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El día que había comenzado con un hermoso sol reluciente y cielo despejado, había cambiado drásticamente a uno grisáceo.
Me encontraba en la clase del profesor Wilson divagando como siempre en mi mente.
Mentiría si dijera que estas dos semanas se han pasado volando, puesto que no fue así cuando tuve que, literalmente, matarme estudiando para los exámenes que se aproximaban. Por suerte, hoy era el último examen y solo quería salir a divertirme un rato con Zoe.
Para mi suerte, la pelirroja aceptó cuando le dije que veríamos una maratón de The Big Bang Theory junto con un bote de helado.
En fin, ahora me encuentro en la última clase cuando alguien llama a la puerta del salón de repente.
El profesor se levanta con el ceño fruncido y algo molesto porque han interrumpido su clase. Abre la puerta y su mirada viaja de pies a cabeza hacia la persona que está frente a él.
—¿Me podría permitir a Melody? Es una emergencia, su madre está en el hospital —se excusa audazmente, y no tengo que ver a la persona para saber quién es, ya que reconozco su voz—. Tengo una llamada entrante de su padre.
No soy tan tonta como para no saber que miente. Aquí nadie conoce a mi madre, ni mucho menos podría mi padre tener el número de teléfono de alguno de mis compañeros, puesto que nunca le he dado alguno.
El profesor Wilson no parece muy convencido, pero parece desistir al ver, supongo, la desesperación y preocupación de mi amiga.
—Está bien —gira su cabeza en mi dirección—. Raines, puedes irte.
Mi desconcierto es mayor al escuchar lo que dijo el profesor Wilson que la curiosidad que tengo por saber porqué rayos Zoe mintió. No obstante, silenciosamente recojo mis cosas con la mirada de Aaron y Max encima de mí.
Al salir, siento como hala de mi brazo con una fuerza fenomenal y me arrastra a paso rápido por el pasillo. ¿Pero qué digo? Literalmente voy corriendo a tropezones porque lo único que interviene en la proyección de mi camino es la cabellera pelirroja de Zoe.
—¡Demonios! —exclamo con preocupación—. ¿Por qué me sacaste de la clase del profesor Wilson? —frunzo el ceño esperando una respuesta.
—¡Al diablo! —dice obstinada—. Era la última clase. Y tanto tú como yo, sabemos perfectamente que querías salir corriendo de allí.
Me quedo callada porque tiene razón. Pero sé que si el profesor nos atrapa con esta mentira, la próxima clase no solo recibiré una mirada de reprensión de su parte.
Al salir de la universidad, Zoe se detiene en la acera y me suelta. Levanta un brazo para llamar la atención de uno de los taxistas y al instante, uno de ellos se desvía de la carretera y aparca frente a nosotras.
—¿A dónde vamos? —le pregunto desconcertada—. Se supone que veríamos una maratón de The Big Bang Theory.
—No preguntes y súbete. —se limita a responder.
Sin más, subo al taxi previendo una desagradable tarde en el centro comercial, suponiendo dónde me llevaría Zoe.
Sin embargo, me doy cuenta de que me equivoqué una vez que llegamos al lugar.
Después de haber bajado del auto, la sigo por el ancho pasillo mientras miro por la vitrina de las tiendas los hermosos vestidos.
Si no me equivoco, es un mall.
De repente, Zoe se para en seco haciendo que choque contra su espalda y rebote.
—Rayos... —murmuro frotando mi nariz—. Zoe, ten más cuidado. —la reprendo.
Levanto la cabeza solo para ver que ella aún sigue igual, así que me pongo en puntillas para poder ver mejor por encima de su hombro.
Dave se encuentra a una distancia considerable, riendo con una chica de cabello castaño y largo.
Camino hasta quedar a su lado, observando cómo presiona sus manos en puños y frunce levemente las cejas.
—Zoe... —me interrumpe.
—Vamos por aquí. —me hala del brazo y me guía a la cartelera.
Se detiene en frente, mirándolas pensativa, y cambiando drásticamente su expresión de: ‹‹Te degollaré›› a una de: ‹‹¡Quiero ponis!››. Sip, así de bipolar es mi querida amiga.
Me quedo a su lado mientras la observo detenidamente.
Sé que ciertamente ver a Dave con aquella chica le ha dolido, a pesar de que no sé con exactitud hasta que punto tiene sentimientos por él.
—¿Qué tal... si vemos Pirates of the caribbean 5?
Mi instinto curioso es repentinamente reemplazado por la emoción.
—¡OH, POR SUPUESTO! En esa película sale mi amor Brenton Thwaites. —sonrío como una loca.
Mi lado fangirl hace presencia inmediatamente.
Después de comprar las palomitas, refrescos y lo más principal: las entradas; nos encontramos en la sala de cine.
No obstante, antes de entrar intercepté a Dave entrando a otra sala con su acompañante. Para ver lo típico: una película romántica.
‹‹Ese es un truco muy viejo››, pienso.
Mientras acomodo mejor mi trasero en el asiento, nos disponemos a ver la película.
Empiezan los anuncios de Lionsgate y Studio Universal para dar inicio al filme.
¿Pero saben qué es lo peor de todo? Haberse comido las palomitas antes de que empezara la película.
Sip, eso fue lo que pensé cuando volví a meter mi mano en el tarro de Pop Corn y la saqué vacía.
De pronto, la pantalla se apaga dejando todo a oscuras y en silencio.
Un silencio que solo colmó un par de segundos.
Se escuchan los típicos gritos de las chicas, hasta logro escuchar el agudo grito de Zoe que me deja casi sorda y con un fuerte pitido en el oído. Lo cubro con rapidez mientras la miro molesta, lo cual es estúpidamente ridículo porque no me puede ver. Además de la algarabía y los cuchicheos de las demás personas, se escuchan unos aplausos, tratando de llamar la atención.
Genial, adiós a contemplar a Brenton Thwaites sin camisa.
—¡DISCULPEN! —una voz logra captar la atención de todos, quedando nuevamente el lugar en un recóndito silencio abrumante—. ¡LASTIMOSAMENTE TUVIMOS UN CORTO CIRCUITO, ASÍ QUE EL SISTEMA Y EL SERVICIO NO FUNCIONARÁN HASTA NUEVO AVISO! —dice casi gritando por toda la sala para poder hacerse escuchar.