Hailee
—Oh, Dios mío, es tan grande.
—Sé algo que es grande —Asher se da la vuelta y le dirige a Flick una sonrisa maliciosa.
—Asher, de verdad. —Ella pone los ojos en blanco antes de fijar su mirada una vez más en el horizonte de Nueva York cuando cruzamos el puente. Jason gruñe, sus ojos se hacen dos líneas delgadas mientras se enfoca en el camino, pero lo ignoro porque Cameron está equivocado.
Tiene que estar equivocado.
A Flick no le gusta mi hermanastro, no hay nada que pueda gustar en él.
—¿Estás emocionada? —Los labios de Cameron rozan la concha de mi oreja, enviando un rastro de calor que me atraviesa. Aprieto mis piernas mientras su suave risa se apodera de mí.
—Sí, siempre quise ver una exposición de Reba. No puedo creer que Kent haya logrado conseguirnos boletos.
—Los boletos son tuyos —dice Jason—. Ya te lo dije, no voy a una exposición de arte.
Además, los primos de Ash nos van a dar el recorrido, ¿verdad?
—¿Qué? —Pregunto, mirando de él a Cameron y viceversa—. No dijiste nada sobre los primos de Asher.
Este viaje ha sido robado oficialmente por mi hermanastro. Se supone que es para celebrar mi cumpleaños.
Es posible que hayamos encontrado una tregua temporal ya que sucedió todo con la mamá de Cameron, pero no tengo la ilusión de que dure. Demasiado ha sucedido entre nosotros. Pero durante este fin de semana, pondremos de lado nuestras diferencias. Cameron necesita este fin de semana, todos lo hacemos. Y nada lo va a echar a perder.
Nada.
~~~
Treinta minutos después, después de luchar contra el tráfico de la ciudad, finalmente estamos en el hotel.
—Mierda, Hails, no lo puedo creer. Nuestra vista es maravillosa, puedo ver Empire State. La voz de Flick tiene un tinte de asombro mientras me hace señas a la ventana de piso al techo en nuestro alojamiento para pasar la noche.
La suite del ático con vistas a la Quinta Avenida es ridícula. Pero Flick ha insistido en que comparta habitación con Cameron, así que no puedo quejarme demasiado. Jason y Asher comparten la otra habitación doble, con dos camas King, y Flick ha tomado felizmente la sencilla.
—Nueva York —suspira soñadora—. Todavía no lo puedo creer. Y escuché a Asher decirle a Jason que sus primos nos van a llevar a un club. Un club, Hails. Estoy tan emocionada.
Mis cejas se pellizcan mientras intento compartir su entusiasmo.
—¿Un club? No estoy segura…
—Oh no, no comiences, Hailee Raine. Esta es una oportunidad única en la vida. ¿Sabes cuántos chicos de la escuela matarían por estar aquí ahora? Estamos aprovechando esto. —
—Déjame adivinar —le digo—. Está en tu…
—Calla. No dejes que los chicos escuchen. Ya es bastante malo que Cameron nos haya
escuchado antes. No quiero que piensen que estoy… —Su voz se apaga cuando algo llama su atención sobre mi hombro. Miro hacia atrás para encontrar a Jason y Asher observándonos.
—¿Van a estar paradas allí todo el maldito día o podemos salir de aquí?
—¿Al menos puedes tratar de ser amable? —Le pregunto a Jason, pero él simplemente gruñe y va al refrigerador.
—¿Entonces, cómo están mis dos chicas favoritas? —Asher se acerca a nosotras, pero me agacho antes de que pueda colgarse de mí. Pero su brazo rodea a Flick. Se está convirtiendo en un hábito.
—Esto es genial —le sonríe Flick—. No puedo creer que tu papá nos permita quedarnos aquí.
—Créelo, nena. —Él le devuelve la sonrisa—. Pero todavía no has visto nada. Mis primos conocen los mejores lugares para ir de fiesta.
—Asher, no estoy segura…
—Hails. —Me lanza una mirada seria—. Una noche. Tenemos una noche. Deja ese ceño fruncido y sube al tren del amor.
—¿Tren del amor, en serio?
—Está bien para ti, tú tienes a Chase para atender... tus necesidades. —Sus cejas se mueven
—. El resto de nosotros necesitamos ir de cacería.
—Asher. —Flick le da un codazo en las costillas—. Eso es vulgar.
—No, nena. Es simple biología. A menos que estés…
—¿Te está molestando? —Cameron aparece detrás de mí, rodeándome con el brazo y tirando de mí contra su pecho.
—¿Quién, yo? —Asher finge sorpresa.
—¿A qué hora es la exposición? —Cameron pasa sus labios sobre mi oreja.
—Comienza a las dos.
—¿Entonces, tenemos algo de tiempo para dar una vuelta por ahí?
—Sí, tenemos un par de horas. —Flick se escapa del abrazo de Asher y lo agarra del brazo—.
Deberíamos irnos, quiero verlo todo.
—Por supuesto que sí —se queja Asher, siguiéndola como un perro faldero.