Confesión equivocada

CAPÍTULO 11

³«¿«³

Debo decirlo.

O ese es el pensamiento que ha estado acompañándome desde hace tiempo. Cada vez que veo su sonrisa, siento dolor en mi pecho por estarle ocultando la verdad. Solo es decirlo y ya. No importa si me odia después. A nadie le gusta ser comparado con alguien. Sé que ambos gemelos son disparejos por sus comportamientos diferentes.

Tiene el mismo rostro.

Solo que Cassis tiene un lunar en el rostro.

—¿Qué quieres comer? —comenta sin dejarme de agarrar la mano. Hemos terminado las clases y estamos en medio centro comercial—. ¿No tienes preferencias en las comidas?

Se ha comportado muy atento y cariñoso.

Ya he perdido la cuenta de los besos que me ha dado de sorpresa. Fueron cortos y sin malicia. Mejor dicho, sanos. No ha llegado a nada más. Su cercanía es muy cálida.

—No me gustan mucho los mariscos.

—Entonces, puedo llevarte a uno de mis lugares favoritos —dice con ese tono dulce en la voz. ¿O lo imagino? Aún no salgo de la sorpresa de lo diferente que es de los rumores—. Te gustará la sazón y….

—Cassis.

Nos detenemos al llamarlo.

Me armo de valor para contarle la verdad. No importa si rompo su corazón y me veo igual que su némesis. Entreabro los labios dispuesta a convertirme en su verdugo, pero….

Mis labios son cubiertos por los suyos.

¿Qué?

Abro los ojos sorprendida. ¡No estoy acostumbrada a estas demostraciones de afecto directo! Más aún, cuando no solo es un beso, sino varios depositados con mucho cariño.

Con el último corto beso, ríe.

—Tienes una expresión de sorpresa.

¡¡Claro que sí!!

—No estoy acostumbrada a estas demostraciones de afecto —confieso ida y sin poder articular otra cosa más. ¿Qué le iba a decir?—. ¿Seguro que soy tu primera novia? Noto tu experiencia y… —Otro beso corto y ríe entretenido al ver mis expresiones—. Cassis eres un mujeriego.

—¿Yo un mujeriego?

—¡Sabes mucho de esto!

Sujeta una de mis manos y seguimos caminando.

—No sé mucho, pero estuve investigando por internet —confiesa tranquilo. Pestañeo rápido. ¿Acabo de escuchar que ha estado indagando información de pareja por sitios webs? Río sin evitarlo. Es gracioso escucharlo—. No quiero cometer muchos errores en nuestra relación.

Dejo de reír y lo miro sorprendida.

Sí. ¡Cierto! ¡Le iba a decir la verdad!

—Eres precavido.

Lo es. Está poniendo mucho empeño en esta relación amorosa de adolescente.

—Debo serlo por ti —confiesa—. Quiero que te sientas bien a mi lado, Adeline Lane.

Oh, cielos.

Enseguida, las palabras de mi amiga, vienen a mi mente.

—Decirle la verdad y romperle el corazón o darle la oportunidad de conquistarte. ¿No dices que es un dulce chico? Puedes caer rendida a sus pies en cuestión de meses.

Mis planes no era salir con el chico problemático del salón. No imaginé que iba a tener una relación romántica con el gemelo de mi crush. Si no fuera por esa noche…

Si no hubiera ido….

No sería la novia de Cassis Harvey.

Sin embargo, no es tortuoso estar a su lado, compartiendo el tiempo como dos tontos enamorados. Ha demostrado su esfuerzo en no incomodarme. Bueno. Los besos son otra cosa, pero de ahí, todo se ha tornado sano.

No digo nada y sonrío leve, mientras caminamos sin soltarnos las manos.

No pensé que se sentía bien el ser especial por alguien. Si sigo lo que dice Athena, es posible que me enamore de este gemelo, pero una parte de mi corazón, quiere decirle la verdad.

▬¿«¿▬

La cita ha sido muy normal y sana.

A pesar que es la primera vez que salgo con alguien en términos romántico, ha salido bien. La última parada, es la noria. La rueda gigante que se suben las parejas para mayor privacidad y ver el espectáculo nocturno de la ciudad. Jamás me ha llamado la atención; sin embargo, acepté subirme con él.

La vista es espectacular.

—¿Es la primera vez que te subes en una de estas? —cuestiono con la mirada hacia el espectáculo que se extiende abajo—. Casi no subo este tipo de aparatos.

Ríe suave, llamándome la atención.

La luz de la noria, alumbra su rostro, mostrando su expresión risueña. Es la misma que Ashiel, pero a diferencia, es que esta, tiene algo más natural.

Este chico es mi novio por un malentendido.

—Yo sí. Lo he hecho solo.

—¿Solo?

—No he traído a ninguna chica y tampoco tuve ganas de traer a alguien a este lugar —comenta, volviendo a mirar hacia el espectáculo nocturno—. La vista es relajante. Cuando tengo muchas cosas en la cabeza, suelo venir aquí.

Lo ha dicho muy tranquilo.



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En el texto hay: humor, secundaria, romancejuvenil

Editado: 15.07.2025

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