Llegamos a la mansion y Clarissa me espera en la puerta tomada de la mano de el señor Stevens.
Bajo de el auto solo porque mis pies no aguantan mas esta tortura.
–Katy;Michael y yo te tenemos una gran sorpresa. Siguenos.–
Nos dirijimos a lo que parece la parte trasera muy lejos de la manción, eso parece un garaje.
Michael abre las grandes puertas con un control y dentro se iluminan un monton de autos. Hay dos autos en especifico que llaman mi atención.
–Ambos son tuyos, los escojimos especialmente para ti.–
Debo admitir que son hermosos y me encantan porque oh dios!! Ni siquiera puedo pensar.
–Son hermosos. –
–Podras salir, pero las escoltas te seguiran en las camionetas a donde quiera que vallas. –
–Te agradesco Mike.–
Me acerco a el para darle un gran abrazo y espresarle toda mi gratitud.
–No fue nada, ¿ves esos tres de alla?
Señala al fondo de la cochera dejando ver un trio de autos preciosos.
–Esos son de mi hijo, quien ahora no se encuentra, porque es un niño caprichoso–
Clarissa me entrega las llaves de mis autos nuevos y le doy un abrazo, del cual ella inmediatamente se aleja, nunca le han gustado las muestras de afecto, o al menos no las que vengan de mi parte. Pero con el tiempo te vas acostumbrando a que tu madre te odie o que simplemente no se encuentre en casa seguido. Mi padre siempre estaba conmigo, aunque trabajaba, siempre me recojia de la escuela e hibamos juntos a casa para pedir comida chatarra y mirar peliculas. Amaba a mi padre mas de lo que se podia amar, el era el hombre de mi vida Y la vida me lo arrebato.
–Necesito trabajar–
–Katherine no seas ridicula, no lo necesitas–
–No es tu desicion Clarissa, ademas se lo debo a mi padre. –
El trabajo me apartaba de mis malos pensamientos y de revivir mi doloroso pasado, igual podria vener las empresas y comprar otra.
–Ya llegue–era una voz gruesa y varonil, gire para ver de quien provenia, y me sorprendi con un chico cubierto de tatuajes con ojos negros, se veia genial. A su lado se encontraba otro chico muy guapo de cabello rubio y tambien cubierto de tatuajes.
Volvi a girar para encontrarme con Clarissa.
–Tu dejaste de controlar lo que hacia, desde el instante en que me dejaste, asi que ahora Clarissa, vete acostumbrando, ya no eres nadie en mi vida. Si quiero meterme en problemas es mi asunto, si quiero vestirme mal, también es mi asunto. –
Me subí al auto y acelere hasta hacer rechinar las ruedas y salí de ese maldito lugar. No tengo ni idea de a donde carajos me dirijia, asi que llame a Joe para que me ayudara.
Recuerdo cuando mi padre me enseño a conducir y de ahí comenzaron los problemas. Me metia en problemas en la calle y despues en la escuela. En ese entonces tenía 15 y estube a punto de que me llevaran a la correcional de menores. Mi padre me ragañaba y entonces cuando sucedio su accidente, deje de hacer todo lo que me recordaba a el. Todo aquello que me recordaba a el, me dolia y simplemente me aleje de todo eso.
Editado: 29.05.2019