Capítulo 4:Resultados inesperados.

El día fue bastante revelador, empezó de manera horrible y transcurrió de la misma manera. Espero que con todo lo malo que paso mi racha de mala suerte cambié, porque estoy segura de que en un día ocurrieron todas las cosas malas que me podrían pasar en dos años.

Como soy una persona justa también puedo decir que ocurrieron cosas buenas e inesperadas, me perdí dos horas de clase y los profesores decidieron no ponerme falta, porque les di lástima, aunque odio que las personas lo sientan por mi, no voy a ser hipócrita y decir que no me alegra demasiado.

Después está el hecho de que Andrew Smith al parecer si sabe de mi existencia y acaba de solucionar mi vida, aceptando ayudarme con el estúpido plan de conseguir una cita.

Aunque ahora que lo pienso, el dijo que iba a ayudarme no que iría a una cita conmigo. Supongo que eso es algo que tendríamos que aclarar y podría hacerlo justo en este momento si le mandara un mensaje, pero la verdad es que no tengo ganas de hablar con el, así que supongo que le hablaré en unas horas, total son las cuatro de la tarde, hay tiempo.

El tiempo suficiente como para releer uno de mis libros favoritos, así que si decido quedarme ahí voy.

-¡Ashley!

Era demasiado bueno como para ser real.

-Lo que sea que quieras, no.

-Pero mamá dijo que tenes que ayudarme con mi proyecto de ciencias.

-Y yo le dije que no lo haría, no soy una rata de laboratorio, Alexander. No puede utilizarme en tus experimentos cada vez que se te da la gana.

Eso, déjale en claro quién manda.

-Le diré a mamá que fuiste vos la que rompió el jarrón celeste y no el perro del vecino.

-No te atreverías- exclamo entrecerrando mis ojos y dándole mi mirada más mortal.

-Pruébame-responde mirándome de la misma manera, con su cara arrugada por su intento de parecer malo, aunque eso lo hace ver más tierno.

-Yo soy la hermana mayor ¡Se supone que deberías hacerme caso!

-Te esperaré en mi laboratorio, esclava.-dice con aire digno mientras sale por la puerta.

-¡No es un laboratorio, es tu habitación!- le grito.

Te das cuenta que eres un fracaso cuando hasta tu hermano de 10 años te maneja y utiliza para su beneficio. Fantástico, Ashley. Sigue así.

-Ti dis cienti qie eris in fricisi

Técnicamente te burlas de vos misma, ¿Sabes?

-Ticniciminti ti...

-¿Qué estás haciendo?-Pregunta mi hermano confundido.

-Nada-respondo automáticamente, mientras me levanto y camino hacía él- . Vamos a tu laboratorio.

-Deja de hacer comillas con los dedos, es mi laboratorio-se queja.

-Lo que digas-murmuro rodando los ojos-. Ahora, podrías decirme de qué trata tu experimento.

-Estoy estudiando las reacciones de los ratones ante ciertos estímulos. Las he expuesto a diversas situaciones y he observado como reaccionan. Se supone que debo ver como reaccionan ante una situación que les ocasione dolor y analizar si dejan de hacer aquello que se los provoca o si logran encontrar qué es lo que lo hace.

-¡Eso es horrible! No puedes lastimarlas, de ninguna manera- amenazo.

-Pienso lo mismo, por eso vos lo vas a hacer.

-¿Qué?

-La consigna solo dice que debo analizarlo en un ser vivo, no específica que sea un animal.

-Me rehúso completamente.

-Ashley, tenes que hacerlo por un bien mayor, ¿o acaso querés que las ratas de laboratorio sientan dolor?

-No, pero...

-Eso es genial, me alegra que aceptaras.

-¡Nunca dije que si!-exclamo indignada pero la pequeña alimaña me ignora y me saca de la habitación a empujones.

-La casa es el laberinto, ¡Suerte!

-¡¿Qué se supone que significa eso?!-pregunto sin entender nada, pero mi hermanito me ignora y cierra la puerta en mi cara.

Nunca he estado más molesta y confundida en mi vida, supe desde el primer momento que me dijeron que iba a tener un hermano que eso no era bueno. Y ahora diez años después lo compruebo.

Si, este idiota cree que seré su rata con la que experimentara se equivoca. Doy media vuelta y bajo las escaleras de la casa, todo se encuentra demasiado silencioso sin mis mamás.

Dirijo mis pasos a la cocina y busco un vaso para luego abrir la heladera y servirme jugo. Pero cuando voy a tomar del vaso siento como si algo me diera corriente en el brazo y suelto un gritito para luego soltar el vaso que cae y desparrama todo el jugo en el piso. Me quedo congelada unos segundos, observando el desastre a mis pies, mientras pienso en lo afortunada que soy de haber elegido un vaso de plástico y no uno de vidrio.

No hace falta pensar en quién es el culpable de todo esto porque ya sé que es mi hermano. Podría gritar e ir a su pieza a golpear la puerta, pero por experiencia sé que eso no serviría de nada, así que reúno toda la paciencia que tengo, la cual no es mucha y después de limpiar el desastre, voy a la sala.

Me siento en el sillón despacio por si me agarra corriente y saco mi celular.

Entro en Instagram y miro las notificaciones.

Andrew_smith te siguió

Andrew_smith te mandó un mensaje

Bueno, al parecer él hablaba en serio, es bastante raro, sigo sin comprender porqué me va a ayudar. Pero bueno, esa duda se quita fácil, así que doy clic en su chat y escribo:

¿Cuál es la razón por la que vas a ayudarme?

Luego de enviar el mensaje salgo y entro WhatsApp, entrando al grupo que tengo con mis amigas y leyendo los mensajes.

Solo hablan de boludeces así que después de terminar de leer, cierro la aplicación y me recuesto en el sillón a dormir un rato.

Debo dormir por bastante tiempo porque cuando me despierto por el ruido del celular, observo que ya esta atardeciendo.

Me estiro y bostezó, removiendome incómoda tratando de encontrar una posición mejor y cuando la encuentro, agarró mi celular y veo que Andrew me ha mandado tres mensajes el último es uno preguntando si lo estoy ignorando.