cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 13

Jack:

Me siento abrumado en medio de la penumbra, no reconozco nada a mí alrededor, giro mi cabeza para todos lados buscándola.

-¿Dónde estás Amelia? –grito desesperado mientras escucho su llamado angustiado.

Mi corazón late muy fuerte a punto de salir de mi pecho, intento levantarme pero unas sogas me detienen, miro mis manos y pies que se encuentran atados a una silla, siento miedo, pavor, pero no por mí, sino por ella, no soportaría perderla, en realidad no sé siquiera si es mía, si tengo algún derecho a llamarla de ese modo, lo cierto es que desde que conocí a esa mujer cambio mi mundo por completo, le dio un nuevo sentido a todo lo que soy, siempre estuve solo, me obligue a eso para evitar sentirme como ahora, no pretendía arriesgar la vida de nadie más, todo a mi alrededor es destrucción y oscuridad, lo que por cierto fue mi elección, pero no sería tan egoísta como para arrastrar a alguien a esto, sin embargo ella parecer querer romper todos los muros y esquemas que construí al mi alrededor, lo que más me hace sentir impotente es que no tuvo que hacer el mínimo esfuerzo para ganarse mi corazón, lo hizo latir en mi pecho confirmándome que tenia uno, desde el día que vi esa sonrisa no me imagino un segundo sin verla, sin sentir el calor de su cuerpo o escuchar su irritante voz y es que ¡mierda! Sí que me desespera, logra desequilibrar mi paciencia, que es mucha, debe serlo para hacer lo que hago, pero con ella soy como un niño asustado y sumiso, ese ímpetu inquebrantable que me caracterizaba ahora está teñido de miedo, ahora temo recibir una bala pero no por morir, sino porque al hacerlo jamás la vería, definitivamente si mi yo de hace unos años me viera ahora me daría una golpiza.

-¡Jack! ¡Ayúdame por favor! –grita Amelia y yo me retuerzo entre las sogas para ir hasta ella, no la veo, no sé donde esta pero siento que me habla al oído.

Justo cuando estoy a punto de soltarme veo que dos sombras se acercan a mí, entonces entiendo todo, viene ella delante de un hombre que la tiene apretada por el cuello mientras le apunta con un arma en la sien, lleva sus manos atadas igual que las mías, sus ojos totalmente encharcados por el llanto que no para de caer, por sus suaves mejillas.

-¿Qué te parece? Mi querido agente, parece que después de todo si tenias un punto débil. –escupe con veneno el Alquimista retándome con la mirada.

-¡maldito! yo te mate… -grito con ira pura.

-ten por seguro que aun sigo muy vivo, he venido para ajustar algunas cuentas contigo amigo mío, se que matarte no es castigo para ti, no le temes a eso… pero la vida de esta chica te importa más que la tuya. –dice complacido el maldito mientras besa su mejilla.

-¡no te atrevas a tocarle un solo cabello desgraciado! Te juro que te mataré ¡suéltala! –ordeno impotente al ver no puedo hacer nada. –al que quieres es a mí, mátame pero no la toques. –suplico como última instancia.

-no lo creo, esto lo voy a disfrutar mucho mas. –replica cargando el arma y siento que mi pecho va estallar.

-te amo Jack. –pronuncia Amelia débilmente antes de cerrar los ojos.

Entonces antes de que pudiese hacer o decir cualquier cosa ese maldito dispara, veo como cae su cuerpo sin vida en cámara lenta al suelo, grito con toda la fuerza que queda aun en mi pecho queriendo morir con ella.

-Jack… ¡Jack! tranquilo despierta. –ordena una voz a mi lado.

-noooo…. Amelia. –grito sentándome de golpe.

-calma cariño, aquí estoy, tuviste una pesadilla. –dice dulcemente, giro para ver su rostro, la tomo entre mis manos y la beso profundamente.

-¡hey! Parece que estas feliz de verme. –apunta divertida sin darse cuenta que acabo de vivir el peor momento de mi vida. – ¿Qué soñaste? –pregunta curiosa.

-ya no lo recuerdo, debe ser por la fiebre. –contesto incomodo.

-¿Cómo sabes que tienes fiebre? –dice sonriendo.

-pues lo supongo Amelia… acabo de despertar después de un balazo y ya estas sacándome de quicio. –replico fingiendo molestia.

-calma, está bien, vengo en son de paz. –dice levantando las manos. –me alegro mucho que estés bien, pensé que morirías Jack. –su tono cambio a uno teñido de angustia.

-si cariño lo lamento, sentí en carne propia esa sensación. –digo arrepintiéndome al instante.

-¿a qué te refieres con eso? –pregunta, por supuesto que lo hace jamás traga entero.

-no me prestes atención, acabo de volver de la muerte es lógico que diga estupideces, ahora ¿serias tan amable de llamar a Slin? Siento que voy a morir de nuevo por dolor. –me quejo tocándome la parte baja del vientre y ella sale corriendo a llamarlo, obviamente lo fingí para evadir su interrogatorio, aunque si me duele un poco.




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