Capítulo 1: Culpa

Francis Lacroust:
La pantalla de mi teléfono se enciende, levanto la vista hacia mi hermano Fred que está dando su opinión sobre el nuevo proyecto que tenemos en mente y dejo que la llamada se pierda. Nuevamente comienza a marcar, "Ex" leo en la pantalla fe mi teléfono, definitivamente creo que esta es la mujer más latosa que exíste. De ella no dudonada, adora hacerme perder el tiempo y puede estar llamando por cualquier tontería, me molestaría desde un simone dolor de estómago de uno de nuestros hijos,Adrick de 7 años y Anyi de 8, hasta porque hicieron uno de esos tontos dibujos que suelen hacer los niños de esas edad o por una de esas aburridas reuniones escolares que creo que las inventaron para hacer a los padres perder tiempo y dinero. Tomo mi teléfono y realizo una transferencia de 5 mil dólares a su cuenta bancaria. 
"Crees que el dinero lo resuelve todo" dice el mensaje que recibo de ella y que ignoro completamente pues es mi turno de plantear mi opinión en la reunión con mis hermanos.

—Compraremos ese negocio—afirmo secamente sin hondear en detalles.

—Francis, parece que no has escuchado ni una sola palabra de lo que Fred y yo hemos estado diciendo—dice Federick que es menor que yo y mayor que Fred. —El dueño de ese negocio minorista no quiere vender, ama su puesto, dice que su padre dedicó su vida a ese negocio, le ofrecimos muchos verdes, intentamos negociar de varias formas y no, no quiere aceptar nuestra oferta. No tenemos más opciones, no podemos matarla, ni obligarlo a vender su negocio.

—Mis nuevos hoteles serán en ese lugar, todos los demás nos vendieron y ese lo hará, ya los planos están hechos—digo tirando sobre la mesa los planos de varias instalaciones hoteleras que tengo planeadas haver cuando destruya todos esos negocios minoristas.

—Estás loco hermano o no escuchas—interviene Fred y sonrío.

—Ese negocio va a quebrar y lo vamos a comprar a precio de mercado. Lo quiere por las malas, lo haremos por las malas—termino diciendo y para ese momento ya tengo 4 llamadas perdidas de mi ex y seis extensos mensajes diciendo todas las cosas feas que opina sobre mí, sonrío leyéndolos, si supiera como soy en realidad no tendría esa absurda opinión sobre mí porque en realidad soy mucho peor que lo que ella supone.

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—Arlenis cariño—pronuncio cuando mi ex abre la puerta y voltea los labios a un lado en señal de desagrado.

—Me has ignorado toda la tarde—pronuncia apartándose para que entre y cierro la ouerta al entrar.

—Mi vida—digo captando su atención, sus ojos me miran con una mezcla extraña de amor y decepción—estaba en una reunión importante y no podía atender

—Francis, ya van tres meses que no ves a los niños, ellos te necesitan—explica cruzándose de brazos.

—Lo sé—respondo acercando la mano a su rostro y ella se voltea parándose cerca de la ventana para no cruzar su vista con la mía—pero también necesitan dinero y tengo que trabajar para dárselos.

—Eres millonaro Francis—responde volteándose a mitarme—es que ni siquiera has preguntado por ellos desde que llegaste

—Iba a hacerlo... es que no me has dado tiempo. ¿Dónde están mis dos traviesos?

—Ya están dormidos, solo mira la hora que es—afirma mirando la pantalla en su teléfono y la verdad ya es muy tarde.

—Los veré mañana, lo prometo, mañana cuando termine de trabajar sin falta los veré—respondo h ella suspira.

—Francis—comenta—mañana es sábado... mi madre los llevará a pasarse el día con ella, irás a recogerlos en la tarde y pasarán la tarde juntos. Lo vas a llevar a cenar, luego a algún parque bonito y lo traerás de regreso a casa.

—Cariño tu madre vive muy lejos de la ciudad—reprocho.

—Solo es a hora y media de camino y nunca vez a los niños.

—Vale lo haré—digo caminando hacia ella—Arlenis—pronuncio mirándola a los ojos—Vamos a hablar de nosotros, tan solo una palabra tuya y termino con mi matrimonio, no pasa un solo día que no piense en nosotros, en lo que éramos, en cuanto nos queríamos.

—No hay un solo día en que no piense en cuanto me humillaste, en como aparecieron en internet las fotos con tu amante y yo fuera el hazmereír de todos.

—Te juro que solo fue un momento de debilidad. —me defiendo.

—Y te casaste con ella y eres feliz con tu debilidad. Estoy mucho mejor sin ti. Buenas noches—dice señalando la salida y camino hacia la puerta.

—Cuando cambiaste tanto... podía jurar que no eras así—termina diciendo y me detengo un instante, es cierto cambié demasiado, pero ya no destruí, la persona que era está muerta y yo fui el único responsable de acabar con ella.

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Miro la hora en mi teléfono, ya pasa de las cinco de la tarde. Una llamada de Arlenis entra y espero qje se pierda. Suelto un suspiro recordando que le prometí ir a recoger a los niños

—¿Sucede algo cariño? —pregunta Marlen, que es mi esposa actual mientras tomamos un poco de vinos y miramos hacia alguno de nuestros amigos que van llegando, pues fuimos invitados a una reunión social.

—Prometí que recogería a los niños en casa de su abuela—respondo.

—Y por qué su madre no lo hace. Después de todo ni siquiera trabaja y a estas alturas luego de cinco años de separados aún la mantienes—mi respuesta a lo que dice va acompañada a una mirada de desaprobación.

—Mientras esté vivo voy a seguir manteniéndola a ella y a los niños, no hay ninguna mujer igual a ella y después de todo tiene razón: hace mucho que no veo a los niños—termino diciendo tomando un enorme trago de mi copa.

—Pero amor, si te vas nuestros amigos lo pueden tomar como una ofensa.

—Lo sé, lo sé—respondo pensativo mirando como mi teléfono comienza a sonar nuevamente, es de nuevo ella, "lo siento" pienso soltando un suspiro y no evitando mostrar el desagrado que me causa esta situación. Sé que está molesta, que me sigo equivocando pero creo que ya no tiene solución todo lo que he hecho, cuelgo la llamada y aoago el teléfono, hablar con ella en este momento solo generaría otra discusión.