Al cruzar por unos árboles nos encontramos con los guardias, Hernán se adelantó y les habló de las personas que íbamos a entrar, pude ver sus armas en sus fundas. Hernán prefirió quedarse con ellos cerca del auto. Pasamos de ellos y en un claro vimos las ruinas de lo que había sido una especie de aldea o algo así. En este momento estoy justo enfrente, veo a David que se apresura a sacar la cámara. El viento susurra y hace que los árboles bailen, en vez de asustar más bien da una sensación de tranquilidad que espero se mantenga a lo largo de nuestra visita.
— Clari ¿Estás lista?
— Acomódate el cabello por lo menos Clari — Me aconseja Abbie.
— Claro.
— Déjame prender esta cosa — se la lleva al hombro—. Listo... ¿Tú que harás Hippie?
— ¿Te importa?
Me pongo en posición, las ruinas están justo detrás mío. David cuenta tres y empieza a grabar. Bajo mi voz.
— Hola chicos y chicas, soy Clarissa. En este momento no estamos en el sótano de Clari sino en Heblem una ciudad llena de misterio, como pueden ver detrás mío hay unas ruinas, se cuenta entre los pobladores que grupos de gente venían a este lugar y ofrecían sacrificios a lucifer y no sé qué otras cosas. Al final de los años sesenta un incendio...
— Se cree que es un incendio... — Abbie se mete—. Otros dicen que pudo ser una masacre y un saqueo por parte del pueblo no se sabe con certeza. Por cierto, soy Abbie oriunda de este hermoso y peligroso pueblo llamado Heblem.
— Sí, gracias a ella...
— Y a su novio — termina David.
— ¿No tendrás problema Abbie? — pregunto preocupada.
— Por ahora dedícate a grabar y a decirle al cámara que se calle, igual puedes cortar partes del video.
Nos acercamos a la edificación que sigue en pie.
— No hay problema entonces, este lugar es el único que "sobrevivió" vamos a entrar y ver con que nos encontramos.
El crujir de los escombros nos acompañan, al entrar vimos una sala muy espaciosa y algunos cuartos que no tenían nada de interesante.
— Abbie cuéntales de la plaga de los ojos negros.
— Se cree que de este lugar nació el causante de la plaga de los ojos negros. Un chico conocido como Alex Seth...
Necesito que leas un libro para mí.
¿Crisbel? Esa es la voz de Crisbel.
— ... Cuerpos con sus ojos negros se encontraban por todo el pueblo, tenebroso ¿no creen? Una anciana me contó... ¿Clari estas bien?
Nota que busco algo con la mirada, es imposible que escuche a Crisbel ella está en mi cuarto.
— Clari esta rara desde que salimos del apartamento — David también lo nota.
— No nos podemos ir solo tenemos está oportunidad Clari.
— No se preocupen es solo que el lugar me asusta un poco.
La luz de la linterna se mueve de un lado para otro, estamos en silencio esquivando los escombros, veo como Abbie se aleja solo puedo ver la luz que se mueve.
— Vamos necesito grabar algo paranormal — dice David.
— ¡Chicos encontré algo!
Al escuchar el grito de Abbie corrimos a averiguar, era una especie de compuerta en el suelo, ya está abierta, abajo podemos ver una escalera en forma de espiral.
— Clari tú vas en el medio porque te veo asustada, el chico sin cerebro va atrás.
— Gracias.
Una biblioteca nos esperaba.
— Mi hermano no estaba loco, es lo que él dijo que vio.
Busca el libro y tráelo a mí que nadie lo vea. Ocúltalo.
— ¿Dónde está?
— ¿Que? — pregunta Abbie.
Hablo en voz alta.
— El libro que vio tu hermano — me salvo por el momento.
— Vamos a buscarlo.
Ahí.
Ahora sí estoy asustada. Lo que he estado escuchando pertenece al diálogo que tuve con Crisbel o lo que fuera en el sueño, y si recuerdo bien ella nunca usó esa palabra. Es nueva. Como si estuviera observándome, detengo mi vista, a lo lejos puedo ver un libro extraño, tiene una tapa dura y tiene un tamaño medio, la chaqueta que ando puesta me va a servir, el problema es que David no quita la cámara de mí.
— Me llevaré uno de estos. Graba esta portada.
En ese momento David gira la cámara, mi oportunidad. Una vez guardado me detengo a ver lo que Abbie encuentra. La portada del libro que sostiene da escalofríos, pone una gran araña comiendo a una persona.
Sigo narrando lo que vemos, de cuando en cuando toco la mi chaqueta para saber que el libro sigue ahí. ¿Como sé que es ese? La voz me lo dijo. Este es un buen momento para preguntar si me estoy volviendo loca, lo más probable es que deba dejar este pueblo y dedicarme a otras cosas, a mis estudios, por ejemplo. Listo, apenas sepa que ocurre con esa muñeca y el libro me largaré de este pueblo, no deseo pasar mi vida en un centro psiquiátrico.
La cámara sigue encendida y un sonido en las escaleras nos hace sobresaltar, las linternas apuntan hacia el lugar, nos mantenemos callados. Unos pies se comienzan a ver al bajar,
— ¿Será un guarda? ¿El novio de Abbie? — Susurra David.
— Cállate imbécil.
¿Orlando? no se supone que este aquí.
— Esos focos son potentes podrían quitarlos de mi cara — dice, su mano sirve de bloqueo.
— Tú no deberías estar aquí — Abbie está igual de sorprendida.
— No, pero estaba curioso por saber cómo Clarissa Marín y David Carter trabajan juntos.
— ¿Orlando de la Cruz sabe mi nombre? — dice David—. ¡Dios!
Sabe mi nombre. En el poco tiempo que la luz lo iluminó pude ver su gran chaleco de cuero su pelo largo amarrado en una cola y su gran cuerpo.
— El alcalde no sabe esto, eso es seguro. ¿Saben? el alcalde no me dejó trabajar con ustedes porque quería que yo me llevará el crédito de la investigación, pero después me dije: ¿Por qué no ayudar a dos jóvenes promesas? podríamos trabajar juntos en esto.
— Hernán me dijo que tú no querías trabajar con Clarissa.
— Debo hablar con él, nunca dije eso.
— ¿Hernán te dejó pasar?
— Ni siquiera sabe que estoy aquí. Los guardias me avisaron que vendrían y me adelanté. Tengo un plan, nos vamos a un lugar más "civilizado" y les cuento ¿sí?
— ¿El video? — pregunta David
— Déjalo David ya grabamos bastante.
Lo seguimos, al llegar a la claridad de las casetas Abbie arremete contra Hernán.
— ¿Tenías todo bajo control?
— ¿En qué momento...? — Hernán mira a Orlando sorprendido.
— Te falta mucha experiencia hijo — responde Orlando— Por cierto, que buscaban en esas ruinas ¿Algo especial?