La campaña da inicio a las clases, todos ya sé encuentran en sus respectivas aulas. Cada uno con un máximo de 20 alumnos, divididos en 4 filas de 5 pupitres. Clive y Nick, pertenecientes a la clase 2-V, se encontraban en un aula con 7 sitios vacíos, mientras que el tic-tac del reloj analógico rompía aquel delgado silencio.
La escuela había convertido en un tabú el hablar sobre las desapariciones, como una medida para evitar rumores falsos que mancharan el nombre de la institución. La clase de Matemáticas estaba en curso, el Profesor escribía en el pizarrón las ecuaciones a resolver en la clase. Clive se encontraba resolviendo sus ejercicios, al igual que Nick. El Profesor ya habiendo terminado de escribir, empezó a caminar alrededor del aula.
La clase de este Profesor era aterradora por la intimidante mirada del mismo, acompañada de su grave voz. Sin mencionar la pesadez que esta tiene sobre sus alumnos para mantener disciplina. El despeinado cabello negro claro le había ganado una buena fama con las profesoras pero eso no quitaba que también le tuviesen miedo.
—¿No entiendes a algo, Elrich? —Pregunta la grave voz del Profesor a Clive. Tomándolo del hombro.
—N-no, Profesor Algrit. Sólo sueño despierto. —Titubea Clive. El docente asiente con la cabeza y sigue su camino.
—Concentrate. —Añade El profesor Algrit a espaldas.
Después de 4 horas seguidas con el mismo Profesor, la campana da inicio al primer receso. Todos los alumnos, abandonan el aula lo más rápido posible hacia la cafetería. Con el objetivo de alcanzar a tener uno de los míticos panecillos de mantequilla que sirven los lunes.
Normalmente la cafetería es un lugar muy tranquilo, pero hoy. Es una guerra por sobrevivir. El Director ha intentado varias medidas para mantener el orden, primero intentaron poner profesores a cargo de mantener el orden. Pero terminó en desastre.
Intententaron quitar los panecillos del menú, pero eso les costó una guerrilla entre estudiantes y docentes de la Academia. Así que el nuevo plan eran los paquetes sorpresa. Los pastelillos de Mantequilla eran entregados como un premio al azar. Habían tres tipos de pastelillos. Simples, de chocolate y los de mantequilla.
Cuando un alumno va a recibir el servicio de la cafetería, durante el primer receso está te otorga una bandeja con un pequeño desayuno, una caja de leche y un postre. Siendo los lunes de pastelillos. 150 pastelillos de mantequilla y más de 15,000 alumnos hambrientos de estos. Así que cualquiera que sea elegido por uno. Una ola de 14,850 personas se iría contra el.
Dicho y hecho. Mientras Clive y Nick estaban en la enorme sala, disfrutando de la fría leche. Uno de los desafortunados se dio a conocer, uno a uno, hasta que nuevamente el caos se desató. Los chicos dejaron sus bandeja como municiones en la próxima guerra de comida y partieron a su salón. Justo a tiempo antes del gran estallido.
Justo después de cerrar las puertas, el confrontamiento dio inicio. El receso dura 40 minutos de los cuales tenían 25 aún libres, perfectos para investigar. Pero necesitarían algo de la mochila de Clive. Así que ambos regresan al aula 2-V, observando como algunos profesores van hacia la cafetería a toda prisa.
Clive y Nick entran a la habitación, ahí se encuentran algunos de sus compañeros haciendo tareas por entregar. Uno de ellos se les acerca, un chico de piel morena como la de Nick. Y grisáceo cabello.
—Clive, ¿Puedes prestarme tú investigación de historia? —Pregunta el chico. Clive saca una carpeta negra de su portafolio y le hace entrega.
—Trata de devolverla antes de la entrega. —Agrega Clive
—Gracias, eres el mejor. —Agrega el chico regresando a su asiento.
Clive y Nick con 20 minutos se dirigen a aquel pizarrón. El pizarrón de la Melancolía. De camino pudieron encontrar a más Profesores rumbo a la cafetería. En el camino una profesora tropieza con Nick y ambos caen al suelo. La profesora sobre el moreno chico.
—Lo siento mi niño. ¿Te lastimé? —Pregunta la Profesora mientras se pone en pie ofreciéndole la mano a Nick para levantarse.
—Estoy bien, Sra. Riller. —Afirma Nick aceptando la mano.
—Deduzco que van a la cafetería. —Interrumpe Clive. —Sólo sé que es un desastre.
—Si, también yo. —Añade la profesora.
La joven mujer de corto cabello Café asiente con la cabeza. Posteriormente continúa su recorrido sin decir otra palabra. Por su parte, Clive y Nick sigue hacia su objetivo, el cual podía verse a lo lejos.
Ahí podía ver una larga lista estudiantes, algunos volantes que sobre salían del pizarrón. Primaria, secundaria y bachillerato. Hombre o mujer. Distintas religiones, color de piel así como otros factores eran mínoritariamente constantes. Así que no tenía un patrón a seguir y ninguna manera de encontrar un modus operantin. Por lo que los investigadores no estaban avanzando de manera eficaz. Sin mencionar que el edificio es subjetivamente enorme, tanto que algunos maestros han llegado a perderse. Cosa que podría estar relacionada con las desapariciones.
Clive queda observando a Nick, al cual con la mirada le muestra un rostro conocido. Una chica de oscura cabellera, Isabell Salazar, Clase 2-12. Bachiller y Presidente del Consejo Estudiantil de Media Superior. Está recientemente desaparecida.
Isabell había reclutado a Clive y a Nick como investigadores independientes del Consejo. Debido a la negativa de la Administración de la Academia y la presión del Periódico Escolar hicieron del dúo, junto con otros alumnos más. Formar el Club de Investigadores Novatos. Pero sin Isabell... Era difícil imaginarse orden.
La campana del primer receso suena 10 minutos antes, confirmando la hora en el reloj de Nick. El cual marcaba las 11:30. Ambos chicos toman una foto del aviso con sus celulares y regresan al aula 2-V. Dejando una leve preocupación por la chica y la presencia de alguien observándolos.