Había pasado ya un mes y medio desde que desperté, por lo que llevaba ya un mes estudiando y tenía que admitir que, en definitiva, la escuela más la vida escolar si era más complicada de lo que pensé, el adaptarme al ritmo del quinto año con la presión de que era el último, las exposiciones, las tareas, los exámenes sin avisar, el poco tacto de los maestros, pensaba en que yo sola me había metido en este lío y aun así sabía que lo iba a pasar de una u otra forma, solo que tenía el privilegio de pasarlo con quienes ya conocía. Podía con esto, poco a poco me acoplaría.
Eso por el lado de mis estudios, en casa las cosas habían estado extrañas con mi madre llevándome al hospital a cada nada, casi de forma semana y no porque ella fuese paranoica —bueno, no tanto—, sino porque tenía cita médica así de seguido. Los doctores seguían evaluándome con métodos no invasivos, pero examinándome al final. Aun nadie me explicaba qué estaban buscando, por lo que tampoco podía darles síntomas más objetivos, probablemente ni ellos siquiera tenían idea de qué quería encontrar.
Si hablábamos de síntomas la mayor anomalía fueron los mareos a lo largo de la semana, acompañados por la extraña sensación de sentirme ajena e incómoda en mi cuerpo, pero suponía que era por la pérdida de sangre. Ahora, ¿pérdida de sangre? Pues adivinen quién se enteró de manera brusca que ya menstruaba.
Yo, en efecto, me enteré hace casi tres semanas de la forma más dramática, incluso para alguien que ya sabía que la regla existía y lo que significaba en general. Ahora notaba que actué como una loca, pero aquel día lo único que conseguí fue asustarme como si tuviera once otra vez…
FLASHBACK
La luz de la mañana entraba por la ventana calentándome la piel con el sol saliendo. Hoy tenía clases así que el sonido de la alarma derrotada por los rayos solares sonó para demostrar su compromiso. Entre flojera me senté apoyando la espalda en la cabecera percibiendo la sensación de dolor aferrarse a mis tripas. Me dolía la espalda. Pensé en hablar con mamá para buscar una solución que no involucrara perder más clases, pero al retirar la sábana pegué un grito al ver sangre en mis sábanas y ropa. Estaba tintada en rojo entre mis sábanas blancas. Mi mamá y mi hermana llegaron corriendo, pues Olly era mi vecina de habitación y mi mamá siempre estaba despierta intentando despertar a Tyler que siempre había sido el de sueño más pesado. A los pocos segundos mis hermanos también se unieron al grupo congregado en mi puerta, incluso Tyler con cara de sueño, para mirarse las caras cuando mamá se acercó a la cama.
Me preguntaba qué me pasaba, así que asustada señalaba la mancha de sangre entre mis piernas. El suspiro que dieron todos me sacó lágrimas de los ojos porque seguía sin entender nada, miré a mamá con las lágrimas rodando por mis mejillas, cuando me observó se le suavizó la mirada y boto todo el aire retenido al igual que Olly, quien se había acercado al lado contrario que nuestra madre y ahora limpiaba las lágrimas que bajaban por mi barbilla.
El bullicio comenzó cuando mis hermanos iniciaron con quejas y regaños a mi mamá, quien los miraba como los niños que parecían diciendo “te dijimos que le explicaras para que no se asustara”, cosa misma que siguieron con Olly y sus palabras de “tú como hermana, amiga y mujer debiste explicarle”.
En resumen, todos tenían opiniones y mientras yo seguía sin entender nada. Para cuando mi mamá entendió que sus hijos estorbaban en vez de ayudar, los botó de la habitación y entre ella y Olly me explicaron que eso que ya sabía que pasaba me estaba pasando, recordaba haber escuchado a chicas de la escuela hablar sobre eso sin pensar que si les pasaba a ellas a mí también. Con mi mamá recogiendo el desastre de mi periodo y mi hermana explicándome qué hacer desde la práctica, me tranquilicé y me acurruqué en el mueble reconociendo que en esas circunstancias me valía tres rábanos no ir a la escuela
FIN FLASHBACK
Y sí, así fue. Qué linda manera de entender que ahora era parte del mundo solo sucede a las mujeres.
En fin, mi periodo había pasado y creía que estaba mejor preparada para el siguiente y los que vendrían a ese.
El día en la escuela había terminado con una paliza por parte del profesor de gimnasia. Últimamente la comida me dejaba un extraño sin sabor espeso y pesado que me arruinaba los almuerzos, por lo que era de tarde y estaba aburrida y cansada, así que terminé por dormirme mientras escuchaba música. Cosa que en realidad no duró mucho, pues de pronto entre sueños dejé de oír la música, percibí mis sentidos detenerse y unos golpes comenzaron a resonar en mi cabeza, como un animal enjaulado.
Uno, dos, tres.
Una voz hablaba en mi mente y no parecía una voz humana.
No queda mucho tiempo.
¿Crees que tu lugar es aquí? No vas a vivir.
Esto va a durar poco.
Durará poco, evita el drama y duerme.
Duerme
Duerme
Duerme...
¡ES TU FIN!
#5655 en Joven Adulto
#12607 en Fantasía
paranormal misterio fantasmas espiritus, amor romantica juvenil sufrimiento, adolesentes
Editado: 14.07.2021