Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

22. Nina

Publicado Originalmente: 13 de Julio de 2021

Espero que les este gustando la novela. No duden en dejarme saber su opinion. Que disfruten del capitulo. 

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«¿Porque alguien la quería muerta?»

Nina estaba demasiado sorprendida de ver a Walden en su casa y de que hubiera ido sin avisar. Porque eso no es algo que él haga sin meditarlo y mucho menos cuando es algo que se puede prestar para malentendidos. Luego de aquella llamada no espero que él realmente fuese a cumplir con su palabra y fuera a verla para abrir el dichoso sobre que fue el causante del accidente.

Sabía de buena fuente que Walden tuvo que pagar para evitar que la prensa anunciara el accidente en los medios. Aún nadie sabía que ella estaba viva y había dejado bastante claro que no quería ser presentada en sociedad. Al menos no todavía, no cuando no tenía claro cómo lidiar con todo lo que estaba pasando. Y era una ventaja que no viviera en Woodville. Allí las cosas serían demasiado difíciles de ocultar.

A esas alturas estaba realmente cansada de la situación. Ya no se trataba de sobres anónimos enviados de forma aleatoria para asustarla. Ahora eran sobres muy reales, con amenazas muy claras. Atentados que iban contra ella. Alguien que deseaba verla muerta a como dé lugar y seguía sin entender por qué.

Las palabras de Richard parecían ser claves y al mismo tiempo hacía que todo fuese incierto. Era por eso por lo que no se atrevía abrir ese sobre sola. Y tampoco quería hacerlo con Alexa. No quería meter a su mejor amiga en esa mierda que ni ella entendía.

Estaba muy cansada, aunque no iba a admitirlo en voz alta. Toda la situación estaba afectándole emocionalmente y ahora físicamente. Y lo que era peor es que la única persona capaz de tranquilizarla no podía saber lo que estaba pasando. Primero, porque no sabia como decirle que estaban intentando matarla.

«Oye, abuelo, debo decirte que quieren matarme, pero por favor no te asustes» no, eso sonaba horrible incluso en su mente.

Tampoco podía decirle que las personas que mataron a su hijo en el pasado, eran las mismas que estaban intentando acabar con ella ahora. Todo eso lo haría pensar que era su culpa y eso es justo lo que no quería que pasara.

Y por otro lado estaban sus problemas de salud. ¿Y si debido a eso su abuelo tenía una recaída o algo peor le pasaba? No, no podría soportarlo. No aguantaría con esa culpa.

Lo peor es que su hermano Nathan estaba tan ocupado con los asuntos de la empresa. Que era difícil mantenerlo al tanto. Si él no llamaba, significaba que ella no podía hacerlo. La situación familiar era un lio para ella.

Llegó de nuevo a la sala donde había dejado esperando a Walden para buscar el sobre. Lo encontró observando las pocas fotografías que Fabrizio le había dejado poner en la sala. Se acercó a él de forma sigilosa con el sobre en sus manos.

—¿Espiando mi casa? Eso es de mala educación Walden —dijo parándose a su lado y viendo la foto que Walden estaba observando antes de que ella llegara.

—¿Estas segura que esta es tu casa? —preguntó ladeando la cabeza y observándola con el ceño fruncido—. Este lugar carece de tu esencia y eso no es normal. No cuando tú tienes una energía muy fuerte y que ocupa todo el lugar.

Nina se sorprendió con su comentario. Era la primera persona que le decía algo como eso en su propia casa. Volvió a mirar la foto intentando encontrar las palabras adecuadas sin tener que mandarlo a la mierda.

Pero no obtuvo respuestas.

—Es mi casa, se que no tiene muchas cosas que griten que es mi casa, pero… lo es —dijo a la defensiva. Lo dejó parado frente al estante de fotos y caminó hasta el sofá.

«¿Como se atrevía a meterse de esa forma en su vida?» se preguntó sin poder creerlo.

Walden sonrió sin arrepentimientos ante su comentario. Porque él estaba muy seguro de que Nina en otras circunstancias tendría esa casa llena de su luz. Es una chica muy transparente y resplandeciente. ¿Como era posible que su hogar no pareciera suyo?

—Nina, no me mal entiendas mis palabras —dijo intentando explicarse. Ella dejó el sobre a un lado y se cruzo de brazos—. Es que es difícil ver esta casa como tuya. Tu eres radiante, expresiva y supongo que yo esperaba un lugar que reflejara todo lo que tu eres. Eres diseñadora de interiores, ¿como es que tu casa no refleja ni un poco lo que eres tú?

—Estas pasando una línea que no te corresponde, Moore —dijo tranquila, aunque con un tono cargado de sentimientos encontrados—. Mejor centrémonos en esta advertencia —sacudió el sobre para que lo recordara.

Era difícil no darse cuenta de que Walden tenía razón y simplemente no estaba lista para enfrentarse a eso. Walden tragó saliva y caminó hasta el sofá que estaba frente al de ella. A pesar de que Nina evidentemente se estaba molestando y no iba a hablar sobre su observación, no estaba dispuesto a dejarlo pasar.

—Quizás no somos los mejores amigos. Pero hemos estado en los momentos que más hemos necesitado apoyo. Y es por es que me importa quizás una mierda que te molestes conmigo. No pienso callarme mis palabras.

»A veces te preguntas porque tu relación esta en la cuerda floja. Porque se siente como si el Sr. Russo te estuviese alejando. Y has tenido la respuesta ante tus ojos todo el tiempo —dijo señalando el lugar—. Nina, esta no parece tu casa. Yo no la siento como tu casa y puedo intuir que tu amiga estaría de acuerdo conmigo. Honestamente desde que entre aquí he comenzado a pensar que cometí un error en intentar ayudarte con el viaje. Quizás ya no haya nada que rescatar. Quizás todo está destinado a terminar…



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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