Como estrellas

Capítulo 7

—Si...—admitió mientras removía su cabello negro.

—Bien, me alegro que lo hayan resuelto—digo con una sonrisa, pero esta me sale tan falsa que sabía que ni él se la iba a creer.

—Rach escucha...—me dice insistiendo en mantener una conversación que para mí había terminado.

Inevitablemente recordé lo que me había dicho ayer justo después de que lo consolara, me dijo que yo realmente le gustaba mucho, que cuando había estado junto a mí el sábado se había olvidado del mundo, quería explotar de la felicidad, que le gustaría besarme...fueron tantas cosas, es increíble cómo se pueden llegar a tener tantos recuerdos en una sola noche, y por eso me dolía aún más que se hubiera reconciliado con su novia, claro que no diría nada, yo no era nadie en su vida después de todo y no podía reclamarle.

—Rach...—repite.

—Eilean de verdad, no tienes que darme explicaciones, es obvio que se iban a reconciliar, tienen mucho que vivir juntos—digo tan rápido que tengo miedo de que no me haya entendido, ni yo había entendido la mitad de las palabras que habían salido de mi boca.

—Lo nuestro está a punto de acabar, la perdoné porque me dió lástima verla en ese estado, pero a lo nuestro le queda muy poquito ya, es solo cuestión de tiempo—me informa y puedo sentir el dolor en su voz—después de que nos arreglamos me dijo que no se arrepentía de nada de lo que me había dicho.

—De verdad que no tienes que decirme estas cosas, sé que puedes haberte sentido presionado pero tranquilo, yo me retiro, los dejo a ustedes que resuelvan sus diferencias y así seguirán juntos.

—Rach aunque digas que te retiras yo no voy a poder sacarte de mi cabeza, no puedo superarte—confieza.

—Lo siento, pero no puedo—digo y doy media vuelta.

Justo en ese momento el recreo había terminado, así que él no pudo ir detrás de mí como estaba segura que haría, tal vez ahora había logrado cerrar este ciclo, tal vez ahora lograría apartarlo de mi cabeza definitivamente.

✨✨✨

Eres demasiado arte para alguien que carece de sensibilidad

Este había sido mi último estado, la indirecta era clara, pero obviamente jamás lo admitiría.
No dejaba de darle vueltas a la conversación de ayer con Eilean, no podía sacarme a ese maldito hombre de mi cabeza, las 24 horas del día me las pasaba torturándome con cada palabra y frase dicha, con cada cosa que vivimos el sábado, incluso cada cosa que podría ser...pero debía dejar de pensar en eso sí quería seguir adelante.

Él: me tienes loco con esos estados
👠

Maldito teléfono que no dejaba de notificarme con mensajes de él, a veces desearía que se confundiera de destinatario o algo así, por cosas como estas es que me gustaban más las palomas mensajeras.

Yo: pq?

Él: pq no sé si son para mi

Yo: no le dedico estados a hombres con novias

En verdad el estado era para él, pero me gustaba más esa respuesta, era más cortante, algo para alejarlo de mi vida, sin embargo la vida era tan cruel conmigo que cuando intentaba alejar a alguien voluntariamente no me dejaba hacerlo, todo lo contrario, hacía que esa persona se aferrara aún más a mi, total, sabía que algún día lo sacaría de mi vida, solo estaba esperando que me ilusionara más, era solo cuestión de tiempo, ya sabía cómo funcionaba esto.

Él: ok

Fue su respuesta, no iba a responder a eso y era por dos simples motivos: en primera era una respuesta demasiado cortante y seca, y en segunda estábamos en la escuela y estábamos hablando por el celular, si lo sé, nuestro retraso era serio.
Pero luego me sorprendió mandándome otro mensaje.

Él: 👠

Yo: pq pones tanto un tacón?

Él: pq anoche cuando te fuiste a las doce se te calló la zapatilla y quiero probártela a ver si te sirve
Cenicienta

Ok, no podía negar que el muchacho tenía una gran creatividad, así como tampoco podía negar que estaba temblando por dentro debido a las palabras tan hermosas que me dijo, sin embargo seguía metida en un triángulo amoroso y era algo que no estaba dispuesta a seguir viviendo, así que simplemente lo dejé en visto y solté mi teléfono.
Parecía fácil ignorarlo, pero obviamente tenía que llegar el timbre de la salida, la oportunidad perfecta para poder ir hacia mi asiento y continuar con la conversación que yo ya daba por cerrada, pero que él insistía en tener.

—No me evites—me dice sentándose en la silla que está detrás de mi puesto, a malas horas se paraba David, si estuviera sentadito en su puesto nada de esto hubiera pasado.

—No lo estoy haciendo, solo me estoy quitando del medio—repondo cortante.

—¿Cuántas veces te tengo que decir que lo nuestro está a punto de terminar?—me pregunta.

—Es que se que es mentira, porque esto no es una película, tú no vas a dejar tú relación por una persona que a penas conoces y no hace una semana que la viste en persona por primera vez, porque tú y yo a penas nos conocemos—le espeto liberándome de todos los pensamientos que llevaban rondando por mi cabeza desde hace días.

—No lo comprendes, desde que te vi me dejaste loco, y si puede ser como en una película, tú misma lo dijiste, no me conoces—dice y juro que en ese momento quería saltar a sus brazos, pero debía contenerme.

Tengo que ser fuerte.

—Mira, la verdad es que ella no te merece, pero tú no vas a dejarla ni aún así, porque estás enamorado de ella y ustedes dos van a durar mucho más.

—Es que no te entiendo cuando dices que no me merece, o sea¿Yo que merezco? Si yo no me merezco nada y cada vez que creo que merezco algo es cuando más me pisotean.

Y es ahí cuando lo veo, veo a través de su corazón, sus verdaderos problemas, era un chico lleno de inseguridades, tal vez que ninguna de las personas de su alrededor lo habían tratado como merecía y eso lo hacía pensar que no tenía derecho a nada, a una relación sin toxicidad, no creía tener derecho a una relación donde le dieran mucho amor, por ejemplo.




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