Nuevos vecinos

A mediodía de ayer llegaron los nuevos vecinos. Venían acompañados por mucha gente vestida de negro. No sé por qué llegaron tan tristes a un parque tan bonito como este. Cargan dos grandes cajas de madera, brillantes y pulidas. Parecen cofres del tesoro que están a punto de enterrar. Estos contienen cascarones humanos, vacíos. Sus dueños se quedaron atrás y los siguen lentamente, ingrávidos y pálidos. Son muy viejos y tiernos. Vienen tomados de la mano, sonríen y disfrutan del bello paisaje mientras la gente de negro avanza hacia los dos grandes huecos rectangulares a mi izquierda. Ahí van a enterrar sus tesoros, supongo.

Al escuchar las palabras del hombre con el libro, adivino que los ancianos son esposos. Se ven agradables y felices de estar rodeados de árboles, arbustos, flores y aves. Hace un día hermoso, pero la gente de negro no lo puede ver. Sus miradas están fijas los cofres que bajan hasta el fondo y son enterrados. ¿Por qué mirar algo tan aburrido y triste en lugar de apreciar el maravilloso día, el rico sol que hace? No importa tanto la gente, pues se irá y quién sabe cuándo volverá. Bueno, no es importante que lo sepa. Solo tengo 8 años ¿Qué sé yo de estas cosas? Iré a darle la bienvenida a los nuevos vecinos.