¿cómo enamorar a un canalla?

Capítulo 2: A su nivel

Amber:
Regla número uno para destruir a un canalla: Tienes que estar a su nivel, convertirte en una de ellos, tener su mismo estatus, su mismo nivel social y sobre todo su misma mente fría, calculadora y sin sentimientos. 
Sonrío alegremente mientras me pinto los labios de rojo frente al inmenso espejo de mi habitación, llevo un vestido negro, un poco más abajo de las rodillas y unos zapatos altos, negros, de tacón fino, la ropa adecuada para ir a un funeral que es a donde voy, el funeral de mi querido esposo. Para destruir a mi enemigo me di cuenta de que debía estar a su altura, eso lo entendí con solo 18 años, cuando perdí la vida perfecta que tenía. Vivía bien y  feliz, amaba mi vida y a mis padres, pero ellos me arrebataron todo sin piedad; ya mi padre se había quejado del enorme desfalco que había hecho uno de los hermanos Lacroust en la empresa de la cual era contador. Él estaba seguro de que había sido uno de ellos, pues el señor Tom Wilson solo era un títere en esa empresa a pesar de ser dueño del 30 por ciento de las acciones no estaba vinculado laboralmente y solo recibía sus cuantiosos honorarios, mientras los hermanos Lacroust administraban toda la empresa, pero unos pocos días antes de que hicieran una auditoría en la empresa, apareció mi padre muerto, con una horrible nota de suicidio que destruyó su reputación y lo hizo quedar como un vil ladrón. Mi madre quedó tan dolida que sufrió depresión Crónica a tal punto que dejó de comer y dormir. Éramos señalados en la comunidad donde vivíamos como la familia del delincuente que se quitó la vida por vergüenza, pues la noticia al estar vinculada con la importante empresa de los millonarios Lacroust, salió en todos los periódicos locales. Varias veces encontré a mi madre deambulando a altas horas de la noche por la calle, perdió el miedo y el ánimo de vivir y un día al llegar de la Universidad la encontré sin vida, murió por una salud tan descuidada, ni siquiera yo supe que se estaba sintiendo mal, tenía neumonía y jamás se quejó en mi presencia de ningún malestar y tampoco ingirió medicamento alguno, creo que en el fondo solo quería morir. Perdí todo: mi familia, mi honor, mi felicidad, mi reputación...me sentí perdida durante mucho tiempo hasta que encontré mi razón de vivir en mi sed de venganza. Me juré que iba a encontrar al asesino de mi padre y que iba a limpiar su nombre. Durante años intenté presionar a la policía, pero como no tenía recursos económicos solo me vieron como una chica traumada que quedó obsesionada con la muerte de su padre. Comencé a estudiar a los hermanos Lacroust hasta el punto de obsesionarme con ellos y darme cuenta de que no eran tan perfectos como la prensa los pintaba. Al fin y al cabo solo eran tres canallas dispuestos a todo por aumentar su riqueza y poder. Hombres dados al placer, a las diversiones y a las mujeres con una muy buena fachada social. Entonces me di cuenta de que si había una manera de enfrentarme a ellos, estudiándolos descubrí que había otro socio en la empresa, el señor Tom Wilson, quien había ayudado al señor Lacroust, padre de esos tres hermanos a crear la empresa y que era propietario del30 por ciento de las acciones, un hombre cuya esposa de toda la vida había muerto recientemente , sin hijos ni herederos inmediatos, que además de tener más de 76 años de vida tenía una enfermedad degenerativa y los médicos no le pronosticaban más de un año de vida. Siendo una mujer joven e inteligente que además estaba estudiando psicología no se me hizo difícil lograr que se enamorara perdidamente de mí y que me dejara como única heredera de toda su fortuna. Y aunque duró 3 largos años la espera valió la pena. 
Camino hasta la tumba de mi esposo con el rostro cubierto y hecho un puñado de tierra sobre su tumba, todos me miran esperando ver mi rostro después de que me mantuve todos estos años en anonimato y que aunque la noticia de que el señor Wilson se había casado con una mujer que podía ser su nieta recorrió el país nunca permití que los medios publicaran una foto mía. No soy una santa . He tenido que tomar decisiones difíciles para poder enfrentarme a mis enemigos. Definitivamente no soy la buena de la historia, pero le prometí a mi padre que el culpable de su muerte pagaría lo que hizo y que vengaría su nombre y voy a cumplirlo, cueste lo que cueste. Ya entendí que para destruir a un canalla tenía que convertirme en una de ellos y ahora que estoy a su nivel ya puede empezar el juego.



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En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 08.09.2023

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