin —Elevé las comisuras por un instante, pero no pude sostenerlas por más tiempo.

El director dio unos pasos hacia la puerta.

—Los dejaré conversar para que se conozcan mejor. También podrán disgustar de las mesas con bocadillos.

— ¿Qué? ¿Hay comida? —Preguntó Frey, y el director cruzó la puerta con una risilla en sus labios.

Cuando se marchó decidí tomar asiento, y al hacerlo todos los presentes me siguieron, imitando el movimiento. Por supuesto, Nolan se sentó a mi izquierda, y Frey a mi derecha, agarrando como demente cada bocadillo que estaba a su alcance.

Lo miré con una pequeña mueca que se desvaneció en segundos. No quería que me tomaran como mala desde tan temprano.

—Así que la elegida está entre nosotros —Dijo la dichosa Kristen Sisella Makeyla Springer, con su antifaz repleto de joyas y un lujoso vestido con mangas tan largas como el uniforme de Eloy Nolan.

No podía ver su rostro, entonces su cabello fue quien me llamó la atención, bien cuidado, sedoso y de color negro con reflejos púrpuras.

Y aún con su exótica apariencia, distinguí que sus palabras sonaron como una burla.

—Me pregunto qué es lo que te hace tan especial —Sonrió a medida que probaba una fresa con su tenedor — ¿Sabes? Ninguno de nosotros pudo verte en acción. Nuestro país está demasiado lejos del tuyo, y como la guerra inició sin previo aviso… Bueno, ya sabes, nadie pensaba que sucedería tan rápido, ¿O es que hiciste enojar a Satanás? —Mordió otro pedazo del fruto.

Me quedé en silencio y con expresión irrelevante. No me afectaba para nada su comentario, y mi ritmo cardíaco continuaba estable. Los únicos que pueden sacarme de sí son las personas de mi pasado.

—Hay rumores que acusan que al comienzo te vieron con él, luchando a su lado, ¿Es que era demasiado guapo como para lastimarle el rostro? —Estalló en fuertes risas, en las cuales no dejó ni por un momento de verse educada. Los demás en cambio no dijeron nada.

Resoplé, no tenía ánimos para hablar de aquel cretino, pero tampoco podía dejar pasar que inventasen rumores sobre ambos. Aunque bien sabía que no eran rumores.

—Primero debes sacarte el antifaz para poder hablar conmigo, ¿No crees?

Frey se atragantó con un pastel, y tomó un buen trago de agua.

—Grace… —Intentó advertirme.

— ¿Cómo te atreves a decirme algo así? —Sisella elevó la voz, disgustada, mientras que la enfadada tendría que ser yo.

— ¿Dije algo malo? —Pregunté con naturalidad, mientras por dentro me reía por su conducta.

—Soy una suma vidente, de las únicas en todo el mundo. Pertenezco a la casa de los nobles Springer, ¿Es que ni siquiera habías oído sobre ellos? —Vuelve a reír —Eres una total ignorante. Como tú eres la elegida, yo soy igual de importante aquí.

—Sisella —La silenció Nolan, sus ojos parecían desprender un aura tenebroso —Eres tú la que no puede dirigirse de esa manera a la elegida, ¿O es que quieres ser expulsada de la élite? —Sonrió, centrando en su mirada a la presa, quien comenzaba a ruborizarse —O si prefieres… aún más humillante, ser expulsada de cualquier localidad de exorcistas, incluyendo de los nobles. Destruyendo cada paso que hiciste para llegar tan lejos, únicamente por hablarle mal a la elegida… ¿Es que deseas eso?

Sisella no pudo contener el temblar luego de la advertencia (o amenaza) del muchacho seductor. No parecía ser el mismo que me recibió anteriormente. Pero si me está protegiendo… no debe ser malo. Sólo lo hizo por mi bien, intenta ayudarme cuando ninguno de los demás se atrevió a hacerlo.

Me echó un vistazo de reojo y sonrió, levantando una de sus comisuras. La escena era demasiada para mí y sólo planee huir.

 



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En el texto hay: angeles y demonios, amor, exorcistas

Editado: 04.10.2020

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