—Josh—Dijo Scarlett con una sonrisa—¿Qué haces aquí?
—Quería verte—Le respondió el joven algo nervioso—Te ves hermosa.
—Gracias—Sacarlett lo miró por unos segundos—Aún no me termino de alistar.
—Que bien—Scarlett lo miró extrañada por su respuesta—Digo, porque es de mala suerte verte con el vestido de novia y eso—Aclaró
—Cierto, no queremos mala suerte por el resto del matrimonio—Trató de bromear, pero el joven apenas sonrió—¿Estás bien?
—Sí—Respondió rápidamente—¿Y tú?
—También.
—Bueno—Dijo el chico—Entonces nos vemos en un rato.
—¿No venias a decirme nada? —Preguntó rápidamente antes de que su novio se alejara.
—Este—Comenzó a decir rascándose la nuca con nerviosismo —Bueno, yo quería saludar.
—¿Saludar?
—Sí, no nos vemos desde hace tres días—Aclaró—Quería saber cómo habías estado.
A Scarlett aquella actitud le resultaba sumamente extraña, ella había viajado un par de días antes que Josh porque necesitaba resolver algunas cosas de la boda, pero siempre hablaban por teléfono, incluso lo habían hecho la noche anterior.
—Claro—Le respondió no muy convencida—Estoy bien.
—Eso es bueno—Dijo Josh—Entonces nos vemos en un rato.
—Así es—Respondió Scarlett confundida, ella espera poder sentirse tranquila en cuanto lo viera, pero el joven la había confundido aún más
¿Así se supone que se siente estar a punto de casarse?
El rubio se dispuso a irse, pero Scarlett lo tomó desprevenidamente por el cuello y lo besó
—Adiós—Le dijo en cuanto se separaron para luego volver a entrar en la habitación.
De repente todo fue silencio para Scarlett, sus primas estaban hablando animadamente, pero ella no escuchaba. Su mente estaba en blanco, como si no recordara que estaba haciendo ahí. De repente su cerebro comenzó a trabajar con rapidez intentando procesar toda aquella situación y su vista se inundó con recuerdos de ella y Josh caminando de la mano, cenando en restaurantes, viendo películas, sin embargo, había uno que resaltaba del resto, el día que se encontraron por casualidad después de varios meses sin verse.
Scarlett llevaba un par de semanas viviendo en la ciudad, se encontraba haciendo una pasantía para una empresa dedica a ayuda humanitaria. Como de costumbre iba sumamente apurada, ya que, no podía llegar tarde a su turno, cuando por fin se encontraba frente al gran edificio escuchó que alguien gritó su nombre, al voltear su mirada se encontró con aquel joven rubio y de ojos claros.
—¡Josh!—Lo saludó la joven sorprendida—¿Qué haces aquí?
—Trabajo aquí—Le respondió amablemente
—¿Hablas en serio? —Inquirió la joven—Yo igual—Ninguno de los dos podía creer aquella coincidencia.
—¿Cómo es que no te había visto antes?
—No lo sé ¿En qué piso estas? —Pregunto la pelirroja mientras entraban en el elevador.
—En el cuarto—Le respondió el joven con una sonrisa de oreja a oreja—El área de finanzas ¿Qué hay de ti?
—Yo estoy en el quinto—Respondió orgullosa—Planificación.
—Eso es genial—Le dijo el joven—Entonces supongo que nos veremos seguido.
—Eso espero—Le respondió la pelirroja.
Scarlett había sentido un gran alivio al saber que tendría a un conocido cerca, no conocía a nadie en la ciudad y se había estado sintiendo bastante sola. Después de aquel encuentro se veían prácticamente todos los días a la hora del almuerzo. Con el tiempo la confianza fue creciendo, y ante las preguntas del joven, Scarlett le contó lo que había ocurrido con Ethan.
—¿No has vuelto a hablar con él desde entonces? —Le preguntó mientras entraban al restaurante de la empresa.
—No, lo último que supe es que se mudó al otro lado de la ciudad— Aunque Scarlett no volvió a cruzar palabra con el joven este aparecía constantemente en sus pensamientos, más que todo en las madrugadas de insomnio.
—¿Aún lo quieres? —Scarlett se sorprendió ante aquella pregunta ¿Aún lo quería? Eso era fácil de responder.
¡Es imposible no querer a Ethan White!
—Siempre voy a quererlo, fue una persona muy importante en mi vida—Respondió tratando de darle poca importancia al asunto, aún le dolía demasiado pensar en él.
Aquella conversación pareció darle esperanzas a Josh, ya que, finalmente se atrevió a invitarla a una cita, sin embargo, y para su mala suerte, Scarlett lo rechazó. La joven no estaba lista para tener una relación, se encontraba trabajando en ella, en su salud emocional y su amor propio, un hombre no tenía cabida en su vida en aquel momento.
Ethan se lo había dicho muy claro "Necesitamos sanar Scarlett", así que eso era lo que se había dedicado a hacer, curar todas sus heridas emocionales.
El joven pecoso se había convertido en la voz de su conciencia, cada vez que estaba a punto de colapsar ante tantas emociones podía escucharlo diciendo; "Me molesta tu falta de seguridad en ti misma pecosa", recordándole que ella podía con todas las dificultades que se encontraba en el camino.
Los meses pasaron y las terapias con su psicólogo comenzaban a dar resultado, había aprendido a controlar sus emociones y a reconocer de donde provenían sus inseguridades y ansiedad, llevaba meses sin tener una crisis y ahora sabía controlar sus pensamientos. Las personas a su al redor podían notar su mejoría, estaba más alegre y relajada. Por tanto, Josh decidió volver a intentarlo, nuevamente la invitó a salir, recibiendo una respuesta afirmativa por parte de la joven, con el tiempo se fueron acercando cada vez más y el amor fue creciendo hasta que se convirtieron en novios. Scarlett estaba feliz con aquella relación, era sana y le gustaba pasar tiempo con Josh.
La joven también recordaba la primera vez que su madre y hermana conocieron a su nuevo novio.
—Mamá, Vanesa y Jason—Pronunció la joven—Él es Josh, mi novio.