Como estrellas

Capítulo 1

—¡Es que su voz es tan linda!, ¡me encantan las cosas que me dice, me manda mensajes tan bonitos y me dice cosas tan hermosas!—grita mi mejor amiga cómo histérica, sin duda alguna ese chico la volvía loca.

—Me gusta que estés tan ilusionada con él, Amber, nunca te había visto así con nadie—le digo, y era cierto, en los años de amistad que llevábamos nunca la había visto que le gustara un chico, o al menos no tanto como reflejaban sus chillidos de emoción.

—Al parecer a ustedes dos les ha ido muy bien en la escuela—nos dice mi otra mejor amiga, Gracelyn—. Amber se consigue un novio y Rachel un amigo especial—dice mientras sube una de sus cejas y me lanza una mirada de "ya sé que va a pasar algo más pendeja".

—Grace es solo un amigo, nos llevamos súper bien, además, tiene novia, llevan más de un año y está loco por ella—explico mientras volteo los ojos por la mala cabeza de mi mejor amiga.

—¿En serio?, ¿y por qué hablan tanto?—me interroga.

—Somos como mejores amigos, de echo me gusta nuestra relación.  Somos amigos pero me dice cosas super bonitas y no tengo que preocuparme de que esté enamorado de mí, porque tiene una novia con la que está muy feliz—les digo súper emocionada.

—Bueno volviendo al tema de antes—nos dice Ámber—, ¿qué creen que debería hacer con él?

—Si te gusta ve por él Am, tienes que arriesgarte porque sino podrías quedarte con la duda de que hubiera pasado si no hubieras sido una cobarde—le aconseja Grace, y yo estoy totalmente de acuerdo con ella.

—Mañana quedamos en ir a tomar un helado después de la escuela y hablar—nos informa.

—Entonces ve por él Am, le gustas y él también te gusta, no veo porque dejarlo todo así, arriésgate—digo mientras le doy ánimos y ella nos da una mirada de agradecimiento.

Mientras hablamos suena mi celular anunciando que tengo un mensaje nuevo:

Él: Que bien, hablamos cuando regreses de casa de tus amigas entonces princesa

Una sonrisa se dibuja en mis labios, era él.

Yo: Adoro cuando me llamas princesa :)

Él: Creo que debería parar, tengo miedo de que de tanto juego te vayas a enamorar

Yo: Tranquilo, yo no me enamoro tan fácilmente;)

Él: Es cierto;)

Yo: Hablamos horita mi niño:*

Suelto mi teléfono y sigo hablando con mis amigas

—¿Cuando tienes que entrar a la escuela, Grace?—le pregunto.

Am y yo estábamos en el preuniversitario, cerca de casa, no estábamos en el mismo salón pero al menos nos íbamos juntas a la escuela y regresábamos juntas también. Sin embargo Grace aunque estaba en un preuniversitario también no era el mismo que el nuestro, este era interno y quedaba lejos, tenía que ir en coche y había que estudiar más, supuestamente te preparaba mejor para tu futuro. El sueño de Grace siempre había sido entrar a esa escuela y había logrado su objetivo.

—Entro en dos días—dice en un suspiro.

No podía creerlo, no vería a mi mejor amiga hasta dentro de once días que sería cuando la dejarían regresar a casa con un montón aterrador de tareas que hacer y repasos a los que ir, con apenas tiempo para nuestras charlas diarias. Sin embargo era su sueño y siempre la apoyaríamos, yo y Am, le daríamos fuerzas desde donde sea que estuviéramos.

Esta era una tarde de noviembre, hacía tan solo dos semanas habíamos iniciado el curso, se supone que a estas alturas ya estuviéramos preparándonos para hacer exámenes, pero por culpa de un virus mundial que llevaba un año tocándonos las narices no habíamos empezado hasta ahora, puto Coronavirus.

—Pronto vivirás cosas como nosotras, harás amigos nuevos y disfrutarás de la preparatoria—le dice Am mientras le damos un abrazo sabiendo que pronto tendríamos que despedirnos de nuestra mejor amiga y no volveríamos a verla en mucho tiempo.

✨✨✨
 


—Y como actividad independiente les voy a dejar que redacten un breve informe sobre la Revolución Socialista de Octubre, tendrán que poner aspectos como los que dimos hoy en la clase y argumentar su opinión personal sobre la transcendencia histórica de esta—nos dice el profe de Historia Contemporánea, yo tomo nota sobre la tarea mientras comienza a sonar el timbre y todos recogemos nuestras cosas para irnos.

Estábamos en primer año de la preparatoria y aunque muchas de las personas que se encontraban en mi salón las conocía de haber estado en mi secundaria nunca había entablado conversaciones con ellos, era tímida con las personas que aún no conocía, necesitaba algo que rompiera el hielo aunque ya había empezado a agrietarse poco a poco, habíamos hecho un grupo de WhatsApp dónde estaban todos los del salón, aunque no todos hablaban, pero había hecho algunos amigos, al menos me había acercado a algunos, solo necesitábamos un poco más de tiempo y confianza, quién sabe, tal vez hasta haría buenos amigos.

—¡Aquí estás perra!—me gritaba Am en la puerta fuera de mi salón, mientras movía sus manos de forma graciosa y teatral, se le había pegado ese gesto desde hace unos meses, pero no perdía la gracia cada vez que lo hacía.

—¡Perra!—digo mientras iba en su dirección y le daba un rápido abrazo, digamos que no dejaban que nos acercáramos mucho por culpa del maldito virus, todo era su culpa—¿Hoy no te ibas con tu chico por cierto?—le pregunté recordando la conversación de ayer.

—¡No es mi chico!—reclama.

—Ok ok, como sea—digo volteando los ojos.

—Bueno y respondiendo a tu pregunta se fue sin decirme nada—dice bajando la mirada, eso la preocupaba y lo sabía.

—¿Cómo que se fue Am?¿Y en serio no te avisó?¿Nada de nada?—pregunto sorprendida.

—No, nada, simplemente se fue, lo vi tomar un taxi e irse—me dice bajando la mirada otra vez.

—¡Pero quién se cree que es el pendejo este!—grito molesta—¡A mi mejor amiga nadie la deja plantada!

—Ya Rach relájate, tampoco es para ponerse así.




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