Connatural

Onceavo capítulo


Las mujeres tomaron una posición a la ofensiva dispuestas a luchar una vez más, pero sus rostros no demostraban la misma seguridad que antes. Oriana se puso al frente para proteger a sus hermanas, Travis sin previo aviso se unió al lado de ella, pero Gamaliel parecía un ser invencible. Nunca había visto más decidido a Travis, comenzó a sacar rayos al igual que su padre, pero se veía claramente que no tenía mucha experiencia ya que no atinaban a su objetivo, además de que se veían poco poderosos a comparación de su rival. 
Se escuchó un estruendo en el cielo, de pronto las rocas usadas por Gamaliel se dispersaron de forma abrupta, dejando su espíritu al descubierto. Detrás de él, el alcalde Maurice caminaba seguro de sí mismo, sus ojos se volvieron rojos. 
— Te advertí, que mi ira te alcanzaría algún día —le dijo a Gamaliel. 
El espíritu de Gamaliel intentó atacar; de la nube negra salían rayos directos a su rival pero Maurice los atrapaba con una bola de fuego que emergía de sus manos, al ver que no le provocaban el menor daño intentó escapar, pero Maurice hizo unos movimientos con sus manos hasta que se empezó a formar una especie de lava que comenzó a envolver la nube negra hasta cubrirla por completo, en ese instante los demonios carroñeros abandonaron el cuerpo de los animales para escapar de la ira del enemigo. Al ver a su amo derrotado no hicieron el intento por ayudarlo. Los animales al verse libres de nuevo tomaron el camino hacia el bosque; tenían la misma mirada de confusión que vi en el lobo que sometió Travis tiempo atrás. 
La lava se secó de inmediato y una explosión acabó con el espíritu de Gamaliel, empezó a caer una lluvia de ceniza alrededor. El aquelarre y Travis aún mantenían una posición a la defensiva al no estar seguros si la amenaza había pasado. El alcalde se limitó a mirarlos con desdén. 
—No son rivales dignos, buscaba acabar contigo para perjudicarlo a él —Maurice se dirigió a Travis—. Aun así, resultó más satisfactorio derrotarlo. Un asunto pendiente. 
Dicho esto, el alcalde se desvaneció sobre el pavimento y de él salió el espíritu de otro ser, más poderoso e implacable. No hizo el menor intento por atacarnos; simplemente se alejó hasta que se perdió de vista. 
—Tartak —atinó a decir Oriana al sacar conjeturas de la identidad de aquel ser. 
—Es un alivio que no atacara —le comentó Briana en un suspiro de alivio—. No hubiéramos podido derrotarlo. 
—No venia por nosotros, esto era algo personal. 
—¿Gamaliel ha muerto? —le pregunté a Ori. 
—Ellos nunca mueren, pero espero que esta vez tarde en escapar. 
Travis me abrazó con fuerza en medio de la lluvia de cenizas y me revisaba de forma meticulosa para asegurarse que me encontraba bien. Jordán corrió hacia el alcalde que lucia desconcertado para ayudarle a incorporarse. Un ambiente de paz se sentía por primera vez desde que supe de la existencia de Gamaliel, se había ido y esperaba que si no era para siempre, por lo menos serían muchos años. 
Una luz inundó gran parte del cielo, tres figuras seráficas bajaban de forma armoniosa, hasta que logré distinguir una forma más concisa, eran hermosos ángeles vestidos de blanco con unas alas tan grandes como sus cuerpos. Se quedaron suspendidos en el aire y comenzaron a mirar alrededor. Todas las mujeres del aquelarre al verlos hicieron una gran reverencia, podía ver la expresión de Mado: de completa fascinación. 
—Atendimos al llamado, no hay peligro alguno —dijo uno de ellos con voz angelical. 
—Percibo algo en el aire —dijo el ser que lo acompañaba. 
—Coincido ¿Puedes encargarte? 
El segundo ser celestial cerró los ojos y de él salió una luz poderosa y dominante por todo el lugar, por un momento la noche se volvió día.  
—Listo, las mentes han sido descontaminadas. 
—Con todo respeto ¿Quién los ha convocado? —preguntó Oriana de forma solemne. 
—Ella lo hizo —me señaló. 
—¿Yo? no es posible… no sabría cómo —le respondí. 
—Tu sangre siempre nos ha de llamar Deka. 
Me quedé estática, no entendía a qué se refería, pero no iba a cuestionarlos sería irreverente. Aunque sí pensé que mi abuela me debía una gran explicación. Después de eso sólo desaparecieron, así como llegaron. Yo quedé con más preguntas que respuestas. 
—¿A qué se refería con que las mentes fueron descontaminadas? —le pregunté a Ori una vez que los ángeles se habían ido. 
—Tartak, por lo que puedo entender él utilizó el cuerpo del alcalde para complacer los deseos de la gente que querían acabar con Travis, pero no eran sus deseos, él los influenció, es por eso que estaban tan enardecidos. Los ángeles limpiaron todo eso, mañana actuarán de forma normal, aunque no sé qué tanto puedan recordar, todo esto fue sumamente traumático para muchos. 
—No tengo palabras para agradecerles —dijo Travis tanto a Jordán como al círculo de mujeres. 
Pasaba de la medianoche, el aquelarre se despidió y tomó cada una su camino. Sólo quedaron Oriana, Mado y Briana, Jordán Travis y yo. El centro de la ciudad parecía un pueblo fantasma. 
—Me gustaría entender algo —comentó Travis a Oriana. 
—Dime —respondió Oriana. 
—¿Por qué no funcionó el círculo cuándo me entregué a la policía? 
—No sé cuál era tu intención y puedes mentirte a ti mismo, pero al círculo no, sólo cuando intentaste salvar a Deka te aceptó. El salvar una vida es el acto más noble que puede tener un ser humano. Tal vez no seas un caso perdido —le dijo Oriana tratando de romper el hielo. 
—Tengo que aprender a ser humano —se dijo así mismo Travis. 
Yo me alegré de escucharlo hablar de esa manera, aunque para entonces no entendí del todo el significado de sus palabras. Para él era una lucha constante, algo que debía forzarse para el resto de nosotros era tan natural que ni siquiera lo notábamos. 

Siete vidas se perdieron y decenas de heridos fue el resultado del ataque de Gamaliel junto con sus carroñeros. El alcalde estaba desconcertado según escuché, él no recordaba nada desde que recibió la llamada donde le informaron que Travis se había entregado, quiero suponer que en ese momento el demonio llamado Tartak lo poseyó. La teoría de Oriana fue que Tartak aprovechó la oportunidad para acabar con el hijo de Gamaliel en venganza o en su defecto hacerlo salir de su escondite para vengarse de él, lo cual su plan había funcionado a la perfección. Yo deseo con todas mis fuerzas que esto haya terminado y no tengamos que enfrentar a ese ser tan poderoso en un futuro. La policía se resistió a hacer una investigación al respecto, creo que todo el pueblo quedó traumatizado por lo que sucedió esa noche, al grado que la gente evitaba el tema a toda costa. En la escuela los temas eran cotidianos, aunque sí lograba enterarme de rumores de pasillo hablando de mí, Aarón por su parte evitaba contacto visual conmigo incluso con Jordán. 
Por su parte Jordán empezó a interesarse un poco más en el tema que tanto había evitado, le preocupaba que se presentara una situación similar y no quería estar vulnerable. El enamoramiento había pasado y volvimos a tener la comunicación de antes. Se volvió más sociable en la escuela, ya que algunas muchachas alabaron el que no hubiera huido como los demás. Una cicatriz en la frente que portaba con orgullo fue lo que le quedó de esa noche. 
Travis desde ese día visitaba con mucha frecuencia a Oriana supongo que quería aprender de ella, yo no hacia muchas preguntas mientras me dedicara tiempo a mí, además del hecho de que sabía de su lucha interna por ser normal. 
Por mi parte, intenté hablar con Mado en varias ocasiones, pero siempre desviaba la atención hacia mi vientre que crecía día con día. Yo estaba aterrada, aunque estuviera enamorada de Travis, no tenía ilusiones de casarme, simplemente no era mi plan de vida, pero de algo sí estaba segura, quería pasar con él resto de mi vida. Contaba los días para acceder al fideicomiso y planeaba continuar estudiando con el apoyo de Mado. Me preocupaba más el hecho de ser madre tan joven y aún más si mi hijo sería normal, era algo que no podía contestarme nadie en estos momentos, pero con Travis a mi lado me daba la seguridad de poder manejar cualquier situación. 
Dos semanas después del incidente Mado me esperaba al regreso de la escuela, estaba sentada en la sala con un semblante serio. 
—Te debo una explicación —comenzó a hablar. 
—¿Está todo en orden? 
—Sí, es algo que debí decirte hace tiempo, pero no tenía el coraje. 
—¿Más secretos? 
—Desde ese día catastrófico me han estado llamando la atención, por no ser sincera contigo. 
—¿Te regañaron? ¿Quién? 
—Siéntate —me pidió. 
Yo obedecí de inmediato sin objetar. 
—Yo… no soy un ángel nunca lo he sido, pero sí tengo comunicación con ellos. 
—Claro, Oriana —le recordé. 
—Hablo de seres celestiales, como los que invocaste aquel día. 
—Yo no invoqué nada, ni siquiera sé cómo hacerlo. 
—Sí lo hiciste y te diré por qué. Es tu herencia Deka. 
—¿De qué hablas? Me estás dando miedo Mado. 
—Tus padres… ellos… eran ángeles caídos al igual que Oriana. 
—¿A qué te refieres? 
—Ellos…se enamoraron y querían tener un hijo, algo que está prohibido, así que recurrieron a una hechicera oscura para lograr concebir… y lo lograron, pero eso tuvo un precio: perdieron sus alas, tú naciste cuando tu madre Deva ya era humana, así que tienes el don, una conexión directa con seres celestiales. 
—Detente, entonces tú… 
—No soy tu abuela, al menos por sangre, pero sabes que te quiero como una hija eso no cambia nada Deka —me intentó explicar mi abuela. 
—¿Y por qué me lo dices ahora? ¿Con qué propósito? 
—Te he negado un privilegio que te corresponde —sacó de su gran bolso la esfera que encontré en su recamara tiempo atrás. 
—¿Qué es eso? 
—Úsalo para comunicarte con ellos, te pertenece. 
—Yo… escuché una voz cuando la toqué en una ocasión, aunque no entendí nada, me asusté. 
—Lo sé hija, tendrás mucho que practicar, además necesito que te conectes ya que no sabemos si el bebé será normal y necesitarás toda la ayuda que puedas obtener —me dijo mientras extendía a bola de cristal para que yo la tomara. 
—Esto es demasiado para mí —le contesté confundida. 
—Nada cambia y somos una familia, sólo debes estar preparada, no sé lo que te espera. 
Se acercó a mí y me dio un largo y profundo abrazo, yo me dejé querer, tenía razón ella es y siempre será “Mi abuela de oro”. Ella me ha cuidado todos estos años y sé que querrá a mi hijo de la misma forma. 
—¿Todo esto tiene que ver con la muerte de mis padres? 
—No, eso fue un accidente aislado. Pero créeme sé que te cuidan, siempre te cuidan. 
Me contó la historia de mis padres y como los conoció: ella desde muy pequeña había practicado la hechicería, invocaba ángeles, así tuvo contacto con ellos, fue testigo de su romance y de cómo se aferraron a unir su existencia al querer formar una familia, estando conscientes del precio que pagarían. Mado dice que al nacer yo se volvieron los seres más felices que había conocido, ella desde que se volvieron humanos formó un lazo con ellos. Por ese motivo nos visitaba tanto haciéndose pasar por mi abuela, y en parte sí había tomado el papel no estaba fingiendo nada, éramos una familia feliz hasta el triste desenlace que sufrimos. La noticia no la tomé de forma madura al principio, pero me sentía algo protegida con esa información por el hecho de que necesitaré toda la ayuda celestial que pueda conseguir para enfrentarme a lo que sea que venga en el futuro. Me prometí a mí misma usar la bola de cristal cuando estuviera lista. 
Al día siguiente Travis se presentó en mi casa, era algo que hacía con frecuencia, pero en esta ocasión tenía un semblante serio. 
—¿Podemos hablar? —me pidió al verme. 
—Claro —le contesté tratando de no mostrar mi preocupación. 
—No sé cómo decirlo —comenzó tratando de encontrar las palabras adecuadas. 
—Te amo y quiero estar contigo, pero… 
—No, no digas nada —le supliqué—. ¿Vas a abandonarme? 
—No es eso, es sólo… a pesar de que nadie habla de lo que pasó, siento sus miradas acusadoras, no quiero vivir así —comenzó a explicarme—. Necesito procesar esto, quiero ver que me puede ofrecer este mundo. Desde que nací no conozco otra cosa que este lugar. Tú me mostraste que este mundo tiene muchas cosas que ofrecerme y me gustaría experimentarlas. 
Entendía a la perfección lo que estaba sintiendo y me daba rabia estar al tanto de que la gente de aquí lo seguía rechazando a pesar de que él les había salvado la vida, Gamaliel hubiera destrozado el pueblo sin remordimientos. 
—¿Y mientras qué? ¿Qué pasará con nosotros durante tu autodescubrimiento? —le pregunté enfadada. 
—Quisiera que vengas conmigo, pero el lugar más seguro para ti y el bebé es al lado de Oriana. Ella puede protegerte. 
—No puedo creerlo es como hablar con un niño. 
—Deka, ya te dije… no es personal, es algo que necesito hacer y esperaba que me apoyaras. 
—Y si Gamaliel regresara o Tartak ¿Qué? —no sé cómo contuve mis lágrimas de impotencia. 
—Es por eso que debes quedarte aquí. Además, él está en otra dimensión, quiero averiguar cómo derrotarlo para siempre y sé que aquí no encontraré la respuesta. Y sobre Tartak no creo que sea un problema, hubiera acabado con nosotros ese mismo día. 
—Sabes que… vete, no quiero volver a verte. 
—No voy a irme si terminas conmigo, voy a regresar antes que el bebé nazca y entonces estaremos juntos —me prometió. 
Me extendió un cofre cerrado. 
—Es todo lo que tengo y te dejo las escrituras de la casa, vale una fortuna puedes venderla, yo regresaré a tu lado en cuanto obtenga mis respuestas. 
Me quedé en silencio no podía creer en sus palabras, y no quería obligarlo a estar conmigo, sin embargo, tampoco tenía claro cómo enfrentar todo esto sola. No puedes tener una vida normal cuando te involucras con seres extraños, tal vez este era el precio que tenía que pagar por enamorarme de un ser sobrenatural. 
No le insistí más, lo dejé en libertad, tenía mucha información que procesar. Me di cuenta de que esperaba el momento justo. Amar, es tantas cosas a la vez, sobran las palabras, las explicaciones. Debía tomar el riesgo de esperar por él o aceptar la despedida y continuar mi camino… sola. 



 




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