Una semana después, Injae estaba en su habitación terminando de vestirse, tomó su celular y empezó a escribirle un mensaje a uno de sus contactos.
“—Feliz cumpleaños, rubio…”
—Veintiuno… vaya —se murmuró a sí misma y sacudió de pronto su cabeza.
«Creo que sí me gustan mayores» Pensó y su rostro se enrojeció por la vergüenza.
Deslizó su dedo por la pantalla, buscando otro contacto y al abrir su chat, Injae arrugó sus labios; tecleó un nuevo mensaje para esta persona y al enviarlo, vio como otra vez solo se marcaba una palomita de enviado, más no de recibido.
«¿Qué ocurre, Mel? No has respondido nada… ¿habrás cambiado tu número?»
El llamado de su tía interrumpió su preocupación y bajó a desayunar.
La chica fue enseguida por su prima menor para cargarla en sus brazos y al levantarla, esta se alegró y quiso pronunciar el nombre de Injae, pero en un mal intento de hacerlo, terminó balbuceando otro.
—“Anja” —repitió Injae viendo hacia su tía—, suena como Angie.
Verónica se rio y luego la pequeña balbuceó el nombre.
— ¡A…! ¡Angie! ¡Angie!
La mujer vio la expresión indignada de Injae y se echó a reír.
—No puedes pronunciar Injae, pero si Angie, ¿eh? —Reclamó en broma a la niña—. Esto me hiere, Susy.
—Injae… —Dijo más seria Verónica.
Injae notó el cambio de actitud y puso de vuelta a la niña en el piso para que siguiera jugando, luego caminó hacia el desayunador en donde esperaba su tía.
—En unos días se cumplirá un año desde la muerte de tu padre, Alaric —mencionó cabizbaja.
La chica endureció su semblante y se limitó a guardar silencio mientras comía.
—Su cuerpo sigue en Virginia, ¿quieres que vayamos a visitar su tumba…?
—No —contestó tajante—. Te lo dije cuando pasó el de Rebecca y te lo digo de nuevo, yo no volveré a Richmond nunca.
Se levantó de golpe y se fue a la cocina a lavar su plato, después salió de la casa en dirección de la casa de Gerard.
Bajó al instituto para entrenar y en el área de combates vio a Hermione observando a los que peleaban así que se acercó despacio a ella.
—Llegaste temprano —comentó la mujer si mirarla—, ¿todo va bien?
La chica demoró unos segundos en responder, pero al final afirmó que sí para después cambiar el tema.
— ¿Ha sabido algo de Gerard?
—Sigue en la celda, hasta que no termine mi prueba en otros once días y pase la ceremonia oficial de inquisidora no podrá realizarse un juicio, mucho menos un veredicto —contestó desinteresada—. Pero ya no te preocupes, Injae, lo estamos haciendo bien.
Volteó a verla junto a ella y esbozó una ligera sonrisa frívola; Injae permaneció inexpresiva al subir su vista, incluso cuando le asintió.
—Ahora, ¿por qué no vas a entrenar un poco?
Injae siguió de largo para irse a entrenar con el saco de boxeo. Yurim estaba con Scott descansando un rato en una de las bancas, la chica había observado a Injae con Hermione todo el rato que hablaron.
—De los creadores de “Scott, la perra de Gerard”, ahora viene “Injae, la perra de Hermione” —masculló irritada.
—Yurim —regañó amarrándose las agujetas—. No sabes lo que pasa allí, nadie sabe y… no soy la perra de Gerard.
—Es obvio, ahora que Hermione es la jefa, Injae busca ganar puntos con ella y ser su favorita para cuando tome el cargo de inquisidora —expresó viendo mal a Injae—, justo ahora que empezaba a caerme mejor… Y claro que lo eras.
Scott resopló y fijó sus ojos en su hermana mayor.
— ¿Por qué aseguras que eso sucede?
— ¡Oh, vamos! Tú hiciste lo mismo cuando nos unimos —admitió burlona—, querías ganarte al líder y ser el mejor de todos… ¿no fue así?
El pelirrojo evadió la mirada de Yurim y prefirió jugar con el hilo salido de su camiseta.
—Ignora la verdad, no importa, sabes que está ahí.
Félix llegó con Marco a donde estaban los hermanos Evenson; Félix se dejó caer brusco sobre la banca entre ambos y se recargó sobre la pared dejando salir un suspiro.
—Había oído que Hermione era dura cuando se trataba de entrenar, pero no creí que superase a Gerard —comentó Marco sentándose en el piso frente a ellos.
— ¡Esa mujer está loca! —Protestó Félix en voz baja.
Yurim se rio de él y ambos se voltearon a ver; Scott se mantuvo inclinado hacia Marco y observó a los otros dos con una pequeña sonrisa en su rostro pecoso.
—No deja que las peleas acaben hasta que literalmente uno quede lo suficiente herido como para no poder seguir —expuso Marco exhausto—. No puedo creer que diré esto, pero… extraño al anciano.
El grupo se rio y del otro lado en la parte de los sacos de boxeo escuchó Injae las risas haciendo que volteara, los miró abatida y entonces Scott alzó la vista hacia donde ella; ambos cruzaron miradas, pero Injae volteó rápido y del mismo modo Scott la ignoró.
— ¿Quieres que declaremos en contra de Gerard? Ni siquiera ha habido un juicio…
—Pero lo habrá y quieren testigos, solo diremos la verdad —alegó Injae en voz baja—, no sabemos a dónde fue todas esas veces ni el día del asesinato.
Yurim fue apresurada hacia ellos cuando Scott muy serio preguntó:
— ¿Por qué quieres que hagamos eso?
—Te diré por qué —se entrometió Yurim molesta—. Ella ayudará a Hermione para que sea la nueva inquisidora, ¿no es cierto, Venator?
Scott se volteó a ver a Injae desconcertado, pero al mismo tiempo algo en él parecía haberse decepcionado de la chica quien evitó verlos a los ojos.
Injae estaba bajando la fuerza de sus golpes contra el saco por distraerse en sus pensamientos y emociones; Samantha rodeó a Injae para observarla golpear el saco.
— ¿Y tus amigos? —Preguntó sarcástica—. Supongo que te abandonaron porque los rumores son ciertos, ¿no?
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Editado: 04.04.2024