Del otro lado del frondoso bosque, en una llanura de hierba rosada que danzaba con el viento, los Héroes del Resguardo Real festejaban cada acierto de su líder, con grandes gestos, aplausos y vociferaciones, mientras tanto a la bella Natialett se la veía concentrada y de buen ánimo, de otra forma no podía ser, ya había dado a más de 15 dianas con su flecha encantada, era evidente que dominaba la magia con gran destreza. El joven Valían había llegado hasta allí, y la observaba atónito escondido en los arbustos, no podía creer lo que presenciaba, ahora mismo Natialett se encontraba dando grandes saltos a través de varios aros de fuego que flotaban por todo el lugar, pudo notar que cuando el fuego rozaba el aura violeta que se desprendía de ella esté se extinguía en vez de avanzar más, y ella no parecía afectada en absoluto, por el contrario se desplaza con demasiada gracia por el interior de aquellos aros, como lo hacen las bailarinas clásicas, totalmente delicadas y calmadas.
En aquel preciso momento cayó sobre él, Tennyson, el Moäri lo había seguido de cerca a través de las copas de los árboles, y la rama dónde se encontraba no soporto más su peso, el estruendo causó gran alboroto, alertó a los vigías, Tennyson huyó rápidamente, cuando Valian pudo advertirlo se encontraba él solo en presencia de un hombre totalmente musculoso que lo miraba muy amenazador, antes de que Jackson pudiera responder, el joven musculoso lo arrojo con facilidad sobre la hierba rosada de la llanura, haciendo que todos los presentes pudieran verlo, Valian se encontraba bajo esas miradas inquisitivas, Natialett mostrando temple de acero, le apuntó con la misma punta de lanza con la cual cazaba animales grandes, lo cual asustó mucho a Jackson, esa lanza realmente asustaba.
Entre tanto Valian y Natialett no dejaban de mirarse fijamente a los ojos el uno al otro, los dos se examinaban, trataban de entenderse, él se hallaba de rodillas frente a ella, que seguía apuntándole con la lanza, esos instantes fueron eternos.
Un silencio se produjo, Natialett se detuvo y camino hacia él.
Pero su cuerpo no mentía, estaba asustado, temblaba de miedo, sus ojos incesantes viajar de aquí para allá, buscando un lugar, una esperanza, una salida, quizá Valian quería morir porque pensaba que esa era su salida, pero su cuerpo suplicaba vida. Natialett lo observaba, no existe ser más hábil que, podía entender lo que sucedía.
Sé despidió y se elevó por los aires camino al gran castillo, Valían se sentía como parte de una brocheta de pollo en ese momento, además no le agradaban para nada las alturas, cada tanto Natialett sacudía un poco el extremo de la lanza para torturar más a Jackson, él evitaba abrir los ojos durante el transcurso, pues subía y bajaba por los aires y esa sensación le causaba terror.