Esperamos lo inesperado, inconscientemente una parte nos falta, la que buscamos en otros, cariño o hasta dolor, sentimientos puros que nos hacen lo que somos, que nos impulsan, nos guían y hasta ponen un alto; solo sabemos que la encontramos si aprendemos a valorarla, a esa persona puesta en nuestro camino, que nos ayuda y nos acompaña.
Cielitoo López.
Las clases eran aburridas como siempre, pero más aburrido era pasarse prácticamente casi toda la mañana en el colegio sin hacer nada porque algunos de tus profesores faltaron y justamente los que si iban a venir, eran los profesores de dos materias de las últimas horas, y aunque no era tan malo poder hacer lo que quisieras (claramente siempre respetando las normas de la Institución) yo era de las que prefería quedarme en casa durmiendo a estas horas, antes de no hacer nada productivo, al menos si dormía descansaba.
-¡Vamos Josie, no es tan malo después de todo tener horas libres!- pronunció mi mejor amigo mientras dejaba su celular arriba de la mesa, suspiré y volví mi vista a la ventana; el cielo se encontraba totalmente gris y el fuerte viento movía las hojas del árbol que se encontraba a un costado del colegio, se aproximaba una tormenta.
-No, no es tan malo, solo que preferiría estar en casa, en mi habitación recostada en mi cama y durmiendo sin que nadie moleste- contesté mientras lo miraba mal, crucé mis brazos a la altura de mi pecho y los apoye sobre la mesa para luego recostar mi cabeza en ellos, mientras lo miraba de costado, el seguía con la misma sonrisa burlona de siempre y aprovechó para pincharme entre las costillas con un dedo, rápidamente pegue un salto hacia atrás deshaciendo mi postura anterior y le devolví el gesto, así empezamos una guerra de cosquillas entre ambos, pero yo iba ganando ya que él era el cosquilloso, paramos cuando vimos a Sofía entrar al salón con dos compañeras más, traía una sonrisa sutil y una mirada que demostraba picardía cuando se sentó en el lugar que ocupaba atrás, como acusándonos por algo que no existía, y yo sabía por qué, ya que ella misma había dejado clara su opinión muchas veces sobre nosotros, bufé y puse los ojos en blanco mientras me acomodaba en mi asiento y mi mirada se dirigía a Vladimir quien negaba mientras sonreía, él también lo sabía, pero siempre me decía que le importaba un reverendo pepino lo que Sofía o los demás pensaran sobre nuestra amistad, que nada iba a cambiar porque éramos como hermanos y tarde o temprano todos aquellos que metían cizaña lo iban a pagar de una manera u otra en su vida, yo lo entendía, el real problema era hacerles entender a los demás, pero eso lo veía un poco imposible ya que las burlas y comentarios solo cesarían si nos alejábamos, y tal vez ni así.
-¡Hace bastante frío afuera!- comento Sofía luego de carraspear, mientras huía de nuestras miradas que admitían reproche y miraba hacia la ventana, los minutos pasaron y decidí volver a mi anterior posición al ver a Vlad con sus auriculares y jugando algún que otro juego en su celular.
Me recriminaba el haberme dejado arrastrar hasta aquí por mi amigo, en realidad no quería venir pero sus excusas de que íbamos a tener falta y que estábamos cerca y demás me hicieron ceder un poco como para que fuera fácil llevarme del brazo, y como mis pies no reaccionaban muy bien gracias al frío que se desarrollaba fuera, pues pensándolo bien me había traído contra mi voluntad.
Seguía mirando por la ventana incluso cuando supe por el sonido de la voz que Carina se había sentado al lado de Sofía y conversaban de algún tema que desconocía, luego nos preguntó si queríamos ir a caminar, cosa que ignoraría si no fuera por su manera tan infantil de llamar mi atención como lo era tirar de mi cabello hacia los asientos de atrás, la mire con mala cara y ojos entrecerrados mientras ella sonreía falsamente, no le gustaba que la ignoraran.
-¡Vayan ustedes, estoy bien aquí!- contesté fijando mi mirada en el pizarrón, el cual aún tenía el ta-te-ti que estábamos jugando hace como una hora.
-¡Ay que aburrida! ¡Como sea, vamos Sofi, no me gusta estar aquí sin hacer nada!- dijo y ambas caminaron juntas hasta que sus siluetas se perdieron en el pasillo.
Carina era de esas personas que eran demasiado inquietas, siempre que era recreo o teníamos hora libre aprovechaba para darle otro recorrido al castillo de los condenados, como ella solía decirle, y además no le gustaba estar sola, sus ganas de atención sobrepasaban hasta el límite de no conocer una persona y pedirle que la acompañe a caminar. Si no andaba con chicos era alguna de nuestras compañeras, como Sofi, Carla, Daniela, o alguna otra que quiera subir y bajar los pisos una y otra vez observando lo que los demás estudiantes hacían, yo aunque no le veía lo entretenido a eso en algunas ocasiones me había apuntado para acompañarla, nos llevábamos bastante bien como para saber cada una las cosas que la otra difícilmente le contaba a su mejor amiga, éramos como compañeras de crímenes parecidos, ya que como ambas teníamos pareja entendíamos por lo que pasaba la otra en cuanto a peleas, discusiones, actitudes y demás, solo que ella era muy de hacerse la fuerte y yo pues primero me desahogaba cuando algo ocurría, éramos diferentes en millones de cosas pero nos complementábamos muy bien en otras, lo que muchas veces garantizaba una amena conversación o un buen consejo, claro, además de levantarnos el ánimo mutuamente; pero últimamente, nuestras conversaciones no duraban más de cuatro palabras, desde que Daniela y ella se habían mudado de asientos hacia el otro lado del salón y Sofi y yo nos empezáramos a llevar mucho mejor con Selena y Vladimir, de ahí, éste se convirtió en mi mejor amigo y pase a cambiarle de lugar a Selena por no aguantar las críticas y cambios de humor de Sofía que cada vez me crispaban más los nervios; ella no era mala, solo muy nerviosa y apurada, no teníamos tantas cosas en común, algunos de nuestros puntos de vista eran muy diferentes, demasiado diría yo y eso hacía que chocáramos en algunas ocasiones.
Había dejado de pensar en el tiempo y afuera el día aunque seguía nublado se veía más claro, aproveché para levantarme un rato y desperezarme levantando los brazos mientras me estiraba y bostezaba, al terminar camine hacia una de las puertas de madera sin pintar que se encontraba del extremo izquierdo del salón, salí y de unos pasos me encontraba frente a la barandilla, abajo no había casi personas, y la mayoría de los salones se encontraban vacíos o con pocos estudiantes, sabía que hoy muchos profesores faltarían al igual que alumnos, era de saberse que por el clima frío y la amenaza de tormenta muchos se quedarían en sus casas.
En ese momento no sé qué provocó tal acción en mí, pero sin pensarlo demasiado gire mi cabeza y mi mirada justo se topó con la de un chico...