El frio y la lluvia golpean de lleno en mi rostro, todos usan paraguas pero me rehusó a usarlo, estoy aquí parada frente al agujero donde enterrarán a mi madre, ese que pretende ser mi fosa también, lo cierto que es que hubiese querido irme con ella, no tengo perdón alguno por haber provocado su muerte y es que aunque todos los que conocen las verdaderas razones de la muerte de mamá, me aseguran que no fue mi culpa, sé que aunque no tiré del gatillo no hay otra persona más culpable que yo. Escuchó como el sacerdote dices sus oraciones para que su alma descanse en paz, sin embargo a mi parecer la única manera que descansará será cuando su asesino pagué por lo que hizo y me encargaré personalmente aunque se me vaya la vida en eso.
Me encuentro aislada de todos, no me siento con la capacidad para ser cordial o aceptar sentidos pésame que aunque sé, son sinceros no me sirven de nada, así que evito tener contacto, aún así, puedo notar la presencia de mis amigos y compañeros de la agencia incluyendo a Coulden, puedo sentir también a Jack observando todo el tortuoso proceso, le escupí a la cara que no quería verlo cerca de mí, cuando se ofreció a llevarme al cementerio, ni siquiera sé porque siento esta mezcla de odio y amor hacía él ambos con una intensidad que amenazan con consumir al otro, soy plenamente consciente de que nunca me obligo a quererlo, al contrario hizo todo lo posible para que me alejara de su mierda de vida, sin embargo fui tan estúpidamente ingenua como para lanzarme de cabeza al precipicio, así que una vez más la única culpable soy yo.
¡Pero qué puta ironía! Pensaba mientras divisaba la figura de Jack a lo lejos, hace tan solo unas horas estábamos a punto de casarnos, en este preciso momento estaría saliendo de la iglesia con mi vestido blanco, con pétalos de rosa guiando mi camino, tomada de la mano de Jack, pero sobre todo viendo la expresión de felicidad y orgullo en los ojos de mamá, ahora la realidad era otra, aquí en un patético cementerio, con un vestido negro despidiéndome para siempre de mi mamá y viendo de lejos al único hombre que he amado y odiado al mismo tiempo.
-Amelia, ya es hora. –advierte Linda posando su mano en mi hombro.
Entonces me inclino para tomar un puñado de tierra, ¡Te juro mamá, que tu muerte no quedará en vano! Prometo internamente antes de lanzar la tierra sobre su cajón, después giro sobre mis talones, dudó algunos segundo antes de avanzar hacia la salida del cementerio, todos se quedaron allí, entendiendo que lo último que quería era compañía, no pretendía ser grosera pero sabía que lo sería mucho más si conversaba con alguien, ahora solo existen rencor y dolor en el lugar donde una vez latió un corazón lleno de vida, hoy lo alimenta un solo propósito, encontrar al ¡Hijo de puta que hizo esto!
Estoy a punto de entrar al auto pero siento que las piernas me fallan, mi cuerpo tiembla y me siento desvanecer, creo que voy a caer al suelo cuando unos brazos ya conocidos me detienen.
-¡Amelia! por dios, estas muy pálida ¿Hace cuanto no comes? –Pregunta Jack impidiendo mi caída.
-¡Suéltame! ¿Acaso no entiendes que quiero estar sola? –le exijo soltándome de su agarre, pero en el momento que lo hace vuelvo a sentir el mareo y debilidad apoderándose de mi cuerpo, en realidad tenía razón, desde la muerte de mamá no he logrado probar bocado.
-¿Te das cuenta? ¡Mierda! ¿Por qué nunca me escuchas? –exclama irritado—. Sé que soy la última persona que quieres ver ahora mismo, pero te pido que me dejes llevarte a comer algo, solo eso. –pide casi suplicante, puedo notar en sus ojos que esta igual de agobiado que yo.
-Jack, debes comprender que el tiempo en el que tenías que cuidar de mí porque era como una niña indefensa ya pasó, esa chica ya no existe, lo último que quedaba de ella acaba de ser enterrada junto con el cuerpo de mi madre. –digo tragando fuerte para deshacer el nudo que aprieta mi garganta—. No quieras ver en mí algo que ya no existe, no te culpes por las terribles decisiones que tomé, son mi responsabilidad, es cierto que por medio de ti conocí un mundo oscuro, aprendí cosas que nunca hubiese logrado sin ti, evitaste por todos los medios que me convirtiera en un monstruo y te lo agradezco, pero es hora de que me dejes ir. —Pido con esfuerzo, no pensé que fuera tan difícil pedirle tal cosa—. Ahora soy todo eso de lo que me querías alejar y mucho más, ¡Me convertiré en el puto diablo! Si es necesario, pero ese maldito pagará con cada gota de su sangre el daño que me hizo—. Espeto en su dirección antes de subir al auto y cerrar la puerta.
Antes de arrancar el auto vi en el reflejo de sus ojos esa imagen aterradora de una mujer a la que desconozco por completo y estoy segura de que Jack piensa lo mismo, era mejor así, no tenía ningún caso ahora, que él siguiera enamorado de un fantasma, nunca iba ser la misma aún después de cobrar venganza, ya no había nada dentro de mí para ofrecerle, ¡Nada!
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Editado: 17.11.2018