cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 6

Parecía que cada vez que cerraba y abría los ojos terminaba con Jack, al despertar estaba enrollada en su regazo, éste se encontraba profundamente dormido, parecía un ángel,  aunque después de lo de anoche me había confirmado que era de todo menos eso, ¿Qué más podía esperar de Jack? Pensaba mientras detallaba detenidamente sus facciones como si se tratase de una obra de arte, de hecho lo era, jamás había admirado tanta belleza en un solo cuerpo, él era como una caja de sorpresas y ¿Qué pasaría si al conocer su lado oscuro no fuese capaz de aceptarlo? Y ¿Qué si era tan terrible que me hiciera arrepentir de entregarme a él? No seas ingenua Amelia, apareció mi ruidosa conciencia, sabes perfectamente que en el momento que ese hombre te tomo entre sus brazos te perdiste, tal vez antes de eso, conteste.

-buenos días guapa. –saludó Jack aun sin abrir los ojos. –hueles tan delicioso como anoche. –Susurró olfateando mi cabello.-creo que después de esto no podre dejarte ir jamás.

-Jack, aun hay muchas cosas que debo saber. –murmuré rozando su mejilla con mis nudillos.

-lo sé, pero tengo miedo ¿sabes? –dijo abriendo esos bellos ojos para observarme. –tengo miedo que después de que sepas quien soy realmente te alejes de mí, no podría soportarlo. –sus palabras me asustaban pero porque yo tampoco quería alejarme de él.

-¿Qué puede ser tan malo para hacer que me aleje de ti? –pregunté con tristeza.

-Amelia, hay muchas cosas de las que no tienes idea si quiera que existen, como te dije antes, eres el ser más puro que conozco y no quisiera que eso cambie, lo que soy, a lo que me dedico te aterraría de maneras que no entenderías. –dijo frunciendo el seño.

-pues te equivocas, no creo que haya nada que logre cambiar lo que pienso de ti, lo de anoche fue lo más real que jamás sentí. –susurré dándole un beso sincero, entonces el beso empezó a subir de tono, cuando el estruendo de un cristal rompiéndose nos separó rápidamente.

Jack salió de la cama antes de que pudiera verlo, cuando quise preguntar que sucedía me hizo una señal de que guardara silencio, entonces caminó hasta su mesa de noche, abrió el cajón y de allí saco un arma, mi sombro fue tal que deje escapar un pequeño grito, pero me tape la boca para evitarlo.

-¿Qué está pasando Jack? –dije en voz baja.

-ahora no puedo explicártelo, quédate aquí Amelia y por favor no salgas, no importa lo que escuches ¿está bien? –estaba aterrada pero asentí temblando. –confía en mí, sé que es mucho pedirte, pero juro que te lo explicaré. –dicho esto caminó lentamente hasta la puerta con el arma lista, entonces apuntó fuera de la habitación y salió cerrándola detrás de él.

No sabía que estaba pasando pero obedecí, me quedé inmóvil metida entre las cobijas, como si aquello me fuese a salvar de ser asesinada, ¡Dios mío! En que no momento me metí en todo esto, un minuto después de que Jack saliera de la habitación escuché golpes y cosas rompiéndose, empecé a llorar aterrada, no sabía dónde esconderme, las paredes crujían a punto de romperse y justo cuando sentí que me desmayaría del pánico, escuché un disparo, luego todo quedo en silencio, no escuché nada, la sola idea que hubiesen herido a Jack me mortificaba así que respiré profundo, tomé un jarrón que estaba en la mesa de noche y decidí salir.

Lo dudé antes de abrir pero pensé en Jack y solo lo hice, mi corazón golpeaba a punto de salir de mi pecho, mis manos temblaban sin parar y las lagrimas seguían saliendo de mis ojos nublándome la vista, cuando salí del cuarto parecía que un terremoto hubiese sacudido la casa, no vi a nadie, entonces seguí caminando intentando ahogar mi llanto para no alertar a nadie de mi presencia, cuando llegué a la sala allí estaba, al sentir mi presencia se giró rápidamente apuntándome con el arma, pero al ver que era yo la bajo de inmediato, era Jack nuevamente golpeado, con la camisa rota y los nudillos ensangrentados, miré a sus pies y había un hombre tendido en el suelo, un charco de sangre a su alrededor me confirmó que estaba muerto, Jack le había disparado, él me miraba intentando buscar la manera de explicar, entonces mis mayores temores se materializaron, ese era su lado más oscuro, terrorífico, era un asesino, el hombre al que le había dejado tocar cada parte de mi cuerpo hace tan solo unas horas estaba ahora frente mí, lleno de sangre del hombre que había matado.

-cariño… yo te explicaré. –suplicó acercándose lentamente.

-no te atrevas… -objeté alejándome. –no puedo creer esto, eres un asesino Jack, es por eso que me dijiste que temías contarme, por supuesto, si matas personas ¡maldita sea! –le escupí inundada en lagrimas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.