EL SÓTANO NO. 5
Era mi primer día de trabajo como vigilante en un edificio de diez con pisos con cinco sótanos. Parecía un pasillo con varios cuartos que tenían el logo de la empresa en la puerta junto con la numeración. Me encontraba en la caceta junto con un compañero que estaba en su turno de dormir. Cuando el sensor de movimiento del sótano 5 se encendió
"Qué raro pensé"
Siendo las 4 de la mañana nadie está en el edificio a esta hora. Pasan 5 minutos y la luz roja no se apaga, ni sube nadie,
¿Qué tal si alguien se escondió y en estos momentos está robando?
Con ese pensamiento decido bajar con mi máquina de toques, la porra de protección que me enseñaron a usar y mi lámpara. Así comienza mi recorrido al paso que voy dando las luces del pasillo se encienden cuentan con un tiempo de un minuto, llegó al elevador y marcó el número 5 al estar en mi destino camino unos cuantos pasos hasta encontrar la luz encendida. Me sorprende encontrara a un hombre en cuclillas bajo la luz, note que sus manos están arrugadas con las uñas largas con un tono de piel entre verde y café oscuro, un sombrero demasiado grande no me permite ver su rostro por lo que alcanzaba a ver viste una camisa de cuadros verde claro con rojo un pantalón de mezclilla. Comenzó a cantar con una voz ronca una canción que ni siquiera conocía pero la cantaba con tal pasión que imaginé que estaba borracho.
Camine hasta estar frente suyo lo que provocó que se callara, alzo la vista dejándome ver sus ojos color rojo iniciando un escalofrío.
- Buenas noches muchacho, ¿Qué haces por aquí? -pregunto con una voz dulce
- Yo debería preguntar eso – contradije sintiendo miedo
Él se levantó demasiado rápido.
- Insolente –grito, pero esa voz activo mis alarmas que me dicen corre huye
Y lo hice tan rápido como pude escuche como el corría el sonido de sus pies descalzos hacía eco, llegar al elevador era mi última opción así que decidí correr por la rampa.
Al dar la vuelta al sótano 3, él estaba ahí esperando a mitad del estacionamiento a gran velocidad corrió hasta lanzarse encima mío, sin permitirme reaccionar sus uñas comenzaron a romper mi ropa, lo único que pude hacer fue sólo cubrir mi rostro con los brazos, al sentir como sus uñas comenzaron a tocar mi piel un grito de dolor salió de mi boca, de un momento a otro se detuvo.
Pasaron unos minutos, poco a poco quite mis brazos, mire como él estaba frente mío con una sonrisa burlona.
- ¡¡Saludos!! Chiquillo -dijo antes de desaparecer
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Editado: 02.11.2020