Close to you

Capitulo XXV: Close to you

Mi amiga Xiomara siempre me ha dicho que tengo que pensar positivo. De verdad que lo intento, en serio… pero de esta situación no sé cómo sacarle el lado positivo. Nunca me imaginé que mis amigos me hicieran esto y no es el hecho de que se hayan cambiado de casa, es el hecho de que me dejaron de lado, o sea no me intimida vivir sola, de hecho, siempre lo he anhelado, pero ¿Por qué no me dijeron? ¿hice algo malo? ¿soy tan mala persona, tan mala amiga que me hicieron esto?

¿Qué hice mal?

Meto la llave a la cerradura y entro a la casa de Ernesto, porque si esta no es mi casa y jamás lo será. Dejo mi mochila en el perchero donde mi novio me pidió encarecidamente de dejar mi mochila porque a él no le gusta que deje mi mochila en el piso.

Después me dirijo a la cocina, saco mis tazones de mi lonchera, tiro la comida al cesto de basura y de inmediato los lavo para que después no guarden el olor, ideas de Ernesto no mías. Supongo que todos tenemos mañas.

Saco mi teléfono veo que son las 3:30, Ernesto y su papá vendrán al rato por lo que me puedo adelantar en mis tareas y es justo lo que hago, saco de mis plumones, voy por mi mochila a la entrada de la casa, (un completo fastidio) y después checo mis tareas para ver cuál es la más sencilla.

Llegado el momento mi tripa comienza a exigir alimentos, pero no quería comer nada, además de que tengo que esperar a Ernesto y a su papá. La cabeza comienza a dolerme y decido parar mis actividades un momento, me acuesto en el sillón, leo un rato en mi teléfono y finalmente termino cerrando los ojos.

 

Ernesto

–Te noto preocupado– comenta mi papá preocupado.

Ambos estamos en la barra de la cocina comiendo, había encargado comida por una aplicación así que comíamos pozole, sé que a Andrea no le iba a gustar por lo que tuve que encargarle una hamburguesa de pollo y un pan de miel, están horribles y no comprendo cómo le pueden gustar, pero, en fin.

–Ha estado rara– comento lacónico viendo a mi novia desde la barra, Andrea seguía dormida, lo cual es raro porque no le gusta dormirse en la tarde porque en la noche se le va el sueño.

–Sera el cambio ¿ya le dijiste sobre Diego?

Maldita sea.

Había olvidado decirle que pronto Diego vendrá a vivir con nosotros. No creo que haya problema porque mi hijo y Andrea se llevaron bien así que no me preocupa la convivencia, pero si la reacción de mi chica; presiento que querrá irse con la excusa de no incomodar a mi hijo.

Sobre el cambio de actitud de Andrea, dudo mucho que sea sobre “el cambio” creo que mas bien esta dolida y temo que se esté culpando por las acciones de sus “amigos” para mi ellos ya no lo son y no voy a permitir que vuelva con ellos, aunque esa mujer siempre me lleva la contraria así que dudo mucho que me haga caso.

Mi padre y yo seguimos hablando de trabajo, hasta que el sonido del teléfono de Andrea nos interrumpe, seguido de eso escucho la voz ronca de mi novia y el poco interés que mantiene con la persona.

–Sí mamá– dice aburrida y rondando los ojos– es que me acabo de despertar.

Esta encorvada en el sillón y su mano cubre su mejilla.

–Amm si ya comí mamá– una total mentira– Si, yo también te quiero, adiós.

Una de las llamadas mas cortantes que le he visto hacer con su mamá ya que Andrea tiene llamabas prolongadas y por lo poco que conozco a la señora María he notado que tienen una relación que cualquiera pudiera envidiar.

–¿Vas a comer? – le pregunto desde la barra una vez que veo que termina la llamada. –Encargue una hamburguesa– le muestro la bolsa con las siglas de la comida rápida que le encanta y ella solo junta los labios. 

–¿Hay panecitos? – pregunto acercándose– Oh, buenas tardes señor Marín– saluda Andrea a mi padre, dándole un beso en la mejilla.

–Pensé que habíamos quedado en que me llamarías Alfonso– dijo mi padre con una sonrisa, se llevaban bien ¿aunque mi chica con quien no lo hacía?

 –Es la costumbre– repone Andy con una sincera sonrisa– ¿eso es pozole? Ya veo porque me compraste una hamburguesa… aunque no se me antoja.

–¿Quién eres y que has hecho con Andrea? – pregunto con burla ¿Cómo que esta rechazando esa horrible hamburguesa que a ella le encanta? – Te encanta la comida de ese lugar.

–Si, pero comí en el campus.

–Llevabas comida suficiente– Niego con la cabeza parece que estoy regañando a Diego.

–No tengo hambre, Ernesto– dice enojada– Comeré mas tarde.

Lo único que puedo hacer es negar y soltar un suspiro.

Andrea

Ernesto había ido a llevar a su papá a su casa, me dijo que, si los acompañaba, pero me excuse con que tenia tarea, cosa que no era cierta porque ya la había terminado.

Hice mi rutina de noche que consiste en desmaquillarme, lavar mi rostro y aplicar mis cremas, después me ponía una de mis pijamas, seguido de eso acomodaba mis cosas de la escuela y finalmente preparaba mi desayuno para el día siguiente, el cual sería un sándwich y un litro de agua.

Ernesto llega a eso de las 10:00, algo tarde, pero me comento que tuvo que pasar a la oficina por unas cosas.

Es cuando estoy acostada y tratando de conciliar el sueño, que últimamente tarda en llegar, cuando Ernesto me habla, al principio solo asentía porque no le prestaba atención, cuando me preguntaba cosas decía que sí y sonreía.

 –Me alegro que no tengas problemas con convivir con Diego y conmigo– dice acercándose a mi y me besa, parece que quiere profundizar el beso, pero no lo dejo.

Y es cuando me caigo en cuenta, carajo, debo escuchar más a las personas ¿vivir con Ernesto y con su hijo? ¿En qué me había metido? Definitivamente tenia que conseguir un departamento, no quería sentirme fuera de lugar y mucho menos quiero confundir a la criatura.




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