9. Nina

Publicado Originalmente: 27 de marzo del 2021

Lamento la tardanza. He tenido problemas personales que me impedian poder subir la historia. Gracias por la espera y espero que les guste el capitulo. 

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Cuando Nina terminó de arreglarse para el famoso evento descubrió que Fabrizio ya se había marchado de la casa. Fue algo que la tomó desprevenida ya que ella esperaba poder hablar con él y marcharse juntos. 

—¿Se fue sin preguntarme si quería irme con él? —dijo en voz alta mientras descubrió que realmente no había dejado ni una nota de advertencia—. Él de verdad cree que no pienso ir hoy a la fiesta —dijo en voz baja mientras llamaba a su amiga para avisarle que la buscara.

Nina comenzaba a sentirse agobiada con esa situación tan tensa. Se masajeo las sienes y trato de no darle importancia. Pero algo en su pecho le solía. Y la hacía sentir como una estupida.

Al estar lista se espantó al escuchar su celular sonar y darse cuenta que era su hermano. 

Respondió la llamada nerviosa.

—Renacuajo, ¿estás ocupada? —preguntó con tono tranquilo.

—Sí, pero no. Voy a un evento con Lex. Estoy esperando por ella. 

—¿Después del accidente? Sé lo que pasó, Nina. El Sr. Scott me lo informó.

—Yo… —Nina se quedó sin palabras. No esperaba que el hombre fuera con el chisme.

—Se que lo ocultaste por el abuelo. ¿Pero ocultarlo de mí? Eso es imposible, Nina.

—Yo esperaba encontrar el momento adecuado para decirlo. Cuando estuvieran todos los hechos claros. Pero… no hay nada claro todavía y quería evitar problemas. 

Su hermano se mantuvo en silencio por un rato. Nina estaba nerviosa.

—Puedo entenderlo, Nina, realmente quiero que nos veamos. Quiero asegurarme de que estas bien. 

—Prometo que nos veremos, Nathan. Y te contaré todo lo que está pasando.  Lo prometo.

—Suerte en el evento de Alexa. Nos vemos pronto, renacuajo. 

Al terminar la llamada Nina se dejó caer en el sofá. Realmente estaba muy cansada y debía lidiar con una nueva situación.

Alexa llegó al cabo de media hora a la casa. No dejó pasar lo que estaba viendo en su rostro. Su amiga estaba triste, herida y algo le estaba dando vueltas en la cabeza. 

—¿Qué sucede, Nina? Sé que algo te tiene mal —dijo Alexa mientras estaban de camino a la gran mansión. Había decidido no decir ningún comentario sobre Fabrizio y el hecho de qué se fue sin decirle nada. 

No paraba de pensar en los últimos acontecimientos. Se sentía agotada emocionalmente de tener que fingir que nada paso para no alertar a su abuelo. 

«La verdad siempre prevalece» le había dicho Fabrizio una vez y debía admitir que tenía razón en lo que decía. Su abuelo merecía saber lo que estaba sucediendo por su boca y no por las lenguas de sus enemigos. 

»No le des tanta vuelta al asunto de tu novio. Él no manda sobre ti y tú solo vienes a ayudarme a mí. Lo que hagan ellos son otros veinte. 

—Lo de Fabrizio es lo menos que me preocupa ahora —confesó mientras se acomodaba en el asiento—. Se trata de mis intentos de asesinatos. Mi hermano ya sabe que algo me sucedió. No creo que tu tío le haya dicho todo. Pero si lo suficiente.

»¿Porque alguien está empeñado en verme muerta? Es algo que no para de rondar en mi cabeza. Y luego está el hecho de que mi abuelo no sabe nada y eso amenaza con enloquecerme. ¿Te imaginas que mi abuelo se entere por el Sr. Johnson o algún otro viejo de la empresa? Confieso que no sé qué hacer con esto. Sé que mi hermano se mantendrá callado. Pero no sé hasta cuando.

Alexa podía entender sus dudas. No era fácil lidiar con este tipo de problemas y ocultarlo de la persona más importante. Ambas chicas suspiraron al mismo tiempo. 

—Tu abuelo debe saber lo que está pasando. Tiene contactos y ¿quién no dice que quizás él sepa que alguien andaba detrás de ti desde antes? Él podría resolver muchas dudas que tengas ahora. Él podría hablar con personas importantes.

»Nina, tu abuelo necesita saber la verdad. Se que te asusta que algo pueda pasarle a su salud. Pero recuerda lo que él mismo Augusto dijo. Serías la primera en enterarse si algo malo tenía. Ten un poco más de fe en tu abuelo. 

—Se que él dice esas cosas para tranquilizarme. Pero puedo sentir que mi abuelo me oculta algo. Es como si temiera decirme la verdad, ¿sabes? —dijo Nina mientras aumentaba el aire del auto—. De todas formas, mañana le diré todo lo que está pasando en mi vida. No puedo quedarme de brazos cruzados teniendo miedo de que otra persona se adelante. O peor aún, de que Fabrizio decida tirarme al medio por un momento de enojo. 

—Me parece una buena idea —dijo Alexa apoyándola—. Ahora concentrémonos en este evento, ¿te parece? 

—De acuerdo, cuando estemos cerca del lugar del accidente de mis padres voy a intentar dormirme. No quiero pasar por allí estando despierta.

—Te entiendo —respondió Alexa conciliadora. 

—Llegamos —anunció Alexa mientras se detenía frente al gran portón de la mansión. 

Nina se asomó por la ventana y quedó gratamente sorprendida con lo que veían sus ojos. Una gran mansión se asomaba ante sus ojos. Era tan enorme como un palacio. 

—Oh por Dios, esto no puede ser realmente real. ¿Es acaso una alucinación? Esta casa es espectacular —dijo Nina asombrada. Era realmente hermosa. 

—Eres una niña rica y actúas como si nunca hubieras visto una mansión —le recordó Alexa mientras avanzaban hasta el estacionamiento. Nina rio ante su comentario y volvió a acomodarse en el asiento. 

—Soy rica, pero probablemente no de este nivel. Hablamos de gente que tienen sangre azul. Ellos nacen con una estabilidad en la sociedad de forma impresionante. Y sus títulos siempre le dan más libertades de las que llegamos a pensar. Soy rica, pero esto ya es otro nivel de sociedad, créeme.

A medida que llegaban al estacionamiento trasero en el cual estaría la ama de llaves esperándolas. Nina pudo visualizar a lo lejos a Fabrizio, Jane y Martin hablando entre ellos. Apretó las manos sintiendo como un poco de ira y decepción regresaban a ella.