Conociendo a tu Crush

Capítulo 19

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Después de regresar del asombroso viaje con Aaron, tomé la decisión de aclarar las cosas con Skylar. No sabría cómo empezar, pero sí tenía mucho qué decirle, y claramente nunca habrá una amistad de buenas amigas entre nosotras.

Aunque no lo entiendo. Por más que quiera ser amable con ella y por más que trate de comprenderla, mis esfuerzos terminan siendo un fracaso.

Ahora me dirijo a mi dormitorio y, mientras voy pensando en un buen discurso —del cual espero no terminar con mi otro ojo morado—, miro a Zoe a lo lejos levantar ambos pulgares en forma de apoyo y esbozar una sonrisa cuando estoy frente a la puerta del dormitorio.

La maldigo internamente por no haberme acompañado, pero debo de admitir que soy una gran cobarde. Zoe tiene razón al decir que debo enfrentar sola mis propios problemas.

No estará siempre alguien allí para ayudarme.

Me quedo pensativa unos segundos frente a la puerta y vuelvo a mirar a Zoe por segunda vez un poco dudosa al tocar. Ella me mira con comprensión y me insta a que toque la puerta con sus raros gestos, aunque es ridículo tocar cuando tengo la llave y soy yo quien también duerme ahí dentro.

Los raros gestos de Zoe solo provocan que me ría un poco, logrando finalmente levantarme el ánimo.
Esta vez, miro la puerta y con un gran suspiro llevo mi mano al pomo, pero de repente la puerta se abre asustándome un poco.

 —Ahórrate el discurso —dice Skylar en el umbral de la puerta—. Lo siento.

De no ser porque mi boca estuviera pegada a mi rostro, ya estaría en el piso.

¿Skylar se está disculpando?

Mi cara de incredulidad y confusión lo dice todo.

¿Qué se supone que debería decir en este momento?

—Eh... Mm... —la situación se empieza a tornar incómoda—. Yo...

—No tienes que decir nada. —su cara de seriedad hace que mi intriga crezca aún más.

Un aire de empatía poco común en ella se denota.

¿Por qué rayos está disculpándose?

Está de más decir que fue Skylar quien me golpeó sin razón alguna, ¡es obvio que ella sea la que se disculpe! Pero también está raro viniendo de ella.

—¿Qué tramas? —pregunto sin rodeos.

Quiero saber la razón del porqué lo hace, ella no se disculparía así de simple, no. Hay algo más detrás de esto, estoy segura.

Me cruzo de brazos y frunzo el ceño. Milagrosamente el miedo y los nervios que sentía desaparecieron. Por un momento creo sentirme molesta al saber que trama algo, o al menos eso supongo.

Su rostro antes serio se transforma a uno sorprendido e incrédulo, como si no esperase que preguntara eso.

—Yo... —titubea—. Lo digo en serio. —su confusión se hace visible y puedo mirar en sus ojos veracidad.

—De acuerdo. —digo no muy convencida. Claro que mi cerebro es un poco lento en procesar lo que acaba de suceder. Creo que lo guardaré en mi disco duro, una situación así con Skylar no se volverá a repetir—. Aceptaré tus disculpas.

Skylar asiente con un destello de pena.

—¿Tan mala persona crees que soy? Parece que incluso no me crees capaz de disculparme. —dice de pronto, sacándome de mis pensamientos.

Ella empieza a reír a carcajadas, aunque puedo notar que está fingiendo un poco. Skylar no lo hace de manera sarcástica o irónica, es como si quisiera que el momento incómodo desapareciera.

Me limito a sonreír, pero poco a poco me uno a su risa tan peculiar que va ganando veracidad y que es probablemente más escandalosa que la de Zoe.

Ahora que lo pienso, en toda la estancia que he estado aquí, nunca he reído con ella.

—Pasa. —dice una vez que su risa se ha calmado y se hace a un lado dejándome entrar.

Una vez dentro miro todo igual a como lo dejé.

No me sorprendería si hubiera visto todas mis cosas hechas cenizas.

—Ya extrañaba esto. —digo tirándome de plancha sobre la cama y abrazando la almohada mientras aspiro el olor de mi perfume. No sabía que oliera así de bien.

Skylar por su parte me mira y apoya su espalda en uno de los muebles mientras se cruza de brazos y sonríe.

Su sonrisa me deja más que confundida y un millar de preguntas en la cabeza.

—¿Sabes algo? —pregunta ladeando la cabeza. Su extraña actitud y amabilidad repentina hace que me sienta sobre la cama y le preste toda mi atención.

—¿Qué? —pregunto con inocencia.

Ella sonríe más y camina hacia su armario.

—Rick tenía razón —Toma una toalla junto a un juego de ropa y se gira para mirarme—, no eras lo que pensaba. —dice antes de caminar hacia el baño, dejándome desconcertada.

 

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Mientras camino por el pasillo con los cuadernos en mano, me pregunto porqué Skylar dijo tal cosa.

¿No era lo que ella pensaba? ¿A qué se refería con eso? ¿En qué estaba pensando Rick cuando le dijo eso? ¿Quizá él la convenció para que se disculpara?

Tengo la cabeza hecha un lío y con tantas preguntas que siento pronto me dará una jaqueca. Por otro lado, en lo muy recóndito de mis pensamientos, la imagen vaga del motociclista viene de pronto a mi cabeza como un rayo, y creo saber quién es. ¿El punto? Su reacción en la gasolinera había sido tan perturbadora que no sé qué esperar.

Entro al salón de Diagramación con la cabeza hecha un desastre y me siento al final de la clase donde no suelo frecuentar, pero lo necesito para ordenar mis pensamientos. Por suerte, esta vez llegué temprano y no tendré una falta como la semana pasada.

Pongo los cuadernos sobre la mesa y me dispongo a jugar con la lapicera como lo hacía Rick cuando nos conocimos, y de repente siento un extraño presentimiento que me hace querer mirar hacia la puerta.

Como si el destino no fuera ya caprichoso, Rick entra bajando sus lentes oscuros con una mano en un tiempo irrealmente lento, dejando a la vista sus hermosos ojos marrones.

Un segundo... ¿Me está mirando?

Instintivamente bajo la vista a mis manos nerviosas. Los segundos pasan y me preparo mentalmente para cuando se siente a mi lado, sin embargo, eso no llega a pasar.




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