La semana pasó y llegó el combate semanal.
Todos estaban ansiosos por oír los nombres y cuando fueron dichos subieron al área, una de las que subió protestó por no poder pelear con el arma que había estado aprendiendo a manejar.
—No creas que tendré consideración porque eres la cazadora original —susurró.
—No esperaba que lo hicieras.
Injae levantó la comisura de su labio al mismo tiempo que apretó sus puños enfrente suyo.
Tras unos ataques rápidos, la rubia con la que peleaba cayó al suelo y todos se sorprendieron por lo rápido que terminó el combate.
—Tres minutos —dijo sorprendido Gerard—. Eso fue pronto, hagámoslo interesante…
Le pidió al chico que obtuviera un nombre al azar y cuando se lo dio, Gerard lo dijo en alto.
—Jonathan, al área. Samantha, sal de ahí.
Un moreno alto y frondoso subió al cuadrilátero, se ató unas vendas negras a sus manos y preparó sus puños, pero después de unos puñetazos y patadas fuertes, cayó al suelo por falta de equilibrio en sus piernas golpeadas por atrás.
Gerard disfrutaba el combate y sentía una gran satisfacción de que esa podría ser su mejor cazadora hasta ahora. Pidió dos nombres para que subieran al mismo tiempo y fueran dos contra uno.
Dos mellizos se lanzaron unas miradas cómplices para planificar el momento de su ataque mientras Injae esperaba con los ojos entrecerrados sobre ellos.
—Recuerden que… cualquier truco es válido cuando se intenta sobrevivir —comentó Gerard.
Los mellizos soltaron sus vendas para tomar una de cada extremo y se fueron al mismo tiempo contra la chica para que fuese sometida por la presión de la venda, pero Injae se deslizó al mismo tiempo por el piso y jaló del medio la venda para torcerla; ellos retrocedieron y perdieron el equilibrio así que cayeron de lado. Injae se levantó de inmediato y les arrebató la venda para amarrársela entre ambas manos y usarla como arma de asfixia.
Tras más ataques y golpes que dieron ambos bandos, Injae terminó sujetada del cuello mientras otro golpeaba a su abdomen; la castaña levantó sus pies y escaló por el cuerpo de su golpeador hasta patearle en la cara y darse impulso hacia atrás golpeando a la otra chica contra la reja; el chico se recuperaba del golpe mientras su hermana recibía codazos en el abdomen y cuando él volteó, recibió a su hermana contra él para derrumbarlo; la melliza se incorporó, pero Injae la pateó con una pierna y luego con la otra hasta que cayó y no pudo levantarse.
— ¡Esa es la maldita cazadora original! —Murmuró Yohan impresionado.
Yohan aclamó desde la esquina y luego otros lo imitaron. Gerard pidió otro nombre y cuando lo recibió, prefirió detener el combate, pero el dueño del nombre aceptó el combate.
—Escojan un arma de su preferencia.
Los cazadores estaban deseosos de ver la continuación del combate entre esos dos, incluso entre rincones hicieron apuestas sobre quien ganaría.
—Esto será interesante… —masculló Yohan intrigado.
—Clásico de Gerard, le encantan las grandes entradas y cerrar con broche de oro —comentó Yurim en bajo.
— ¿Quién crees que gane?
—El primer combate estuvo reñido y ella ha mejorado desde entonces, pero Scott ya sabe de lo que es capaz así que querrá ser más rápido —afirmó inquieta—. En armas, Scott sabe mucho cuando es de espadas y dagas…
—No subestimes a la chica rúnica, ha aprendido de armas blancas y sabe moverse bien.
—Demasiado bien para el ego de mi hermano, me temo.
Scott tomó su espada curva de siempre mientras que Injae optó por la catana, siendo esta más liviana y un poco más larga que la espada de Scott.
Ambos pegaron al mismo tiempo y el choque de ambas hizo eco por el lugar; Injae le dio una patada y atacó, pero Scott detuvo con su espada, continuaron chocando sus hojas varias veces hasta que formaron una equis con ellas y caminaron en círculo hasta que se desplazaron de un lado a otro al mismo tiempo para quedar en lados contrarios, al hacerlo Injae cortó a Scott en el brazo y ella sonrió orgullosa.
Injae bajó la catana para que la sangre en ella se escurriera al piso.
— ¿Ya no vas a disculparte por cortarme?
—Alguien me dijo que no debía hacerlo.
—Que idiota fue al hacerlo… creó al mismo diablo —espetó sarcástico.
La chica avanzó despacio arrastrando la catana.
—Espera, no… el diablo ya estaba ahí solo debían hacerlo despertar, ¿cierto?
Scott atacó y ella se defendió, pero entonces en una vuelta que ella dio para esquivar, Scott le cortó un mechón de la coleta de cabello, Injae lo miró seria y el arqueó su ceja burlón. Siguieron estocando hasta que con una patada de ella, Scott resbaló y perdió la espada; Injae ella quiso aprovechar, pero luego él le pateó las piernas para tirarla; la catana se fue al otro lado mientras ellos se enfrentaban cuerpo a cuerpo, Scott le hizo sangró la nariz y ella le presionó la herida; cuando se levantaron, Scott la empujó contra las rejas para poder tomar la catana que estaba más cerca y cuando lo hizo se volteó para apuntarle, pero ella lo jaló del brazo y lo aventó a la reja para que soltara el arma y él no lo hizo.
Injae apretó sus puños esperando a que Scott se volteara y atacará, pero él no soltó la espada y aventó las estocadas que por supuesto ella evadió lo más rápido que podía al mismo tiempo que lo estaba haciendo ir hacia atrás.
Scott no quería herir a Injae con la catana y Gerard se dio cuenta.
— ¡El arma la tendrás tú, pero no será tuya realmente a menos que la uses!
Scott apretó sus dientes y atacó, luego entreabrió sus labios como el resto que observaba cuando la catana escurrió la sangre de las manos de Injae que la sostuvieron para evitar que le llegase más lejos.
—Lo siento…
—No te disculpes, cuando se trata de pelear por tu vida no debes hacerlo, ¿no fue eso lo que dijiste?
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Editado: 04.04.2024