Clara tuvo una pesadilla, en donde veía a un ejército de energéticos negativos absorbiendo parte de la energía oscura y destruyéndolo todo a su paso. Sentía que, pronto, algo terrible estaría a punto de pasar y que afectaría tanto a los incorpóreos como a los seres materiales.
Esmi, al ver que Clara despertó muy agitada, intentó calmarla. Cuando lo consiguió, escuchó su sueño y concluyó que la joven estaba pasando por mucho estrés. Pero, aún así, tenía el mismo mal presentimiento con respecto a sus hermanos. ¿De verdad irían tan lejos para lograr sus propósitos?
Clara le había explicado sobre la energía oscura, el gran porcentaje del universo compuesto por la materia oscura y las extrañas intensiones de Belcú que, en ocasiones, actuaba como aliado y, en otras, terminaba favoreciendo al enemigo. Esmi sabía que Belcú estaba involucrado, pero dudaba mucho de qué era lo que estaría buscando. En el fondo, temía que ese hijo de la oscuridad quisiese absorber todo indicio de luz y materia cósmica para transformar el universo entero en materia oscura.
Mientras conversaban, vieron una luz que titilaba a lo lejos. Tanto Esmi como Clara se pusieron en alerta: se suponía que en ese mundo no había “vida inteligente”, al menos que se tratase de algún viajero perdido o algún que otro enemigo. Por poco temieron que fuese Adusias, así es que se prepararon para evitar caer ante cualquier ataque inesperado.
Pero, en realidad, se trataba de Ramiel, Shenar, Yael y Luz, quienes estaban buscando a Clara en ese mundo. Y cuando Luz pudo vislumbrar a su amiga de lejos, agitó sus brazos y comenzó a llamarla.
Clara también reconoció a su mejor amiga y, de inmediato, fue corriendo hacia ella.
Ambas chicas se alejaron de sus compañeros para ir tras el ansiado encuentro. En el medio había un arroyo de aguas poco profundas, pero lo ignoraron y lo cruzaron, haciendo que las gotas mojasen sus ropas y les refrescase el cuerpo entero. Y cuando al fin estuvieron frente a frente, se dieron un gran abrazo.
Así las encontraron Ramiel, Shenar, Yael y Esmi, quienes se mantuvieron apartados de las amigas para darles un momento a solas. A pesar de todo se mantuvieron en alerta por si surgía algún peligro.
Ramiel se sorprendió al ver que Esmi y Clara se encontraban solas. Así es que les preguntó qué sucedió y Esmi se lo explicó. Al final, Ramiel le agradeció por permanecer con Shael hasta el final y lamentó que los energéticos negativos decidiesen seguir el camino de Adusias, aunque también podía entender el porqué terminaron por cambiar de parecer.
Yael se acercó a Clara. Ambas mujeres se miraron. Luego, Yael dijo:
Ramiel y Shenar bajaron la cabeza porque no querían mostrar sus expresiones de tristeza. Las rodillas de clara se aflojaron y quedó arrodillada al suelo. Lamentó mucho esa situación y el no poder hacer nada para solucionarlo. Pero las palabras de Yael le retornaron las esperanzas de que los incorpóreos todavía podían recuperarse.
Todos pusieron una expresión aún más triste que el anterior. Entonces, el corazón de Clara sintió una puñalada de dolor porque ese silencio solo podía significar una cosa: Israfil pereció en la batalla contra Adusias.
Llegó la noche en el mundo de los dinosaurios. Luz, Clara y Yael decidieron pasar el rato y conversar sobre sus propias vidas. Por otro lado, Ramiel, Shenar y Esmi discutieron sobre qué debían hacer a continuación. Esmi sostenía que debían devolverles a Clara y a Luz a su mundo actual, pero eso se contradecía con los deseos de Yael, quien portaba en esos momentos el alma de Solestelar y deseaba devolverla en el “jardín de almas” de Belcú.
Aunque podían hacer ambas cosas, debían elegir primero por cuál empezar. Y más sabiendo que, posiblemente, debían enfrentarse a los energéticos negativos que querrían a toda costa acabar con ellos.
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Editado: 19.11.2022