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Como acordamos Skylar y yo vamos hacer su cambio de look. Aunque no me siento de ánimos, ella y Zoe, quien ya sabe todo de todo, han hecho hasta lo imposible por distraerme.
Pero es difícil olvidarte de una persona que verdaderamente amas.
—Te estoy hablando, Melody. —la voz de la pelirroja capta mi atención sacándome de mis pensamientos.
—¿Sí? —pregunto mirando a ambas.
—Te preguntaba si usábamos esta prenda. —sacude unos jeans negros.
Justo ahora estamos escogiendo la ropa que puede ir acorde en una cita "normal", como lo ha llamado Skylar. Algo que no sea extravagante ni llamativo, que sea más como yo, al menos eso dijo.
—Ah... sí, puede combinarlo con una blusa blanca. —digo desinteresadamente para seguir mirando por la ventana.
Sé que las dos están preocupadas por mí, pero de alguna forma u otra lo terminaré superando.
Cuando llegué ayer por la noche, no hice más que encerrarme en el dormitorio. Eso fue bastante notorio para Zoe, de que algo malo estaba ocurriéndome, así que cuando quiso una explicación, no me reservé al respecto y le conté todo.
En cuánto a Max, creo que ha decidido no sacar el tema para evitar dañar mis sentimientos.
Me levanto de mi asiento cuando Skylar me dice que haga algo con su cabello. Me dirijo hacia ella y empiezo a cepillarlo de una manera suave y delicada, luego prosigo con su rostro.
Quito con una toalla húmeda las sombras negras y el labial rojo, pero debido al color intenso del maquillaje, necesito más de cinco toallas para limpiarlo.
No me sorprendo cuando miro el paquete casi vacío.
Al terminar, el asombro se hace evidente en mi rostro al igual que en el de Zoe.
—¿Qué...? ¿Qué pasa? —pregunta mirándonos con el ceño fruncido.
—¡No jodas! —exclama la pelirroja—. ¿Ya te habías visto al espejo sin maquillaje?
Skylar niega y se levanta con la intención de dirigirse al espejo de cuerpo completo y mirarse, pero antes de que lo haga, la empujo por la espalda hacia el baño y tomo la ropa con la que irá a la cita.
—Ten, póntela —se la doy y protesta por no dejarla verse. Cierro la puerta en su cara y sonrío—. Tienes que apresurarte, o llegarás tarde. —con una sonrisa triunfante me acerco a Zoe y me siento a su lado, mientras esperamos que Skylar salga del baño.
Al cabo de unos minutos divagando en el celular y preguntas de Zoe acerca de cómo me siento, la rubia sale del baño, haciendo que la mirada de Zoe se centre en ella y después la mía.
—Dios mío, ya no pareces un Grinch, ahora pareces un demonio vestido de angelito. —comenta Zoe, haciéndome reír y Skylar bufa ante su mofa.
—Que lindo de tu parte. —sonríe con sarcasmo y se acerca al espejo.
Por el reflejo puedo ver la expresión de su rostro, y no sé si está enojada con el cambio o si está demasiada sorprendida por ello.
—¿Y bien? —pregunto, esperando con ansias una respuesta de su parte.
—Wow. —dice, sin quitar la mirada del espejo.
Mi ceño se frunce mientras la observo. Ella alisa la blusa blanca con dorado en la parte superior. Impaciente, muevo mi pierna, provocando que Zoe la mire y después a mí.
—¿Podrías dejar de mover la pierna? Me frustra. —dice seria, pero me causa gracia.
Sigo moviendo la pierna solo para hacerla enojar.
Molesta, frunce su ceño y me mira mal, a lo que río.
La atención de Skylar pasa del espejo a nosotras.
La melodía de una canción resuena por el dormitorio y me doy cuenta de que es el celular de Skylar.
Ella corre hacia la mesita de noche y lo toma, nos lanza una mirada llena de angustia y contesta.
—¿Hola?.... —saluda—. Sí, sí, ya bajo —habla, para luego morder su labio inferior—. Oye, esperar un par de minutos más no hará que se te derritan las piernas. —frunce su ceño y pone su mano libre en la cintura.
Su rostro de adolescente ruda ya no es el mismo, porque ahora el que lo ocupa es el de una niña inocente. No obstante, su personalidad y arrogancia siguen intactas.
Sonrío. Al menos alguien merece ser feliz. Zoe al parecer, por lo que me ha contado, no ha tenido la misma suerte que Skylar. Las cosas con Dave no andan bien a pesar de que pensamos que iba a funcionar.
—De acuerdo. Adiós —cuelga y nos mira, luego suspira nerviosamente. Se le nota hasta en la punta de los pelos—. Ya me tengo que ir —toma su bolso para meter su celular—. Deséenme suerte. —nos echa una última mirada antes de irse.
—¡Suerte! —decimos Zoe y yo al unísono.
Después de un rato de silencio observo a la pelirroja levantarse animada.
¿Y ahora a esta qué mosco le picó?
—Vamos, levántate. —me dice poniendo las manos en jarra.
—¿Para qué? —pregunto curiosa—. No me digas que cometerás una locura. —achico los ojos mientras la observo.
Nunca se sabe qué podría pasar por la cabeza de mi amiga, así que es mejor estar preparados.
—¿Y todavía lo preguntas? —dice fingiendo molestia—. ¡Vamos a espiar! —dice emocionada.
—¿Qué?
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—Me siento como Tom Cruise —dice divertida—. Solo falta la canción de fondo que usan para las películas de espías.
—Y yo como James Bond. —digo con sarcasmo, me mira mal pero seguimos espiando tras un arbusto.
Skylar se encuentra de pie en el campus con un chico, pero no podemos ver desde este ángulo su rostro.
La hemos seguido desde que salió del dormitorio, con la intención de "investigar" un poco acerca de su misterioso chico.
—¿Quién crees que sea? —pregunta curiosa.
—No lo sé —me encojo de hombros—. Podría ser cualquiera, de todos modos...
—Yo pienso que debe ser alguien de aspecto rudo —dice interrumpiéndome—, que vista chaqueta negra, que ande en motocicleta, que...