Canción de pastor.
Al resguardo de la luna.
La luz del sol bordea el filo de la montaña
Los viñedos brillan al toque del sol y el callado prepara al pastor para partir.
Los rebaños, el sonido de sus voces hacen retumbar cómo una canción, mientras las aguas rodean el verde de los pastos.
Coro
Al salir recuerda hijo mío, que al caer el sol el paso dará a la luna, ven al resguardo de tu padre y bajo su brillo allí te protegeré y cantaré una canción bajó las estrellas
Si te preguntas cómo llegar, no olvides qué nuestros campos son amarillos y dorados cómo el oro.
Nuestro hogar es el más dulce y cálido que hay, mientras el gran árbol lo vigila noche y día sin cesar.
Coro
Al salir recuerda hijo mío, que al caer el sol el paso dará a la luna, ven al resguardo de tu padre y bajo su brillo allí te protegeré y cantaré una canción bajó las estrellas
La joven Triberman al verlo con su hermano en brazos, no supo qué actitud tomar, él se veía dulce esa noche, todo lo opuesto a su amenazante voz en la aldea.
Gabriel cuando termino pasó el niño en los brazos de su madre y observo a Belius, luego todos volvieron a lo suyo, unos era a sus copas y otros al chisme, mientras Gabriel tenía una expresión burlona en su rostro que causaba malestar en Alper, era inevitable no notarlo, Briallen y todas las doncellas Manson por su parte le daban seguridad a Virginia, porque unas cuantas miradas no lo hacían y una de ellas era Alper.
Gabriel después de su canto se quedó en su silla en silencio, y pensó en cada situación que lo confundía, ese dulce niño le hizo imaginar que cargaba a Mark de su edad en sus brazos.
-¡Que no olvidas! -interrogo el rey a Gabriel al verlo tan silencioso.
-A Liansed sobre el estiércol de oso -Cael se atrevió a revivir ese día incómodo.
-Cael-su osadía le hizo ganar un grito padre.
-Y era de un oso de Branderverg -Bel hizo otro comentario -No lo digo por ese día, es algo serio.
-Si concuerda -comento el rey escapándose una leve sonrisa por el recuerdo. -¿Ahora Gabriel podías decirme, en qué piensas?
-En muchas cosas Milord -Gabriel respondió y se tornó serio -Tal vez me rio para no llorar, ese carnicero aún no aparece en ningún libro o lista de criminales.
-Gabriel, te siento tenso, pero tú no solo pasas por eso, saber que mi enemigo pisa mis tierras con facilidad me quita el sueño.
-¿Milord, con todo respeto de qué enemigo habla? -Belius lo cuestiono, ganando la atención del rey y cada persona del salón.
-Nexau envía espías -el rey por primera vez la miro a los ojos, ella era muy diferente a su heredera, tenía el valor marcado en su rostro -Cuando seas reina, serás el orgullo de un pueblo, conozco aún guerrero cuando lo miro a los ojos.
El rey lo dijo y miro a Samara, ella era la que de su casa tenía ese espíritu.
-Gracias Milord -Belius lo agradeció.
-Rey mío, recuerde como Y Harrd está con el soberano -Alper alzo su voz -La plegaria de todos los Bla son un gran aliado. Si Nexau viene como un huracán. Dios está en Y Harrd
Su voz fue para Belius un témpano de hielo, la joven princesa sentía como su familia allí peligraba, no todos tenían buenas intenciones. Por eso, cuando tuvo oportunidad, Belius decidió salir un momento del salón, pero seguida por Anielka y Samara, que si algo querían era ser amigables. Adentro siguió el mismo caos de unos en contra y otros a favor, pero Jael tenía otro mundo. No tenía tiempo de hablar con él, era su hermano favorito, pero que ahora vivía su historia de amor y romance.
-Si algo no le perdonaré Briallen, es que mi hermano al fin olvidara ese hermano de aventuras.
-Prometo hacer feliz a ese hermano amado, el rey se sentirá agradecido
-De eso estoy seguro -replico el rey con malicia.
-Daré a mi amado ese verdadero hijo que tanto ha anhelado -expreso Briallen con esa mirada discreta hacia Gabriel, si algo no soportaba del Vernugem era haber rebajado a su hermano.
Pero Gabriel no era tonto para no percibir y entender su mensaje, por eso esa noche se acercó, y tuvo la osadía de decir palabras que antes no las habría dicho.
-He sido tan superficial ni siquiera te he felicitado. -Briallen no podía evitar pensar que era un regalo celestial, verlo tan de cerca, era intimidante, cada mirada y palabra o movimiento de sus labios era irresistible, y Gabriel lo hacía con toda la intención -Que sean muy felices, Briallen del norte.
-Así será -Jael replico aún con ese enojo, al ver como atacaba.
-¿Y cuál será tu camino desde hoy? – Briallen lo cuestiono.
-Seguir guiando un ejército, y si el rey lo requiere destruir a Nexau -Gabriel respondió con autoridad y sed de poder, lo que el rey no lo tomo con disgusto.
-Si de eso estoy seguro. Gabriel ya no tiene pensamiento para algo más, él tiene dos amigos y un ejército.
Jael muchas veces se cuestionaba si Gabriel al tener ese aprecio del ejército de Drommeland, no iba a cambiar su pensamiento o lealtad hacia su hermano, el Vernugem perdía un terreno, pero ganaba otro, Gabriel después dejo atrás ese festín, y salió en búsqueda de soledad por los corredores de grandes ventanales del castillo, allí se encontró con la noticia de que Samara y Anielka le mostraban a Belius el castillo, lo que lamento la princesa, él notaba como ella se sentía como un pájaro atrapado en una jaula y con él, como una liebre buscando guarida para huir del enemigo.
-Gabriel porque no te unes
-Belius Triberman no conoce todo el palacio, vamos a mostrarlo.
Belius lo encaro y pudo volver a ver esa mirada que solo le decía, apártate de ellas.
-Si porque no, será interesante. Cada paso en este largo corredor cuenta una victoria o conquista de guerra.
Fue así que los cuatro iniciaron el recorrido. Belius estaba impresionada de como Drommeland estaba obsesionado por la guerra, y destrucción de otros reinos, Gabriel hacía alarde de cada uno de ellos, lo que Samara no era partícipe de que esto que tuviera que ser así, pero aún no debía dar opinión, la princesa de Jarons Derg observo la pintura de una de sus batallas más sangrientas y vio por un momento su pequeño reino destruido, por esa mano dura.
-No estoy acostumbrada a esto, en mi pequeño reino solo se habla de cosechas, o que cada estación tiene una fiesta. ‐ella no contuvo las palabras que dieron inicio a una leve discusión.
-Qué bello -Samara mostró agrado.
-¡Te desagrada la guerra! -la cuestiono Gabriel en medio de esa mirada satírica.
-Si
-Entonces me ofendes, porque lo que vez frente a ti es una de mis conquistas
Belius pudo percibir que él estaba dominado por ese ego de ser un conquistador, había más violencia y vanidad que otra clase de charla, Anielka y Samara veían cierto rechazo de Gabriel por la princesa, y llegaban a pensar que era por ser de Jarons Derg.
-Mi intención no es ofender a Gabriel Vernugem, solo le comparto mi pensamiento.
Belius era madura y sabia como enfrentar y controlar la situación, así fuera el temible guerrero.
-¿Cuántos años tienes?
-Veinte.
-Hablar con la primogénita es de lo más aburridor, todo lo contrario contigo, con todo respeto princesa Samara -dijo Gabriel al recostar su espalda contra una de las columnas – Háblame más de tu reino puritano -dijo con una expresión lejos de Dios.
-Que recuerde Drommeland un día lo fue también -Belius no pudo contener su sinceridad.
-Creo que mi guerrero favorito está un poco ofensivo -Samara lo abrazo y recalco su actitud esa noche, pero Gabriel no le presto atención.
-¿Y es que ya no lo es? -Gabriel la cuestiono al ver su osadía. -Sé muy bien lo que quieres decir, pero dale gracias a Dios que no lo hablas con Jael, o el rey.
Fue claro, de como nunca debía pasarse de esta conversación, con uno de ellos.
-Pero de todos modos me gusto hablar contigo, no renuncia a defender sus ideales, tal vez tengamos guerra en tu reinado. Ahora será mejor que me retire, tengo otros asuntos que atender.
Gabriel dejó atrás a las tres muchachas, y dejo a una joven aún más segura de no cruzarse en su camino, el Vernugem iba rumbo al salón cuando el rey lo detuvo para hablar con él, Gabriel paso veinte minutos a solas con él dejándole el rey claro una decisión, que cuando salió no lo podía creer, esa noche fría venía con sorpresas que al llegar la media noche se dejaron ver.
El rey hablaría de grandes alianzas entre Jarons Derg y Drommeland, sus mercados podrían ser vendidos en la tierra de los sueños, y Belius lo vio con buenos ojos muchos campesinos se beneficiarían de esto, Jarons Derg nunca podía llevar ofrecer nada a otro reino, era apartado de todo, ella sabía que el tema de su matrimonio estaba en esto, pero si era para hacer prosperar su reino lo haría, ella veía el esfuerzo de su pueblo y los amaba, aunque la caza Manson le daba esperanza de que no sería así, ya que no veía un varón de su edad.
-¿Cuál es el precio de esas alianzas? -Virginia pregunto al ser su hija la que era observaba.
-La unión con Drommeland, por medio de una boda.
Vanora por momentos pensó que el rey era el interesado, y tuvo dolor en el corazón de que fuera así.
-Pero no se le negará a la princesa hablar -el rey la miro, y todos guardaron silencio para escucharla.
-Estoy dispuesta a aceptar si esa palabra es tan verdadera y respetable como lo dice su majestad, como también que Jarons Derg será valorado, amo a mi pueblo.
-No solo respetado, será protegido -el rey dio su palabra.‐Cualquiera que pise tus tierras con mala intención, será desterrado.
Todos en el salón se miraban quién era ese elegido, lo que Liansed deseo poder serlo, pero cuando Jael se paró todos lo supieron.
-Tu unión será con la casa Vernugem -Belius miro a los tres Vernugem, pero ver esa actitud de Gabriel le contó, ella no podía creer que estaba en esta situación. -Gabriel Vernugem, al desposar la princesa Belius tendrás una vida fuera de palacio, el castillo de Radagma será tuyo como sus tierras.
Gabriel estaba mudo al igual que la muchacha, ella había elegido tomar esa decisión sin pensar lo que sucedería, Odoacro vio su resquemor y miro al Vernugem que parecía más enfadado que feliz, el destino otra vez le ponía una niña de Dios en su camino, estaba siendo obligado al matrimonio como si fuera un joven de la realeza.
-¿Gabriel que opinas del rumbo de tu vida? -Candel Clan le pregunto.
Y el Vernugem solo quiso retroceder un poco, chocando con la estatua que al caer lo hizo sobre la mesa Manson esparciendo todo y causando caos. Gabriel lanzó una expresión de lo tonto que era y dejo el salón, terminando así con el festín.
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Editado: 05.03.2024