Un día radiante, temperatura de 30 calurosos grados, al igual que siempre. Un muy despejado sol para disfrutar, después de una larga semana de trabajo. Las largas horas como mesera en un restaurante, e infinitas noches en el primer semestre de la carrera, parecen sucumbir los domingos en la mañana. Estudiar y trabajar es agotador, pero no imposible, con tan solo 20 años parece que si es permitido alcanzar tus sueños. Desde aquí, todo se ve rosa, pero no rosa fantasía, es rosa posible, el alcanzable día a día con pasos seguros hacia la sima.
Dirijo mi mirada al reloj de pared de mi cuarto, >>las 9:30 de la mañana<< >>Muy tarde<< Como es usual, es la hora en la que despierto cada 8 días. Me debato entre levantarme de la cama y preparar el desayuno o morir de hambre por inanición.
Soy muy joven, bella y talentosa como para que el mundo no tenga la posibilidad de conocerme. Decido así que: en mi piadosa voluntad hacia el mundo, iré al baño a ducharme para preparar luego el desayuno.
El ruido de mi celular impide que avance, >>Tal vez...umm, ¿mejor no contestar? Dudo por un momento, >>es el nombre de mi único mejor amigo, el que muestra la pantalla<<. Seguro ya tiene planes para hoy en la tarde y como buen amigo hermano que es, llama a invitarme. Es una bella amistad que resulto después de una ruptura amorosa, su mejor amigo rompió mi corazón, pero Daniel decidió no dejar de hablarme y entre risas de cómo yo sufría por “bobadas” como dice él y burlarse de mi llanto mientras me brindaba sus oídos para escuchar las profundas preguntas filosóficas que me plantee en aquellos difíciles momentos … ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para merecer esto? ¿Hubiera podido tener otro final nuestra historia? ¡Ahora comprendo, que cuento con carácter para payaso!. En realidad Daniel, se rio poco de mi drama adolescente.
Bueno, aquí estamos. Son 3 años de amistad. Tal vez nunca se alejó, pudo haberse sentido culpable… ¡Pues él fue quien me presento a su gran amigo que rompió mi corazón! —¡Como me dolió! —Sí que duele el primer desamor, pero reponernos nos sirve para entregarnos nuevamente, solo que en este momento no pienso en hacerlo, no hay tiempo entre el trabajo y la universidad.
—Hola cariño —respondo al teléfono. Definitivamente, salir de esta habitación es mejor que dormir todo el día.
—Hola corazón —Daniel y su alegría auténtica son el mejor complemento para cualquier mal.
—¿Qué vas a hacer después del almuerzo? —
—Nada querido. ¡Para donde vamos! —
—Pues si la reina de la pereza gusta, podríamos ir un rato a la cabaña—
—Claro que si vamos, ¿y va Diana? —Pregunto entusiasmada
—La tengo al lado, pensaba ir sin ti, pero tu amiguita no te quiere dejar. —
—Ok Daniel, nos vemos en tu casa a las 3 pm. Gracias, pero a tu novia. —Hablo con reproche, el desalmado admitió no haberme querido llevar.
—¡No friegues!, ¿Te pusiste especial? Bien me hubiera ido sin ti, ¡reina del drama! —Niego con mi cabeza ante su tono burlón e irónico, pues somos un grupo muy gracioso, solemos salir los tres a todos lados: a comer, al cine, a bailar, a leer, y a la cabaña de mi amigo Daniel a las afueras de la ciudad. Un hermoso lugar a las afueras de la ciudad. Un bello río que pasa dentro de su propiedad, esta se encuentra rodeada por innumerables árboles que permiten respirar tranquilidad, con una pequeña piscina en la parte delantera de la casa, ¡un hermoso sitio para pasar una tarde de domingo!
En fin, termine vistiéndome con una sencilla blusa, un pantalón ceñido, y tenis, >>no me gustan<<… lo mío son los tacones, pero en plan paseo campestre no puedo ir incómoda.
Termino desayunando a las 12:30, emplee un poco de tiempo leyendo los documentos que necesito para adelantar uno de los trabajos de la universidad, al ver que son casi las tres de la tarde, salgo hacia la casa de Daniel, ¡gracias a Dios es cerca! Caminando solo son 10 minutos. Llego tarde a todo, >>no sé cómo le hago<<, a veces creo que el cosmos confabula contra mí en ese aspecto.
Por fin llegas tortuga. —Lo veo cruzarse de brazos para continuar con burla —Media hora tarde —Me regaña, se siente con derecho a educarme el muy atrevido, es apenas unos años mayor que yo.
Daniel, ¿si quieres me devuelvo? —Hablo tratando de rebatir y apaciguar su desdén por mi constante impuntualidad.
No te preocupes, estamos esperando a Diana. —Pensé que Diana estaba con él. Tomo un espacio en el andén de la casa junto con Daniel. —
¿Quiénes están esperando? —infiero al entender que no está solo
—Corazón vamos con mi primo —
¿Qué pereza con quien te encartaste? —
—Está aburrido, llego de vacaciones y hoy no tiene que hacer —Me da pereza ir con alguien más, la verdad nos reímos mucho entre los tres y como no nos vemos entre semana, solemos contarnos todo cuando nos reunimos. >>Hoy ya no hablaremos bien<< Algo bueno, veo llegar a Diana.
Bueno, vámonos. —Habla Daniel, mientras se asoma a la puerta de su casa y grita
—¡Bako, vamos! —Me quedo mirando a Daniel con cara de qué pereza llevar al primo, él sonríe —
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Editado: 19.04.2023