Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

23. Nina

Publicado Originalmente: 22 de julio de 2021

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“Ahora tenía que enfrentarse a las consecuencias”

Nina abrió la puerta de la casa y tragó saliva al ver a su hermano. Pensaba que Nathan estaba en Heightsville trabajando de lleno con una construcción que se estaba demorando y que atrasaba los proyectos en la compañía. Sobre todos sus proyectos, ya que Nina era la que se encargaba de la mayoría de los trabajos paisajistas.

Habían quedado verse cuando él regresara. Solo que nunca le dijo que iba a regresar tan pronto y que lo haría de sorpresa.

—Quiero pensar que realmente me extrañas y no es que estés realmente espantada de ver a tu hermano —le dijo al verla tan sorprendida.

Sacudió la cabeza y sonrió para de inmediato abrazarlo con todas sus fuerzas. Lo había extrañado demasiado en esas semanas que ha estado fuera. Toda la situación la estaba absorbiendo. Tener a su hermano ahí, en su casa, la hacía sentirse bastante feliz.

Su relación con Nathan siempre había sido cercana. Cuando sus padres murieron en ese accidente, lejos su hermano culparla, lo que hizo fue cuidarla. Él tenía ya 19 años cuando todo paso. A pesar de entender perfectamente lo que sucedía, prefirió cuidar de ella. Ayudaba a su abuelo con todo lo relacionado a sus heridas y era su apoyo emocional. Cuando le dieron de alta no dejó que fuera a la escuela porque según sus palabras, estaba preocupado por lo que podían llegar a hacerle.

Nathan fue su mayor apoyo luego de su abuelo. Y su opinión siempre fue una de las más importantes.

»Me estas asfixiando —le dijo su hermano luego de un rato.

—Solo cállate, quieres —le respondió sin dejar de abrazarlo—. ¿Porque rayos no me dijiste que estabas en Roseville? Pensé que vendrías para agosto o incluso septiembre. Dijiste que no podías antes de eso. ¿Qué fue lo que paso?

—Bueno, realmente no podía venir. Logré obtener dos días libres y decidí venir a verte. Se por el abuelo que has tenidos días muy complicados.

Nina suspiró y asintió para luego dejar que él entrara por completo a la casa. Caminó despacio hasta el sofá y se dejó caer agotada.

—El abuelo puede que haya exagerado un poco.

—O quizás la que quiere creer que exagero fuiste tú. ¿Qué sucede, Nina?

Tenía la mirada perdida en el techo. Sentía la presión en sus cienes y el pulso acelerado. ¿Qué estaba pasando? Se preguntó para sí misma.

—Creo que es solo que todo el tema de la familia real me está dando más dolores de cabeza de lo que pensaba —respondió en voz baja. ¿Qué tan seguro sería decirle a Nathan la verdad? ¿Le diría al abuelo, se quedaría callado? Simplemente no estaba segura de las respuestas.

—No es para menos, renacuajo. Se trata de tu familia biológica. Ellos pensaron que estabas muy muerta y ahora resulta que en realidad estas muy viva. Solo necesitan tiempo.

Nina negó despacio girándose en el sofá.

—Puede que solo en realidad necesite espacio. Me he estado preguntando si realmente me precipite en conocerlos, en buscarlos. Ahora todo está agobiándome. Walden dice que ellos desean presentarme en sociedad. Yo no sé si deseo ser presentada. Ni siquiera sé si realmente deseo pertenecer a ese círculo, cuando toda mi vida he huido del nuestro. ¿Qué tan diferente realmente son estos círculos, Nathan? En uno soy la hija rica, en el otro soy la hija perdida. Hija de duques. ¿Cómo se supone que realmente me prepare con esto cuando ni siquiera me dan la oportunidad de alzar mi voz? —Nina sentía las lágrimas comenzar a derramarse por sus mejillas. Ni tiempo había tenido en asimilar todo.

»Yo quisiera poder conocerlos sin sentir la presión que eso conlleva. Quisiera que pudieran realmente ver a través de mi mirada la mujer que soy, la mujer en la que me convertí y que no piensen demasiado en la niña que perdieron hace 23 años. Yo realmente no sé qué hacer con esto, Nathan. Y encima alguien quiere matarme...

Nina se había concentrado tanto en sus palabras, que no se dio cuenta que había hablado demás.

—¿¡Que has dicho, Nina!? —las palabras de su hermano sonaron fuertes.

Nina se sentó con rapidez en el sofá y tragó saliva. Maldijo por lo bajo haber sido tan descuidado. Así eran las cosas con su hermano. Se desahogaba sin pensarlo. Se limpió las lágrimas con rapidez.

—Yo... realmente lo siento. No debía soltarlo.

—¿Eso significa que no considerabas importante que yo supiera que estaban tratando de matar a mi hermana? —preguntó aún más molesto que antes. Nina escondió su rostro en sus manos.

—¡No quise decir eso! Es que esto es un tema que el abuelo no sabe, ¿bien? Por eso no te lo dije a ti. Porque tenía miedo qué quisieras regresar a Roseville o que fueras a hablar con el abuelo...

Nathan se había levantado de la silla y estaba caminando por la habitación de forma. Negaba con la cabeza sin poder consentir sus palabras. Nina volvió a tragar saliva. Sentía la garganta seca y realmente estaba preocupada.

—Quiero que me cuestes lo que está pasando, Nina y quiero la verdad. Solo así yo decidiré si le digo o no al abuelo. Solo yo sabré si realmente lo que dices es algo que podríamos mantener en secreto. Eso de ocultar cosas, ¡nunca había sucedido entre nosotros, renacuajo! ¿Por qué ahora?



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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