Clandestino luz y sombra

CAPITULO 16 APARICION

“(…) Si de nuevo quieres indagar,

Sólo asómate

Y en el precipicio estarás;

Afrontarás tus metas,

Vencerás tus temores

Pero no sin antes ver

lo que traen las decepciones.”

(En el borde del precipicio)

 

 A medida que me acercaba a él podía escuchar su conversación con otro profesor.

—Tendríamos que haberles enseñado hacer un simulacro de evacuación, así ahora no estarían tan escandalosos como en este momento e irían en orden, caminando y no corriendo.

— ¿Evacuación? — Pregunté una vez cerca para poder hablarles.

—Oh... señorita Shawin —Era el profesor Andrew, quien de inmediato ocultó sus manos detrás de la espalda con nerviosismo.

—Así que ya despertó —El profesor de la derecha se fijó en mí, mirando de arriba abajo, buscando algún indicio de malestar.

—Así es profesor Pedro, y les dejé un regalo sobre la cama —Sonreí, sintiéndome por primera vez superior.

—Déjame adivinar, un sello en el aire —Se cruzó de brazos, dejando notar los bíceps a través del saco.

— ¿Cómo lo adivinó?

—Una de las enfermeras fue a visitarte y encontró el sello, sin ti en la cama, entonces nos avisó a todos...

— ¿A… todos? Entonces el profesor Tadeo ya sabe que pude hacerlo.

No estaba segura de cómo se comunicaron tan rápido, apuesto a que tienen algún aparato especial o será obra de alguna técnica de exorcizadores. Después de todo, siempre parecen estar al tanto de cualquier detalle. A no ser que ellos sí tengan posesión de sus celulares.

—Sí, lo sabe, pero quizá no te apruebe porque te excediste de tiempo —Sigue siendo igual de pesimista que siempre —El director ordenó que mañana te dirijas a su despacho.

— ¿Mañana, por qué no ahora?

—Porque, por si no lo has notado aún, estamos algo ocupados en este momento.

—Ya que lo dices, ¿A qué se refirieron con evacuación? ¿Y por qué todos están yendo a sus habitaciones si apenas atardece?

—Eso no te incumbe, así que has como todos y vuelve a tu dormitorio.

Con esto sé de dónde Peter sacó lo arrogante.

—Está bien... pero mañana me deberán una explicación.

—Y tú una mejor nota, todavía tienes que subir el cero por la pelea.

Éste profesor me saca de quicio, es pesimista, arrogante y además primo de Peter, ¿Qué otra cosa mala puede tener?

Cierto, que me puso un cero por una pelea que la provocó su propio primo, y no sólo a mí, sino también a Nick, Daisy y Anelis.

Por lo menos Peter no tuvo excepción, porque si no fuera así hubiera llamado al director hace mucho tiempo. Hablando de ellos cuatro... quiero verlos ¿Dónde estarán? ¿Ya habrán entrado a sus dormitorios? Debo confirmarlo antes de entrar al mío.

Cambié mi rumbo, y en vez de dirigirme a mi habitación me decidí por buscarlos a ellos. Si era necesario me recorrería toda la academia para saber sobre ellos.

Me sentía algo incómoda al preguntar si los vieron. Me acerqué a la primera persona que vi detenerse por la agitación y cansancio de tanto correr, y cuando abrí la boca para hablar, empezó de nuevo a correr hasta que la vi entrar en una habitación. Nadie me respondió, y me sentía más insegura al no saber qué es lo que sucedía.

Me alejé de las habitaciones y me dirigí a la parte trasera de la academia. Esta zona está descubierta, repleta de árboles, quedaba al lado del bosque.

Aunque el paisaje era muy bonito, los árboles me bloqueaban la vista y empecé a imaginarme pasos. La inseguridad me atrapó.

Me volteé para regresar adentro de la academia, pero algo me impidió hacerlo. Un espíritu estaba a tan sólo unos metros de distancia sobre mí. Uno más temible y horroroso que el primero que había visto.

Me recorrió un escalofrío en la espalda, fue al recordar que nadie sabe que estoy aquí, atrapada con un espíritu y quién sabe cuántos más podrían encontrarse en esta zona. Retrocedí al verlo acercándose, el pelo se me erizó.

El cuerpo del espíritu es casi transparente, tenía algo similar a un profundo hueco en el lugar donde deberían estar los ojos. Sus uñas, tan largas, alcanzando varios centímetros, al igual que su cabello.

A pesar de lucir similar al primer espíritu con el que me topé, éste tenía algo diferente, el hueco en sus ojos significaba que no posee ningún alma: es un espíritu errante, literalmente, un alma en pena.

Lo único que sé es que su presencia es provocada por una invocación, o incluso al sacarlos de la tumba. Por ende tendría que cumplir los deseos de su nuevo amo, aquel que los despertó de su letargo sueño.

Únicamente sirven para obedecer a sus dueños y deambular en busca de una víctima con tal de quizá, llenar el vacío dentro de sus almas sin vida.

No sabía cómo defenderme, no tengo incluso un arma o una protección para librarme de aquel espíritu. Eso fue hasta que, retrocediendo, tropecé con una rama y caí al suelo. Entonces recordé el breve entrenamiento al que me sometieron.

Creé un sello en el aire, precisamente donde estaría el espíritu para así atraparlo. Desde luego, debía actuar rápido porque el sello nada más funciona para retener, es algo temporal.

A través de mi experiencia propia, lo pude exorcizar, recitando un verso y extendiendo la mano. Igual que aquel día.

Luego caí sentada por el miedo y la falta de respiración durante el conjuro. Logré volver en sí, y a los pocos segundos mi equilibrio mental se desvaneció.

A la distancia se oyeron aplausos. Temí por un instante que algún estudiante hubiera visto el exorcismo. Aunque los aplausos se aproximaron con velocidad, hasta alcanzarme.



#17306 en Fantasía
#36830 en Novela romántica

En el texto hay: secretos, amor, exorcistas

Editado: 24.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.