–Estoy bien, mamá– le comento a travez de la linea.
Era la media noche y seguia trantando de tranquilizar a mi mamá que estaba bien y que solo fue un susto, pero es mi madre es normal que este con el jesus en la boca.
–Te dije que no te fueras a ese fraccionamiento– me regaño por quinta vez. –Pero no me haces caso, Andrea, eres necia como una mula.
–Mamá… Hubiera pasado lo mismo en cualquier zona de la ciudad– mi voz salio golpeada pero ya queria dormir y llevaba una hora hablando con ella– Estoy bien.
–¿Quién dices que te ayudo?
Suelto una exclamacion de enojo, le he repetido las cosas cinco veces.
–Ernesto– susurre para que no me escucharan– Me encontro en el camino y me subi a su camioneta.
–Que suerte, deberia hablar con él para agradecerle.
–Mamá…
–Esta bien, esta bien– dijo finalmente y susupiro– Eres mi niña, Andrea y me preocupo por ti, esta vez tuviste suerte pero estaria mas tranquila que te fueras con alguien a casa.
–Normalmente me vengo con Dante– susurre– Tratare de tener mas cuidado ¿si? Lo prometo.
–No me tranquiliza pero al menos estan bien– dice y despues lanza un bostezo– Hablamos mañana.
–Si mamá, te quiero.
Por fin termino de hablar con mi mamá, la verdad me hacia falta porque en los primeros veinte minutos me la pase llorando del miedo que me provocaba recordar, cuando me pude tranquilizar siguieron los regaños pero bueno, al menos me sentia mas “tranquila”.
Me pongo mi pijama, lavo mi cara y finalmente me acuesto en mi cama; pero a pesar de estar cayendome del sueño no puedo dormir, doy vueltas en la cama, recuerdo las figuras de los hombres, me giro intranquila y veo la pantalla de mi telefono son las 12:30, que horror.
Suelto un suspiro de frustacion, aunque una idea asalta mi mente, es algo extraña pero quizas los fuertes brazos de mi no- novio puedan ayudarme a dormir.
Con esa conviccion me levanto, tomo mi almohada y salgo a la habitacion de enfrente que es la de Dante, entro tratando de no hacer ruido, un rayo de luz ilumina parte de la habitacion, no se como puede dormir asi, pero agradezco esa luz porque puedo llegar hasta la cama sin complicaciones.
Otra cosa por agradecer es que Dante no duerma abarcando toda la cama, si no que este solo abarca el lado derecho de la cama, el izquierdo que esta contra la pared esta libre, por lo que rapido lanzo mi almohada y gateo hasta estar a su lado.
–¿Quién eres? –murmura entre dormido cuando me siente a su lado.
–¿Dante? –susurro observando que sigue con los ojos cerrados– ¿puedo dormir contigo?
–Pues…– dice con poca coherencia. – ya estas aqui
–Bien… eres un sol– le digo dandole la espalda.
Desconozco si seguia dormido o si fue un acto incociente, pero pronto tengo uno de sus brazos en mi estomago y acto seguido me acerca a su pecho, suelto un suspiro y por fin puedo conciliar el sueño.
A la mañana siguiente despierto sobre el pecho de Dante, él sigue dormido asi que me acurruco mas contra él y sonrio por la tranquilidad y la seguridad que me transmite estar a su lado.
–Hey ni te acomodes– hago caso omiso de su comentario y sigo sin abrir mis ojos– Andrea, no me ignores, tenemos que ir a correr.
–No quiero– digo como niña chiquita– me quiero quedar aquí.
–Pues te quedaras sola….
–No, Dante no seas asi– le digo viendolo fijamente– hay que permanecer asi.
–esta bien… pero solo veinte minutos.
–aja.
Claro que no fueron veinte minutos, fue aproximadamente una hora.
Nos tuvimos que levantar por el hambre, bajamos las escaleras y comienzo el desayuno, Dante me ayuda a picar la cebolla porque a mi me lloran demasiado los ojos.
A la 1:45pm nos vamos al campus, Dante va tomando mi mano protectoramente y ve hacia ambos lados. Les habia comentado a los chicos mi incidente y al parecer mi acompañante andaba muy sobreprotector y tengo que decir que me gustaba.
–Mira, van a escoger al director de la division– dijo Dante señalando un cartel de los cuatro candidatos. –Ni siquiera los conozco.
–Conozco al Dr. Nuñez, fue él quien nos autorizo el congreso– le dije señalando al Dr en el primer puesto del cartel– Tal vez vote por él.
–Lo importante es votar– dijo Dante pasando su brazo por mis hombros– Vamonos o llegaremos tarde, una jefa de grupo nunca llega tarde.
–Ya vas a empezar–dije rodando los ojos cuando nos subimos al elevador.
–Admite que tienes privilegios con los maestros– insisitio como siempre.
Mi no-novio siempre se burla de mi porque soy jefa de grupo, pero no tiene nada de malo, según yo no tengo privilegios, lo que he ganado ha sido por mis propios meritos.
–No tengo privilegios– dije arta del mismo cuento.
–Al menos admite que tus maestros te consideran.
–Me consideran porque soy buena alumna, no por ser jefa.
–Has vivido engañada, amor.
Volteo como niña del exorsita hacia Dante, lo mire con las cejas alzadas y la boca abierta, no puedo creer lo que ha dicho.
–¿Qué? – pregunto como niño inocente.
–¿Cómo me has dicho?
–Amor ¿te molesta?
–Es raro… aunque me agrada– le sonrei.
–Me alegro, porque no lo cambiare.
Dante me deja en la puerta de mi salon, me da un beso en la mejilla y se va sonriente hacia su salon.
Mi clase de mercadotecnia comienza, otra materia que me gusta y la verdad es que el profesor me agrada, no es muy grande, esta actualizado y no es profesor de tiempo completo, digo he tenido excelentes profesores de tiempo completo pero a veces siento que se desactualizan.
En fin… otro dia.
La clase la pasamos comentando acerca de las 4 P, producto, promocion, plaza y precio, en serio amo mi carrera aunque a veces siento que en lugar de ser vendedora soy compradora y deberia ser alreves.
El profesor comienza a guardar sus cosas con demasiada tranquilidad diria yo, mis amigas me dicen que van a cafeteria y les digo que las espero en salon el cual se encuentra medio vacio.
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Editado: 30.12.2020