Tharir
—¿Que es este lugar?
Observe el lugar por décima vez, es hermosos, nunca pensé que algo así hubiera por aquí, las dos horas de viaje y el culo aplastado con valido la pena.
Es magnífico.
—Dijiste que querías perderte y este laberinto es enorme. Tal vez nunca nos encuentren.
Ignore lo último y seguía observando el hermoso lugar que tenía enfrente, un laberinto enorme con luces y varias fuentes. Este lugar es como uno de esos que salen en las películas románticas. Solo que este no es el caso. Pero aun así me encanta este lugar. El sin neuronas ya no está tan idiota. De mi escala del 1 al 10 ha bajado a 7.
Cuando le dije que nos perdiéramos no hablaba yo, hablaba mi conciencia, solo que ahora se lo agradecía. Todo lo que había pasado se me esfumó de la mente. Ya no sabía porque estaba aquí.
—Es hermoso — admití—. No sabía que conocías este lugar.
—Lo busque por internet hace unos día — Confesó, lo mire con cara de "¿Por qué?" —. No preguntes, ni yo lo sé.
Traté de entender su respuesta, pero no más no entendí nada. Quien busca un lugar y no sabe por qué. Solo Raven Dumas.
—Ya estamos aquí ¿Qué quieres hacer? Podemos entrar y si te encuentro me darás un besote.
Y me reí a carcajadas.
—Tu no hablas en serio —dije entre risas.
Su mirada no parecía de broma, entonces empecé a negar y señalarlo con el dedo.
—Ni lo creas — advertí—. No te voy a besar, mucho menos a darte un "besote". Estas mal sin neuronas.
—Solo bromeaba relájate — confesó.
Solté el aire, ya me estaba preocupando de más.
—Podemos entrar y correr como locos, al final el quien encuentre primero la salida gana y elegí un castigo al perdedor — sugiere.
Aquí estaba yo a punto de jugar un juego infantil con Raven; con él; con el chico que no me cae bien; con el sin neuronas. Lentamente asentí en acuerdo.
Nos volvimos a explicar las reglas, el laberinto estaba solo, bueno son las 12 de la tarde y es lunes. Nos fugamos de la escuela y ahora estamos aquí jugando como niños, corriendo para encontrar la salida. Raven y yo quien lo diría.
Entramos al laberinto cada uno toma su camino, solo camino sin ningún rumbo buscando una salida, esto es enorme jamás saldré de aquí. Caminaba sin ningún rumbo, ¿cómo carajo encontraría la salida? No lo sé.
Me siento bien, olvide todo, y ahora juego tratando de buscar una salida, tal vez volví a ser la niña que jugaba con su mamá y abuela. La pequeña que se escondía para que no la vieran, me volví a sentir una niña, pero no una triste o asustada si no la que solía ser antes de que Caleb llegara a nuestras vidas. La que se reía, la que comía como si no hubiera un mañana, la que cocinaba con su abuela, la que jugaba con las motos en el taller, la que se caía cada vez que se subía a la bicicleta, la que gritaba de emoción cuando Juan y Owen iba a la casa con pizza y juguetes. Mi infancia fue linda, jamás podría olvidar esos momentos en los que éramos felices. Después de todo eso dejo de existir por una persona. La felicidad, las risas, la comida rica, los juegos gratis desaparecieron de mi vida.
Ya quiero dejar la culpa a un lado, ya no quiero sentirla, solo quiero olvidarme de todo. Solo por hoy. Que todos esos malos recuerdos se vayan, esas voces diciéndome lo estúpida y culpable que soy se vayan. Quiero ser una chica normal, ya no quiero pagar por los errores de mi familia, quiero iniciar mi propio destino no el destino que supuestamente se me tiene marcado como el de mi mamá. Yo haré mi destino y si eso significa dejar mi pasado y los recuerdos atrás, lo haré. Adiós pasado de mierda.
Solo por hoy.
Porque sé que mañana todos esos pensamientos negativos, los rumores de todo el pueblo y los insultos regresaran. Nada cambiara.
Puedo decir que no me importa, pero cada vez que voy a un lado y me ven como la hija de la prostituta del pueblo es como sentir mil dagas atravesándote. Jamás podré cambiar la perspectiva que los demás tienen de mi familia, los rumores siempre estarán, pero como dije ¡A la mierda todo! Ya estoy harta de todo, ya exploté, llegué a mi límite y saber que Caleb ya está afuera y en cualquier momento lo veré a los ojos, le daré una patada en los huevos.
Fin
Fin de la trágica vida de Tharir Davis. Hasta deben sacar un libro de mi vida, hasta un documental sería muy interesante.
Sigo buscando la salida, solo que no hay nada, esto es demasiado grande, debí de pensarlo mejor. ¿Dónde estará el sin neuronas? De seguro ya encontró la salida, ni se cuánto tiempo llevo tratando de buscar la salida. Esto no es nada bueno. Ya me perdí.
¡Maldición!
La frustración de no encontrar la salida se apodera de mí, esto me trae un deja vu.
»—No te escondas, te encontrare.
Sigo escondida debajo de la cama de mi mamá, no hay nadie en mi casa y si grito me va a pegar. Ya no quiero que me pegue, pero no le puedo decir a mi mami o él la va a lastimar.
Trato de no hacer mucho ruido o respirar rápido para que no me encuentre. Esto es imposible, tarde o temprano me encontrarás.
Mami llega ya. Por favor.
—Tharir, sal o ...
No lo dejo terminar cuando salgo debajo de la cama, esa es su estrategia para hacerme salir de mi escondite me amenaza con hacer daño a mi mamá o a mi abuela.
—Por qué haces eso, no me gusta que te escondas.
—N-no ... quería que me ... en-encontrarás.
Su mano gruesa y fea me toma del rostro haciendo que lo vea a sus ojos.
—Castigada.
—No por favor no, no me castigues, ya no, ya no vuelvo a esconderme. No, no.
—Demasiado tarde pequeña.
Sigo suplicando que no me haga nada, que ya no lo vuelvo a hacer, pero no sirve de nada cuando enciende su cigarrillo— «