¿cómo Arruinar Una Boda?

6. Reunión

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Claire.

Las maldiciones se han vuelto una costumbre en nuestra casa. A cualquier hora del día, por cualquier motivo, por cualquier tipo de razón, aunque principalmente por el matrimonio. Pero ahora mismo, mi padre tiene una razón muy valida para soltarlas.

Sean, Adler, Angus y yo estamos sentados en el sillón largo de la sala. Mi padre grita mientras los colores rojos empiezan a inundar su rostro, como una especie de cráter rojo que en cualquier momento puede explotar. Siempre lo comparo con volcanes, y si lo clasificasemos entre sus tipos, sería uno activo, en cualquier momento puede provocar una erupción.

No lo culpo, yo también estaría de esa forma si me fuesen llamado de la comisaría a las tres de la madrugada porque todos estabamos detenidos en la carcel.

Larga historia.

Sean contaba los minutos con rayas y yo me preguntaba si mi papá nos dejaría hasta el día siguiente o nos iría a buscar después de hacer mi llamada. Mi sorpresa fue inmediata cuando apareció cinco minutos luciendo imponente adelante de las rejas.

Nos sacó a todos y nos metió al auto sin mencionar palabra, pero una vez llegamos todos a la mansión, comenzó el desastre.

 —¡Pero ¿Qué hice yo para merecer esto?! —No sé si lo pregunta retóricamente o literalmente así que me apego a mi papel de soy planta y no me muevo continuando en mi lugar.

Si no me muevo, no estoy.

Si no me muevo, no estoy.

Pero Angus si responde.

—De seguro fue Hitler en su anterior vida, señor —Adler le dirige una mirada de reproche y el pelirrojo se encoge murmurando un bajo "¿Qué? Él pregunto"

—¡Debí ser algo peor! ¡Una infamía! ¡Una criatura espantosa! —comienza a incrementar. Y Angus alza la mano está vez.

—¿El monstruo del lago Ness? —Un grito sale de la garganta de mi padre y todos nos acurrucamos contra el sofá.

—¡El monstruo un carajo! El lago Ness es a donde los voy a llevar a todos para que dejen de colmar mi paciencia —Nos amenaza y sé que posiblemente aquella propuesta se hará realidad si volvemos a llamar porque somos reos de la justicia.

—Dicen que es un lugar bonito —murmura Angus.

—¡Calla, Sturgess! O tú serás el primero —El pelirrojo de ojos azules alza sus manos en señal de rendición y asiente colocando cara de culpabilidad—. ¿Cómo puede ser posible que a la edad de veintidós años me sigan llamando para sacarlos de aprietos?

La cabeza de todos se baja unánimemente.

—¡Se supone que son adultos hechos y derechos! —Nos hace saber como si pudiésemos olvidar aquello.

Angus levanta la mano y Adler se tapa los ojos con las manos.

—Yo me considero un adulto con corazón de niño —Se levanta el pelirrojo con valentía pero la ferocidad de su acto se queda en alguna parte lejana cuando mi progenitor dirige su furiosa mirada oscura en su dirección.

—Angus... —advierte en voz baja y queda.

—No lo vuelvo a interrumpir, señor —dice el aludido sentándose ipso facto.

Mi progenitor asiente con convalencia, relajándose pero luego nos vuelve a mirar, y el regaño comienza de nuevo.

—¿Qué se supone que son ustedes? ¿Teiboleros? —Aguanto una sonrisa cuando se dirige a Adler y Angus, ambos están en tangas de color negro y rosado. Pero lo peor ni siquiera es ello, lo peor es que tienen los bultos y todo el cuerpo lleno de billetes, la verdad con parte de ese dinero podría hacer muchas cosas.

—Somos strippers. —Corrige el pelirrojo ojizazul y mi padre dirige una mirada que hace que se oculte detrás de Adler—. Si, señor, teiboleros. Pero al menos nos pagan bien.

Otro grito sobresale de la garganta de mi progenitor, y esto ya parece un concierto de opera.

—¿Qué se supone que eres tú? —señala a Sean que tiene pegado al rostro cientos de trozos de papel higienico en forma circular. Sean baja la cabeza y yo respondo, en defensa del castaño:

—Es una margarita, papá. —Él niega con la cabeza y Sean se oculta entre papel higienico.

—¡Me van a salir canas verdes! —exclama y Angus dice.

—Ya tiene blancas. 

Sé que la madrugada se hará larga y que debo trabajar en cuestión de horas, pero esto tiene pinta de no terminar nunca.

No vuelvo a beber en mi vida.

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Demian

W&E Associados es una empresa fundada en 2003. 

También es la empresa que me pertenece o pertenecía antes de que mi padre decidiera cederserla a otra persona.

Es una potencia y fácilmente una máquina de dinero si se conduce de la manera adecuada. Con más de miles de empleados, trabajando arduamente por el crecimiento de la misma. Es una mina de oro a la vista para cualquier empresario. 

Aunque la mayoría de las personas conoce en cuanto está valorada, y puede nombrar con seguridad los tantos ceros que se le atribuyen a su nombre, no todos conocen su historia, por no decir una pequeña minoría privilegiada. Su comienzo.

El comienzo de las cosas es importante, puesto que da una explicación a aquello que ahora es gigante.

La historia de W&E inicia así:

Con el boom de la electrónico en los años 2.000s, el primo de mi padre, Walter Williams, y mi difunta pesadilla, también conocido, como progenitor, Arthur Evans, fundaron un Software único que revolucionaría el mundo.

Un software que cambiaría el futuro de ambos, y de cientos de personas.

Este tenía como principal característica calcular la probabilidad de éxito de un producto, en base a las compras que se realizaban por medio de internet, búsquedas, noticias, demandas mundiales y demás, prodigiaba lo próximo que se utilizaría con tal precisión que todo producto que fuese sacado en base al software se hacía un completo éxito. 

Era como si el éxito estuviese escrito en las estrellas, o mejor, en códigos numéricos

Si me preguntan a mí, se definía como una especie de hackeo, puesto que tenían información inclusive de compras bancarias, tanto en el país como en el exterior, desfalcos de dinero, todo, lo tenía todo.



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En el texto hay: risas, bodas, desastre

Editado: 28.12.2023

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