Confía en Mí

32|| Elisabeth

Salimos de la casa y nos dirigimos hacia la casa del capataz Robert, eran tantas las preguntas que cruzaban por mi mente.

¿Qué podían ocultarnos aparte de que era extraña la urgencia de querer casarnos?

¿Cuál era el verdadero motivo?

Al llegar a la casa, la señora Rose se encontraba de rodillas enfrente de unas flores que estaban a la entrada de la casa.

—¡Oh que grata sorpresa! —exclamo la señora al vernos allí— por favor pasen.

—Queríamos ver al capataz —hablo Emeric.

—Si justamente estaba arreglando para irse al Cotton —la mujer sacudió su delantal que estaba cubierto de tierra.

Ella avanzo haciendo una ceña de que entráramos a su hogar. Emeric me miro con una sonrisa y extendió su mano para que yo la tomara.

—¡Cariño! ¡Los jóvenes Fontaine y Fortier! —exclamo la mujer.

Los dos la seguimos hacia la sala donde había un sofá floreado y una mesa de madera en el centro.

A un lado había un palo de madera.

—Hola —gire mi cabeza sobresaltándome y aferrándome al brazo de Emeric.

—Dios santo —murmure al ver al ser donde había provenido aquellas palabras.

—Tonto loro —hablo Robert apareciendo— lo siento tanto.

—No hay problema fue un pequeño susto —hablo Emeric que quería reírse por mi reacción.

Puse mis ojos en blanco y los dos tomamos asiento en el sofá.

—Seremos directos por el motivo que nos encontramos es que antes de irnos queríamos saber más del pasado de la empresa.

El señor Robert miro a Emeric y luego a mi, tratando de mantener la sonrisa.

—Nuestros padres siempre nos tuvieron al margen de toda la historia de la empresa —dije tratando de dar contexto a nuestra curiosidad.

—Déjenme decirles que yo sé muy poco de los jefes solo sé que los señores Fontaine y Fortier fundaron la empresa —hablo el juntando sus manos.

—¿Pero los primeros en vivir aquí fueron los Fontaine verdad? —pregunte mirándolo a los ojos.

Desde donde yo estaba podía sentir una cierta incomodidad por parte del capataz algo que me resultaba algo extraño.

—¿Conoció a Elisabeth? —pregunte a lo que Emeric me miro con sorpresa.

El capataz parpadeo varias veces, era obvio que alguien de nuestra familia debió aclararle de no hablar sobre la familia.

—No sé de quién… —el miro a Emeric que su rostro estaba completamente serio.

Para ser sinceros Emeric sabia como intimidar a alguien con su mirada. Aparte de guapo era bastante astuto.

—Lo siento, yo era muy joven y mi padre es el que sabe la historia —hablo el relajando su postura.

—Pero tiene idea ¿qué fue lo que sucedió con ella? —volví a insistir.

—Ella murió desconozco las causas pero sé que ella fue la creadora de la empresa textil F&F.

—El señor Fortier tenía una relación amorosa con la señora Fontaine y dicen que fue alguien importante aunque el la engaño.

—Cariño… —dijo Robert mirando a su mujer.

—Ellos quieren saber y deben saber la verdad Fortier engaño a la señorita Fontaine y luego ella desapareció… el muy infeliz se atrevió a decir que ella fue quien lo engaño.

Abrí mis ojos sorprendida por lo que acababa de oír.

—¿Ellos se casaron? —pregunto Emeric que también estaba sorprendido.

—Elisabeth se enteró justo cuando estaban por casarse y otros dicen que Fortier mando a matarla para quedarse el con la empresa.

—¡Rose! —exclamo el capataz Robert.

Tragué saliva y de pronto empecé a sentir el sudor en las palmas de mis manos.

Estaba claro que el propósito de los Fortier siempre había sido en quedarse con todo. ¿Pero por qué mi abuelo estaba aceptando eso?

¿Por qué nosotros debíamos pagar por ese conflicto?

Un leve malestar empezó a hacerse presente en mi pecho, entonces las conclusiones de Emeric y mías no eran tan inciertas.

Mis padres y los suyos sabían desde un principio todo.

¿Pero mi padre estaba dispuesto a perder todo?

Me puse de pie tratando de calmar mi respiración por todos los pensamientos que estaban cruzándose por mi mente.

<<¿Y yo donde terminaba en todo?>>

No había Elise, como tampoco había Elisabeth que había desaparecido por completo.

—Necesito… —ni siquiera pude terminar la frase y Sali de allí.

—Elise espera —Emeric venia detrás de mi.

Sali de la casa y mire hacia el bosque que tenía en frente mío.

—Tranquila —el me tomo de los hombros.

—¡Una injusticia total! ¿Solo por vengarse? —dije hablando con nerviosismo— ¿Qué harán conmigo? ¡Tu viste como me trataron siempre! ¡Solo seré tu esposa! ¡Y si solo lo hacen para luego desaparecerme!?

—Elise no digas eso —unas lágrimas se escaparon de mis ojos.

—¿Por qué? ¡Emeric nosotros no somos parte de eso! No quiero ser parte de esa mentira —el me envolvió entre sus brazos.

Sentía mi cuerpo temblar debajo de su agarre.

Eran demasiadas preguntas que estaban sin resolver.

—Esto vamos a solucionarlo juntos —dijo el tomando mi rostro entre sus manos— ya verás solo confía en mi.

Lo mire por unos largos segundos a los ojos, sintiendo como parte de mi vida volvía a desmoronarse. Mi familia la cual me había refugiado y que supuestamente estaban en contra de los Fortier.

Había confiado en ellos pensando que eran los únicos que no me traicionarían.

Cada acción, como siempre los Fortier me habían humillado en todos los sentidos y su manera de verme. “La futura esposa de Emeric”.

¿Y Emeric? Solo sabía que ahora estaba allí depositando un poco de confianza en aquella persona que me había dañado.

A Emeric que también lo habían engañado.

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¡Hola mis queridos lectores! Vengo a anunciarles que actualmente estoy preparando los capítulos finales de esta novela. Estimo que a mediados del mes de Agosto esta historia llegará a su fin.

Gracias por apoyar, leer y esperar. Y pedirles disculpas por hacerlos esperar tanto.




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